La misma semana de la movilización #BastaDeTravesticidios, cinco travestis y trans murieron por falta de acceso integral al sistema de salud. Tres de ellas en menos de 24 horas. Tenían entre 29 y 40 años, tres eran argentinas, una ecuatoriana y la otra dominicana. Te contamos quiénes eran.
Esta vez no les dispararon, no las apuñalaron, no las golpearon. Romina, Tania, Ana Laura, Cindy y Karla murieron por la ausencia de políticas públicas que les garantizaran condiciones de vida dignas y el acceso al sistema de salud. Eran activistas, conocían sus derechos, sabían que se les negaban y luchaban por ellos. Eran travestis y trans. Murieron en distintos lugares de la Argentina, las cinco en seis días: entre el 25 de junio y el 1 de julio, en las ciudades de Buenos Aires, González Catán, Mendoza, La Plata y Reconquista. Esa misma semana, el 28, Día Internacional del Orgullo LGBT, dos mil personas se movilizaron en la capital del país bajo el lema #BastaDeTravesticidios.
Romina KataleyaTenía 29 años y era ecuatoriana. Había llegado a la Argentina hace dos años buscando una vida mejor. Se instaló en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, y enseguida empezó a militar en Otrans. Hace apenas unos meses se había casado con un chico trans que conoció militando. Estaba en situación de prostitución. Tenía VIH y ya había estado internada en el Hospital San Roque de Gonnet. Murió el 25 de junio en el Hospital Argerich, Ciudad de Buenos Aires.
Tania Barrionuevo
Tenía 35 años y era militante del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) desde los comienzos. Era promotora de salud de la organización. Tenía VIH. Estudiaba arte y estaba trabajando en la creación de una historieta con Sasha Sacayán para visibilizar la lucha trans. Y ya tenía una serie de dibujos terminados. Murió el 27 de junio en la casa de su mamá, en la localidad de González Catán.
Ana Laura Portillo Navarro
Tenía 32 años y era argentina, de la ciudad de Mendoza. Era la coordinadora provincial de Red Diversa Positiva, organización en la que militaba desde hacía varios años. Como activista, su lucha estaba enfocada en el acceso a la salud para sus compañeras y también para ella, que padeció la falta de atención a tiempo. Fue una de las que presentó el #cupolaboraltrans en Mendoza y estaba luchando para que no se le modificaran artículos esenciales. Tenía VIH. Murió el jueves 29 de junio.
Cindy Martínez
Tenía 34 años y era de República Dominicana. Vivía de manera permanente en Argentina desde 2011. En Buenos Aires había logrado operarse, se había casado y había empezado a militar en Otrans CABA. Su activismo era reciente pero muy comprometido. Tenía VIH y estaba en situación de prostitución. Murió el jueves 29 a la noche en su casa, en la Ciudad de Buenos Aires.
Karla Martínez
Tenía 40 años y era argentina, de la ciudad de Reconquista, provincia de Santa Fé. Fue colaboradora de la organización Red Diversa Positiva. Tenía VIH y tuvo que lidiar con la falta de acceso a un tratamiento regular de su enfermedad y la ausencia de políticas de contención en el hospital local. Allí murió el viernes 30 de junio.
“Esto es un travesticidio social”
No hay cifras oficiales de la cantidad de muertes -que no son homicidios- de mujeres trans en el país. Sí se sabe en base a estimaciones, que el promedio de edad es de entre 35 y 40 años. Y también que la razón principal es la falta de acceso pleno al sistema de salud así como a las otras condiciones para una vida digna: educación, trabajo, vivienda. “Todos estos casos son por falta de acceso a la salud y eso tiene dos razones claras: no existen las políticas públicas necesarias, o no se cumplen las que existen. Esto sucede tanto por discriminación hacia las trans y por autodiscriminación de las trans, que obviamente tiene que ver con el maltrato. Todo esto hace que la relación médico-paciente falle”, dice Jackeline Romero, de la organización Red Diversa Positiva, que conocía a cuatro de las cinco mujeres trans muertas.
“Es necesario que nos visibilicemos como trans y como pacientes VIH. Si bien venimos avanzando, la mayoría de nuestras compañeras están en situación de prostitución y eso hace que no tengan más alternativa que esconder su serología. Eso las mata más temprano: el promedio de edad de muerte hoy es 35-40 años. Esto es un travesticidio social. No se lo puede llamar de otra manera”.
Estado ausente
Se trata de un circuito de exclusión perverso y asesino. Así lo define Claudia Vásquez Haro, presidenta de Otrans Argentina: “Desde chicas somos expulsadas de nuestros hogares, de la educación, del trabajo, del sistema de salud. El Estado está ausente en todas las etapas de nuestra vida y sólo aparece a través del brazo punitivo para criminalizarnos. Este circuito es el que termina con nuestras vidas a los 22, a los 25, a los 30. Ahora, con el frío, el invierno, la crisis, las chicas están cayendo muertas como moscas”.
“Una decisión del gobierno”
Hace apenas dos semanas, anunciando la movilización #BastaDeTravesticidios, Sasha Sacayán denunciaba en Presentes el aumento del travesticidio social a través de la persecución, la discriminación, la represión y el abandono de travestis y trans en la Argentina. El activista trans, integrante de Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L) y hermano de Diana Sacayán, asegura que la violencia hacia el colectivo travesti/trans recrudeció en los últimos meses y que “el travesticidio social ha ingresado en una nueva etapa, donde las condiciones estructurales de pobreza y exclusión aumentan por el recorte de programas sociales, la profundización del ajuste económico y la represión sistemática. Esto no es casual: hay una decisión del gobierno argentino”.
Fuente: Por Paula Bistagnino http://agenciapresentes.org
Fuente: http://www.unoentrerios.com.ar/pais/...-n1432388.html