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getFechaHoraNoticia("20070727 0258")27/07/2007 02:58 ALICIA LOZANO n "Más que los palos, lo que más me duele es el daño moral. Ser transexual ya es difícil de llevar, y si encima te pegan por serlo se hace bastante duro". Éstas son las palabras que Mónica, una transexual malagueña de 26 años, expuso ayer a este periódico refiriéndose a la agresión que sufrió la tarde del miércoles en el centro de Sevilla.
Mónica explicó que ella y otras dos amigas realizaban una visita turística cuando tres cocheros de caballos comenzaron a dirigirles piropos que se convirtieron en insultos al darse cuenta de que eran transexuales. "Uno de ellos nos mostró los genitales. Yo le contesté y entonces vi que sacaba de su coche una barra de hierro y empezaba a perseguirme. Intenté defenderme lanzándole una silla de una terraza pero el cochero me alcanzó con la barra en las costillas.". Mónica añade que su agresor le causó también varias heridas con un vaso de cristal, pero apunta que lo que lleva peor es el trato recibido. "Lo más duro es la humillación de que te traten como algo raro".
La transexual relató también que fueron varios empleados de la cafetería los que salieron a mediar en la trifulca y avisaron a los servicios de emergencia, que la llevaron al Hospital Virgen del Rocío. La Policía Local consiguió identificar al agresor pero no ha realizado detenciones y declara que posiblemente habrá denuncias cruzadas porque el testimonio de los cocheros difiere del de las jóvenes. "Todo apunta a que hay dos partes en litigio y será la autoridad judicial la que dirima responsabilidades, si las hubiere", manifestó un portavoz del Cecop. Este periódico intentó contactar ayer sin éxito con el cochero denunciado para conocer su versión de los hechos.