*Bueno, como mucos de ustedes sabrán, nuestro grupo venía propugnando desde su fundación en 1992 una ley que permitiera superar la discriminación que sufre nuestro colectivo, principalmente a nivel legal, pero también a nivel social, económico y laboral.
En 1998/1999 presentamos una ley que en tiempo coincidió con el primer proyecto socialista de "Ley Trans 1999/2000". Entonces gobernaba el PP y el PSOE desde la oposición quiso plantear una reforma que pudiera consensuar dicho partido, pero también respondiendo a su propia mentalidad algo conservadora en relación a la sexualidad en general y a la transexualidad en particular.Planteamos una dura batalla, junto con la mayoría de colectivos de España, para que no se exigiera la Cirugía Genital obligatoria para el cambio de sexo legal. En esa lucha que ha perdurado hasta hace algunos años, fuimos perdiendo de la causa a todos los grupos trans en aras al pragmatismo de priorizar la connivencia con el PSOE aunque estuviera en la oposición.
Desde Transexualia, CIG de Granada, Lambda Valencia y de activistas como Carla Antonelli que apoyaron la "ley ablacionista", pasando por otros grupos que hacían como si no fuera con ellos. Nos quedamos solas, pero no aisladas. En realidad, todo el mundo, políticos o no, sabía en su fuero interno que teníamos razón.Y en eso, el trabajo arduo de tantos años dio su fruto, y principalmente como se ha visto, se confirmó nuestra lucha contra la cirugía forzosa a cambio de derechos.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenaba a Inglaterra en términos acordes con nuestros planteamientos en contra de la discriminación de la transexualidad, y dicho país legislaba en 2004 (creo que fue 2004) con una ley que fue la primera en no exigir la cirugía genital.Ello hizo que nuestras compañeras y compañeros se convencieran de que sí era posible, y necesario en consecuencia, luchar por nuestros derechos sin someternos a cirugías castrantes, por no voluntarias.
Esta nueva situación y el ascenso del gobierno Zapatero, de talante más progresista que sus antecesores del socialismo, han permitido se presente esta ley trans de corte similar al Inglés.Valoración de la ley La ley no representa superar la discriminación del colectivo transexual, sino que consagra esta discriminación en un marco legal más tolerante hacia la realidad del colectivo. Incorpora la posibilidad del cambio de sexo sin cirugía genital forzosa, pero mantiene la concepción clínica de la transexualidad, absolutamente alejada de toda base científica, perpetuando criterios sexistas y discriminadores hacia la realidad transexual.
Se mantiene la "concepción machista" acerca de la transexualización física como fundamento de un cambio de sexo legal, en sintonía con un absurdo diagnóstico psiquiátrico/psicológico de disfunción o transtorno transexual.Ello en una evidente paradoja con la pérdida de contenido jurídico del concepto "sexo legal" al igualarse hombres y mujeres en derechos ante la ley, y frente a una amplia doctrina científica que aboga por desterrar los criterios sexistas y discriminadores acerca de la transexualidad por más que se disfracen de "pseudo-ciencia". La "pseudo-ciencia" que amparará la futura ley en los requisitos para el reconocimiento legal.Por si fuera poco, la ley se olvida por completo de los menores, desprotegiendo absolutamente al sector más desfavorecido de nuestro colectivo e incumpliendo la obligación del legislador de salvaguardar los derechos del menor frente a, en ocasiones, la intolerancia y la represión del entorno familiar o escolar. También olvida la ley la realidad de discriminación sanitaria que sufre el colectivo, la discriminación laboral, o la escolar y educacional...Dicen haber hecho una ley para combatir nuestra discriminación pero no han afectado ninguno de los sectores y problemas que la posibilitan. Y en lo legal, en la discriminación ejercida desde el poder, ni tan siquiera han sido capaces de encontrar una formulación aséptica que no nos insulte. "No somos personas en un cuerpo equivocado, sino que vivimos en una mentalidad social discriminadora y equivocada". No somos seres transtornados o enfermos a quienes un diagnóstico deba abrir la puerta de nuestra identidad legal: somos personas capaces, independientes, ciudadanos/as de pleno derecho por nuestra propia presunción de "ser nosotros quienes decimos somos quien somos".Resumiendo, la ley representa un resultado positivo y un avance en la situación cotidiana del colectivo transexual que encontrará un asiento legal en la sociedad, pero la ley no superará la discriminación social que sufrimos porque consagra dicha discriminación en su formulación esencial al considerar al transexual un ser diagnosticable carente de los mismos derechos que el resto de ciudadanos/as.La ley no contempla, como era prioritario, la discriminación legal de la transexualidad como una forma más de violencia de género, de superación de moldes sociales sexistas, de quiebra de la igualdad de todos los ciudadanos y ciudadanas ante la ley. Se enfoca la transexualidad, en cambio, buscando medios para justificar y afianzar dicha violencia de género, aún suavizándola, y perpetuar la sociedad sexista y discriminadora.
El proceso de la ley Nosotras, vista la experiencia pasada de desunión de los colectivos, y en consideración a que el principal logro de no forzarse la cirugía en la ley ya estaba conseguido, hemos mantenido una actitud prudente. Hemos manifestado nuestra opinión a quien ha querido escucharla, y creo hemos ayudado a que el colectivo reflexione su opinión alrededor de la ley.
Por otra parte, no es cierto que los políticos o el gobierno hayan escuchado a los grupos trans. Se han reunido con grupos, eso sí, pero sólo se escuchan a sí mismos porque para entendernos hay que desproveerse de la soberbia del poder.
Tampoco es cierto que existan grupos, en la actualidad, cuyo esfuerzo haya propiciado cualquier matización aparente de la ley. Desunidas como estamos poco podemos hacer. Los sectores filo socialistas de la transexualidad siguen en su aburrida tarea de justificar todo lo que provenga del gobierno. Es verdad que ésta vez sí ha existido crítica, contra la demora de la ley, por ejemplo. Pero sólo su anuncio, como en una escenificación, sin un planteamiento independiente que merezca ese nombre.
En fin, siempre al servicio de su majestad...Se han disfrazado debates y organizado conclaves vacíos de contenido. Todo al servicio de la fontanería social, lo más alejado posible de la realidad de las personas desfavorecidas de la calle, al servicio de la partitocracia española en que cualquier atisbo de reflexión es cercenado de inmediato por inconveniente.
En eso estamos. La ley abrirá un nuevo contexto para los grupos que deberemos adaptarnos a la nueva situación y reflexionar sobre nuestros cometidos y propósitos. Existimos, luego avanzamos.
Natàlia Parés Vives
Presidenta delCol·lectiu de Transsexuals de Catalunya*