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- Aunque la norma se votará este jueves es decir hoy, los grupos han manifestado su intención de voto en el Pleno.
- El PSOE critica que Unidas Podemos le acusara de "pactar con la derecha en un retroceso de derechos LGTBI".
Aunque la votación del texto no será hasta este jueves debido a la carga legislativa que había hoy en la Cámara Baja, la mayoría de portavoces parlamentarios han ido avanzando el sentido de voto de su grupo. Según lo manifestado en cada intervención, la ley trans saldrá del Congreso sin los apoyos del PP, Vox y Ciudadanos. "Hoy este Congreso cierra armarios y abre puertas y ventanas para asegurar vidas libres a todas las personas trans y LGTBI", ha celebrado la ministra de Igualdad, Irene Montero, en el Pleno.
Se acelera así la cuenta atrás para la entrada en vigor de una de las leyes más importantes de Igualdad y cuya tramitación ha estado marcada por las polémicas que la libre autodeterminación de género -el derecho a cambiar de sexo en el DNI solo con la propia voluntad- ha generado entre los socios de Gobierno. De salir todo según los planes del Ejecutivo, la ley verá la luz a principios de 2023, poco más de dos años después de que la titular de Igualdad abriera la consulta pública para empezar a elaborar un texto.
En ese periodo de tiempo, la ley ha superado las los 'rifirraffes' entre Irene Montero y la exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, que desde el principio se mostró retractora a ella. Ha sorteado las enmiendas a la totalidad de la derecha, e incluso ha conseguido que llegase al Pleno de este miércoles pese a los retrasos que se prolongaron durante el periodo de enmiendas y a la amenaza que supuso la falta de acuerdo respecto a la autodeterminación de los menores de edad.
El PSOE celebra la ley, aunque aspiraba a una "mejor"
Eso sí, no han sido todo flores entre los socios de coalición, que no han dejado escapar la oportunidad de lanzarse reproches. Andrea Fernández, secretaria de Igualdad socialista, ha afeado a los moradosque hayan acusado al PSOE de "pactar con la derecha en un retroceso de derechos LGTBI". Se refería Fernández a cuando los socialistas registraron una enmienda en la que pedían ascender a 16 años (ahora está en 14) la edad mínima para poder hacer un cambio registral de sexo sin aval judicial.
Es una falta de respeto a un partido centenario", ha subrayado entre ovaciones y aplausos de su partido. "He de decirles que el PSOE pudo imaginar una ley mejor", ha reconocido, defendiendo que sus propuestas fallidas apostaban por generar un marco "jurídicamente más robusto". "El avance más importante en 44 años"
También el resto de grupos favorables a la ley han aprovechado para reivindicar las enmiendas que quedaron en el tintero. ERC ha celebrado que la ley avance en su tramitación, pero considera que "no es suficiente" y que seguirán luchando por defender los derechos que "quedan pendientes". La diputada republicana María Caravalho ha reivindicado desde el atril las enmiendas específicas a las personas trans migrantes y el reconocimiento de las personas no binarias, que finalmente han quedado fuera de la ley. Todo ello reconociendo que la norma
"supone el avance más importante en 44 años de democracia".
Desde Bildu también han echado en falta la inclusión del colectivo no binario y la ampliación de derechos a inmigrantes en una ley que, pese a todo, consideran "imprescindible". Igual que Compromís, cuyo portavoz Joan Baldoví ha recordado a las "grandes olvidadas" en el texto, en referencia a las personas no binarias y a los menores de 12 años. "De cara al Senado, pediría que se estudie la posibilidad de ampliar el margen de confianza respecto a esos menores", ha coincidido Pilar Calvo, de Junts.
Por su parte, el diputado del PNV Joseba Agirretxea, ha valorado el "gran salto" que supone la iniciativa hacia la "despatologización" de la transexualidad y ha recriminado la actitud de las llamadas feministas clásicas que sostienen que acarreará el "borrado femenino".
Visiblemente emocionada, Sofía Castañón, de Unidas Podemos, ha recordado a todas las personas trans asesinadas por su identidad sexual y ha asegurado que la ley "no se va a tumbar", pese a las promesas de los partidos de derecha de recurrir el texto ante el Tribunal Constitucional.
PP, Vox y Cs, críticos con la ley
Desde el PP han lamentado que vaya a salir adelante una ley tramitada "con los informes en contra", "sin contar con los profesionales" e impulsada "a todo correr". "¿No les ha servicio de precedente lo que ha pasado con la ley del 'solo sí es sí'?", ha preguntado la diputada popular Rosa María Romero. "Una ley con tanta trascendencia como esta exige un debate serio, tranquilo y sosegado con toda la sociedad", ha reiterado.
Más duros todavía han sido los de Vox, que han acusado al Ejecutivo de pretender "destruir la naturaleza humana". "Un niño que rechaza su cuerpo es un niño que sufre, sin autoestima (...) y por eso rechaza su cuerpo, no su identidad sexual. Lo que ese niño necesita es un diagnóstico médico completo", ha defendido Carla Toscano.
En Ciudadanos, sin embargo, han sido ambiguos. No han dejado del todo claro si se abstendrán o se posicionarán en contra en la votación de este jueves. "Lo estamos valorando", cuentan fuentes de la formación morada. Durante su intervención, Sara Giménez ha reprochado la "tramitación chapucera" de la ley, tras asegurar que el Gobierno "no ha estado a la altura".
"Es un sabor agridulce, porque, por un lado, hay un avance en reconocimiento de derechos, pero, por otro, ni la Cámara, ni el Ministerio, ni el Gobierno han dado la respuesta que este colectivo merecía", ha aseverado. Para Cs, la ley podría haber sido "más garantista" de haber contemplado sus enmiendas relativas al la protección de los menores garantizando que se informa a sus padres, o a la regulación específica en materia deportiva.
Autodeterminación de género desde los 16 años
Salvo sorpresa de última hora, la ley llegará con los mismos pilares con los que salió del Consejo de Ministros este verano. Esto es, la libre autodeterminación de género (sin consentimiento paterno ni aval judicial) desde los 16 años. El texto permite que las personas de entre 14 y 16 años cambien su sexo en el DNI con el consentimiento de sus representantes legales, y entre los 12 y 14 mediante autorización judicial. Responde esta medida -esencia del articulado- al afán del Ejecutivo por "despatologizar" a las personas trans y que dejen legalmente de ser consideradas enfermas. De este modo, se fijan una serie de pasos a seguir en el camino hacia la rectificación registral.
La persona que así lo desee deberá solicitar el cambio ante un encargado del Registro Civil y rellenar un formulario en el que manifieste su disconformidad con el sexo que consta en sus documentos. Pasados los tres meses se volverá a convocar al solicitante para que reafirme su solicitud y, en un margen de tiempo de máximo un mes, el encargado del Registro Civil deberá dictar una resolución final.
La norma contempla también la posibilidad de que aquella persona que ya haya conseguido el cambio de sexo se arrepienta. En ese caso, tendrán que haber transcurrido seis meses como mínimo desde la rectificación para optar a una reversión que solo se concederá si la aprueba un tribunal.
Además, las terapias de conversión, destinadas a modificar la orientación sexual de una persona, pasarán a estar completamente prohibidas con esta ley, incluso cuando cuenten con el consentimiento de la persona afectada, y se castigará con multas de hasta 150.000 euros.
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