Antes de que Pablo Alborán decidiese contar su verdad, otros famosos también tuvieron que esconder su condición sexual, conscientes de que podían sufrir el rechazo del público o acabar con sus carreras.
"Fue un hombre maravilloso, muy sensible. Un hombre muy discutido, que en estos momentos no es conveniente de aclarar. Pero fue un amor imposible. Esa unión era imposible. Y no digo más, por Dios". Esas fueron las esquivas palabras de Carmen Sevilla cuando acudió en 1983 al programa de José María Íñigo y tuvo que contestar sobre la petición de matrimonio que antaño le había propuesto el tenor Luis Mariano.
El denominado rey de la opereta, nacido en Irún y mitificado en Francia, rodó junto a Carmen Sevilla cuatro películas en las que ejercía de galán. Frente a la cámara cumplía su cometido, pero fuera de rodaje no disimulaba su risa aguda o su amaneramiento, desatando la ira del productor. Su homosexualidad, pese a ser 'vox populi' dentro de la profesión, resultaba inconfesable en la década de los 50, y ni la propia Carmen Sevilla encontraba palabras para explicarlo 30 años después.
También Vicente Parra tuvo que amoldarse a los tiempos en que vivía. Tras cautivar a España entera con su interpretación en '¿Dónde vas, Alfonso XII?', comenzó a emprender el rol de apuesto seductor. Resultaba incompatible vivir abiertamente su condición sexual y seguir protagonizando películas en las que diera la réplica a glorias nacionales como Concha Velasco, Paquita Rico o Sara Montiel. En las entrevistas aseguraba haber estado enamorado de Natalia Figueroa y Analía Gadé, intentando ocultar un secreto que empezaba a desmoronarse. Con la llegada de la Transición y casi a modo de rebeldía, en 1976 decidió posar desnudo para la extinta revista 'Papillón', siendo así pionero en el destape masculino y provocando que el Ministerio de Información y Turismo ordenase el cierre de la publicación. Eso sí, con toda la sorna y mala baba, aquel reportaje llevaba por título: 'El descanso de la guerrera'.
A veces no hacía falta ser el protagonista que enamoraba a las mujeres para que cayese sobre el actor una losa que lo condicionase a las falsas apariencias. Es lo que le ocurrió a Antonio Ferrandis, siempre perfecto en papeles de hombre honrado o de padre de familia. El intérprete de la oscarizada 'Volver a empezar' no ocultaba su sexualidad frente a los compañeros de profesión, conscientes todos ellos de que mantenía una relación sentimental con el ayudante de producción de José Luis Dibildos, aunque ambos viviesen en apartamentos separados. El hecho de encarnar al entrañable Chanquete de 'Verano Azul' lo alejaba todavía más de cualquier confesión que pudiese ser motivo de escándalo. Cuando Pilar Eyre lo entrevistó para 'Interviú' en 1982, aseguró no necesitar a las mujeres a ningún nivel, confesó ser un hombre sexualmente frío y ante la pregunta de qué opinaba sobre la homosexualidad, dijo así: "Es otra forma de sexualidad. Me hace gracia que la gente diga que es una aberración. Hay casos entre hombre y mujer mucho más aberrantes que la homosexualidad".
El ambiente teatral, al ser quizás menos comercial y más permisivo, toleró que Paco Morán declarase en alguna ocasión sus relaciones con otros hombres y que se desvelase el romance entre Enric Majó y el escritor Terenci Moix.
La industria musical también ha contribuido a ocultar la condición sexual de sus más comerciales fichajes, desde los tiempos del cantaor Pedrito Rico hasta el más reciente Pablo Alborán. A principios de los 80, las quinceañeras se deshacían en gritos y halagos hacia Pedro Marín, que arrasaba con éxitos como 'Aire' o 'Que no'. En las entrevistas aseguraba haber estado enamorado de todas sus amigas, e incluso que le gustaban todas sus fans. Años después de su debut declaró ser bisexual, y poco tiempo más tarde abandonaría su carrera musical, llegando a alegar que la compañía discográfica ejercía un control demasiado fuerte. Era la época en que también triunfaban Los Pecos e Iván, aunque era Miguel Bosé quien se alzaba como el número uno. Respaldado por una oleada de enloquecidas admiradoras que soñaban con que fuese su amante bandido, Bosé esquivaba cualquier pregunta amorosa con ambigüedad e incluso llegó a vaticinar por entonces que jamás contraería matrimonio. Se volvió experto en jugar a los equívocos y no fue hasta hace unos pocos años cuando se supo de la existencia de Nacho Palau, su pareja durante más de dos décadas.
"A dos milímetros escasos de tu boca" era el estribillo que entonaba el presentador Jesús Vázquez, cuando a principios de los 90 se convirtió en el nuevo ídolo destinado a forrar las carpetas de las adolescentes. Aseguraba no tener tiempo para el amor, aunque accedió a realizar un reportaje en el que la francesa Marlene Mourreau ejercía de amante ocasional. El injusto y prejuicioso Caso Arny destapó la homosexualidad del presentador, así como la del humorista Jorge Cadaval, que también había posado en algún momento con alguna supuesta novia. Lo que fue una intolerable caza de brujas les sirvió a su vez para coger fuerzas y vivir con plena libertad su condición sexual.
Fuente:https://www.elmundo.es/loc/famosos/2...f9f8b4651.html