Presidente del colectivo Bolo Bolo, Alejandro Alder
Yolanda Lancha
latribunadetoledo.es
En sólo media hora Bolo Bolo recibe tres visitas. La presencia del colectivo en la ciudad, sus campañas y su actividad han logrado en estos dos últimos años que el teléfono suene a todas horas. Los jóvenes llaman para preguntar, escriben correos con sus dudas e incluso se acercan a la oficina para pedir preservativos. También algunos padres se animan a contactar con Bolo Bolo para apoyar a sus hijos o intentar entenderles sin dejarse arrastrar por la homofobia.
¿Qué iniciativas plantea el colectivo para los próximos meses?
Continuar con el servicio de atención a la diversidad sexual. Estamos bastante satisfechos con este recurso porque desde que se inició nos ha sorprendido la cantidad de llamadas que recibimos, sobre todo, en verano. En estos meses las consultas han aumentado respecto al año pasado y lo consideramos un éxito.
También queremos poner en marcha el servicio de las pruebas rápidas para detectar el VIH. Se trata de un análisis de saliva que ofrece el resultado en veinte minutos. De momento, se están cerrando los protocolos necesarios para iniciar el proyecto a mediados de septiembre. Este servicio no será exclusivo para personas LGTB, sino que cualquier persona podrá venir para realizarse la prueba. También atendemos a personas heterosexuales que vienen a pedir información o preservativos y tenemos muy claro que no las vamos a discriminar por ser heterosexuales.
Además, seguiremos trabajando contra la ‘lgtbfobia’, un vocablo que ha nacido de nuestro entorno para definir cualquier fobia contra gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. Y seguiremos apoyando la visibilización de las personas transexuales porque son las que más han sufrido la factura de la discriminación.
Hace meses el colectivo comentó que le gustaría tener más presencia en el ámbito educativo y ofrecer charlas en los centros escolares. ¿Bolo Bolo recibe muchas invitaciones?
Hemos iniciado charlas con los institutos y son ellos los que nos llaman. Para nosotros es ‘un puntazo’ porque son los institutos los que tocan las puertas y están interesados en que vayamos a hablar de diversidad sexual. De momento, esperaremos a que llegue septiembre para que los centros se pongan en contacto con nosotros.
Las redes sociales ayudan a frenar la discriminación sexual y a visibilizar al colectivo LGTB?
Muchísimo. Bolo Bolo tiene un servicio presencial, pero también una oficina cibernética. A través de la red nos llegan muchísimas consultas todas los días. Incluso nos llamana desde el extranjero y tenemos que remitirlas a la federación estatal. En algunos correos nos han llegado a pedir asilo político por la discriminación sexual que sufren en sus países. El último caso ha sido el de un chico de Argelia que temía que le deportaran y sabía que si regresaba a su país podría terminar en la cárcel. Y aunque estas consultas no son de nuestro ámbito siempre las canalizamos para ayudar a las personas hasta donde podemos. Además, tenemos perfil en Facebook y de Tuenti y a través de estos dos canales nos llegan muchas consultas. Nos da más trabajo, pero llegamos a mucha más gente.
¿Bolo Bolo dispone de un servicio de asesoramiento para familiares?
El colectivo ofrece apoyo familiar y vienen muchos padres y madres que no aceptan la orientación sexual de sus hijos. Pero también vienen los padres que acompañan a sus hijos e hijas para mostrarles su apoyo y pedir ayuda. Ante estos casos, Bolo Bolo visibiliza y habla de familias homoparentales y de familias con hijos gays, lesbianas, transexuales y bisexuales en distintas campañas.
Nos sentimos muy satisfechos cuando nos felicitan y nos dan las gracias porque damos la cara y estamos ahí. Y, sobre todo, porque, por fín, en Toledo se habla del colectivo y no es invisible.
Hay expertos que apuntan que la juventud se ha relajado a la hora de poner medidas de protección para evitar enfermedades de transmisión sexual. Y están aumentando el número de casos de VIH aunque hayan disminuido los del sida como enfermedad.
Hay cierta relajación de manera general, aunque me atrevería a decir que el colectivo lgtb se cuida más que el heterosexual. Realizamos talleres para hablar de la prevención de enfermedades de transmisión sexual y los Consejos de la Juventud también trabajan en este tema. Todavía muchos jóvenes se resisten a visitar al médico de cabecera, sobre todo, en los pueblos. Hacemos énfasis en esto y en las medidas de prevención como el preservativo.
¿Cómo tratan los medios de comunicación la diversidad sexual en Toledo?
Estamos muy contentos con el trato en Toledo y con la profesionalidad de los medios.
¿Qué le parece a Bolo Bolo las manifestaciones a nivel estatal de la Cope en contra de la homosexualidad?
En mi opinión, realiza llamamientos hacia la discriminación. También Intereconomía es una cadena homófoba y transmófoba, algo que no entendemos porque la responsabilidad de los medios debe ser bastante alta.
En muchos casos parece que las leyes van por delante de los cambios sociales.
Sí y no. Cuando hace cinco años se consiguió el matrimonio legal, casi el 80% de la ciudadanía española lo aprobaba y alrededor del 70% estaba de acuerdo con que tuvieramos la adopción. En ese sentido, no puedo decir que la sociedad española estaba por detrás porque hay datos. En la actualidad, hay once países en el mundo que tienen la ley de matrimonio y de la adopción y cada vez serán más. Incluso algunos de ellos, como Suecia o Argentina, se han reunido con nuestros colectivos para conocer cómo lo había aprobado España. Hay que tener claro que se está avanzando y los activistas españoles nos sentimos orgullosos de que el modelo esté cambiando. Por fín, España ha exportado derechos y lo haya hecho muy bien.
¿Bolo Bolo teme que si el PP gana las elecciones generales o regionales pueda producirse un retroceso en este ámbito?
Dos meses después de la aprobación del matrimonio homosexual presentaron un recurso al Constitucional basado en la homofobia. Le hemos pedido por activa y por pasiva que lo retire, pero no quiere. No pensamos que pueda producirse un recorte de derechos porque entonces habría ciudadanos de primera y de segunda. Nos gustaría que el PP entendiera nuestro discurso, pero no quiere y es una constante en Toledo y en la mayoría de España. Son los primeros en criticar y los primeros que se han casado gracias a la ley. Se trata de una hipocresía institucional que no se entiende.
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