El otro gran tema es la dificultad para encontrar el contacto sexual, que se encuentra conforme se avanza en edad. Armand de Fluvià, socio fundador, presidente de honor del Lambda y promotor del Grupo de Otoño opina que desde los 45 comienza un proceso de invisibilidad dentro del ambiente que te saca del mercado sexual, y por tanto del ambiente homosexual. “No es que no te miren, es que no te ven. Si a los 45 ya no tienes pareja es muy difícil encontrarla”, aclara Armand.
Algunos recurren a la prostitución para mantener su actividad sexual (porque, pese al tópico extendido, el deseo sexual no tiene porque disminuir con la edad). Pero si Armand manifiesta haberla probado y no interesarle, para Jaume, de 65 años y socio del Lambda desde hace 10, reconoce que la satisfacción física está presente, pero critica que van lo más rápido que pueden para acabar antes y que hay una clara falta de afecto. “No descarto seguir yendo de vez en cuando no por sistema, pero a mí lo que me gusta es tener pareja”, añade Jaume.
La discriminación planteada se refiere a cuando un gay anciano intenta tener un contacto sexual, con alguien mas joven. Es una posibilidad escasa, reconocen todos los interlocutores, pero los hay que las han tenido. “Yo no he tenido dificultades para tener relaciones sexuales con jóvenes a partir de las secciones de contactos de las revistas gays, los hay que buscan gente mayor”, afirma Jaume. Cosa que también manifiesta Josep.
Josep Vila explica que el rechazo se ve incrementado si el mecanismo de relación es el deseo “pero sino lo es, si es hacer una revista, ir de excursión la discriminación no será tan evidente. Incluso hay personas mayores que pueden funcionar muy bien dentro del ambiente homosexual, dependiendo mucho del individuo”.
La escasez de locales específicos para gente mayor es vivido por algunos como un gueto dentro del gueto. Otros como Josep Anton Rius no ven mal la existencia de locales específicos, ya que facilitan que quien busque gente mayor sepa donde encontrarla. Pero especifica le parece bien siempre que se produzca una mezcla intergeneracional.
Por otro lado Jordi, de 60 años y también miembro del Lambda critica que a la gente mayor también le gustan sólo los cuerpos danone. Y explica que entre gente heterosexual es más normal que se vea una pareja ambos con más de sesenta. El problema es que “a todos nos gustan jovenes”. Jaume discrepa en este punto y explica que en el Tatú se le ha acercado gente de su edad que estaba interesado en tener una relación con él, aunque manifiesta su preferencia por jóvenes.
Armand explica que la discriminación no es sólo para el contacto. Para entablar la amistad a los jóvenes les resulta pesado tener una persona de mas de 60 años entre sus amigos, cuando en otros tiempos resultaba interesante “incluso se buscaba la amistad intergeneracional”. Para Jaume hay una palabra que lo define todo y es carroza, que según él está muy extendida.
Pese a esto, todos reconocen que con la edad las posibilidades de contacto sexual disminuyen, por lo general. “Te crece barriga, pierdes el pelo, la piel se arruga...” explica Jaume, “Es que con mi edad” argumenta Josep. Lo que esta claro es que la vejez no resulta atractiva en el mercado sexual del ambiente. Lo que se plantea desde el Lambda es precisamente la creación de unos nuevos valores que permitan que los 70 años puedan ser atractivos. La solución que plantea Armand se resume en “una educación que dé una visión de los modelos estéticos que no marginen la vejez, que vean la arruga bella, que vean la cana interesante, que haga interesante la experiencia de los ancianos” y critica a unos medios de comunicación por “su bombardeo de cánones estéticos únicos que imponen los cuerpos danone, los gimnasios y la juventud”.
Una sociedad en la que ser viejo provoca pánico, donde las clínicas de cirugía estética no paran de crecer, donde los gimnasios están repletos, las técnicas para evitar el envejecimiento son prueba del miedo a ser viejo... una sociedad que nos muestra entre las mas viejas folclóricas de nuestro país, los más lamentables y esperpénticos resultados de todo este miedo... Está claro que tener una cierta edad no es un valor positivo. Y todos tendríamos que comenzar a preocuparnos de este tema porque más tarde o temprano, todos llegaremos, todos nos haremos carrozas y sufriremos las mismas discriminaciones que se sufren ahora. O en palabras de Josep Vila: “La mayor discriminación está en la negación que se hace desde el propio colectivo que nosotros también nos haremos mayores, y que perderemos unas cosas y necesitaremos otras”.
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