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El Carmina Burana de la coreógrafa china Jin Xing hace las delicias de sus espectadores
Su éxito se debe a la expresividad y dramatismo que la coreógrafa impregna en la composición
El Palacio de Congresos de la Exposición Internacional 2008 de Zaragoza se ha rendido este lunes ante la adaptación de la coreógrafa y bailarina china Jin Xing de la cantata escénica del compositor alemán Carl Orff (1895-1982), una reflexión sobre el individualismo en la sociedad, interpretada con una escenografía impecable.
La primera de las nueve grandes representaciones del ciclo de artes escénicas en este escenario de la Expo 2008 ha levantado de sus asientos a los espectadores del Palacio de Congresos, que han aplaudido durante casi cinco minutos a la compañía de danza de la artista asiática y a la orquesta Enigma que, junto al coro zaragozano Amici Musicae, ha interpretado la partitura de Orff.
En el espectáculo, en el que se ha respetado al máximo la composición original de la obra, los bailarines de Jin Xing han transmitido una visión contemporánea y plástica de este clásico, con una cuidada iluminación y una destacable coordinación en sus pasos.
Las casi doscientas personas que se han congregado en escena, entre músicos, coristas y bailarines, han dejado con un buen sabor de boca a los cerca de 1.500 espectadores del recinto por su expresividad y sus movimientos dramáticos, con los que han representado el conflicto continuo entre el individuo y el grupo en la sociedad actual.
Los bailarines, caracterizados con vestimentas y maquillaje que retrotraían a la China Imperial, han danzado sobre el escenario ayudados por varas y telas y han sorprendido a los presentes, al igual que una lluvia que ha caído sobre ellos en los últimos compases de la representación.
La reflexión de Jin Xing sobre el individualismo ha acabado como una alegoría a la soledad y a la incapacidad de sobreponerse a la condena de aceptar los criterios establecidos, presa de sus propios miedos.
Contra el régimen
Al frente del proyecto ha estado la "controvertida" Jin Xing, una de las artistas más importantes de China, que creó la primera compañía de danza privada del país y que continuamente ha desafiado las convenciones del régimen con su peculiar vida, ya que fue coronel del Ejército chino y hace 13 años cambió de sexo y se convirtió en mujer.
Jin Xing se inició en el baile muy joven, en una academia del propio Ejército, y con sólo 18 años, como hombre, recibió el premio al mejor bailarín de ballet clásico del país
Su éxito se debe a la expresividad y dramatismo que la coreógrafa impregna en la composición
El Palacio de Congresos de la Exposición Internacional 2008 de Zaragoza se ha rendido este lunes ante la adaptación de la coreógrafa y bailarina china Jin Xing de la cantata escénica del compositor alemán Carl Orff (1895-1982), una reflexión sobre el individualismo en la sociedad, interpretada con una escenografía impecable.
La primera de las nueve grandes representaciones del ciclo de artes escénicas en este escenario de la Expo 2008 ha levantado de sus asientos a los espectadores del Palacio de Congresos, que han aplaudido durante casi cinco minutos a la compañía de danza de la artista asiática y a la orquesta Enigma que, junto al coro zaragozano Amici Musicae, ha interpretado la partitura de Orff.
En el espectáculo, en el que se ha respetado al máximo la composición original de la obra, los bailarines de Jin Xing han transmitido una visión contemporánea y plástica de este clásico, con una cuidada iluminación y una destacable coordinación en sus pasos.
Las casi doscientas personas que se han congregado en escena, entre músicos, coristas y bailarines, han dejado con un buen sabor de boca a los cerca de 1.500 espectadores del recinto por su expresividad y sus movimientos dramáticos, con los que han representado el conflicto continuo entre el individuo y el grupo en la sociedad actual.
Los bailarines, caracterizados con vestimentas y maquillaje que retrotraían a la China Imperial, han danzado sobre el escenario ayudados por varas y telas y han sorprendido a los presentes, al igual que una lluvia que ha caído sobre ellos en los últimos compases de la representación.
La reflexión de Jin Xing sobre el individualismo ha acabado como una alegoría a la soledad y a la incapacidad de sobreponerse a la condena de aceptar los criterios establecidos, presa de sus propios miedos.
Contra el régimen
Al frente del proyecto ha estado la "controvertida" Jin Xing, una de las artistas más importantes de China, que creó la primera compañía de danza privada del país y que continuamente ha desafiado las convenciones del régimen con su peculiar vida, ya que fue coronel del Ejército chino y hace 13 años cambió de sexo y se convirtió en mujer.
Jin Xing se inició en el baile muy joven, en una academia del propio Ejército, y con sólo 18 años, como hombre, recibió el premio al mejor bailarín de ballet clásico del país
