Empezó a cotizar a los 14 años, se jubila a los 78 y se declara indignada: “Querría viajar, pero la con la paga que me queda no me da”
Se llama Dolores Agra Rodríguez, pero todos aquellos que la conocen le dicen Loli y saben de ella que con apenas 14 años cumplidos, ahora tiene 78, empezó a rendir cuentas a la Seguridad Social. Por ello, ahora esta empresaria alcanzará la jubilación con el mérito de ser la mujer con más tiempo cotizado.
Este reconocimiento, sin embargo, tiene su cara amarga: después de toda una vida trabajando (y cotizando) la pensión de Agra no llegará ni a 1.000 euros. “Me indigna. Siempre había querido viajar, pero con la paga que voy a recibir no me da. Aunque mucho peor está quien no le llega ni para comer o para cubrir las primeras necesidades… Eso sí, los políticos trabajan dos años y ya tienen la vida solucionada”, ha explicado al canal Cuatro.
Hay que tener en cuenta que el cálculo de la pensión por jubilación se basa en el tiempo de cotización y, sobre todo, en la cuota abonada. A diferencia de los asalariados, los autónomos pueden escoger su base de cotización y, como ocurre desde hace años, la inmensa mayoría optan por cotizar el mínimo.
Hace unos días, en conversación con la agencia EFE, esta gallega explicaba desde su tienda coruñesa, Lencería Marta -el nombre comercial es el de su hija, una jubilada de banca- que desde febrero de 2019 su situación es de jubilación activa, y en el mismo mes del próximo año obtendrá la definitiva.
“Necesitaba el dinero, en mi casa hacía falta”, relata y celebra que en su andadura de autónoma siempre le haya ido muy bien y, sobre todo, que haya gozado de “buena salud”.
La economía precaria de su hogar está detrás de sus comienzos a tan temprana edad, porque con ironía dice que “pequeña” sigue siendo, “con muchos años, pero pequeña”, en alusión a su estatura.
Y, valiéndose del mismo sarcasmo y del hecho de que no haya tenido enfermedades, bromea con que ella es una de las que hace valer el refrán aquel de “mujer enclenque, mujer para siempre”.
Ahora querría disfrutar de la existencia y de los pequeños placeres, como el café, porque viajar ya lo ha hecho, y bastante. “Viajé mucho cuando mis hijos eran pequeños. Todos los años íbamos a París; mi nieta mayor trabaja ahora allí”, explica.
El trabajo en el que le hicieron su primer contrato era similar al que luego ha regentado, solamente que por aquel entonces “se vendían botones, hilos, encajes, dedales, cosas pequeñas, se cosía mucho... Y algo de lencería, pero poca”, nada que ver con la actualidad, precisa.
Dolores, Loli, luce en una de las paredes de este inmueble repleto de percheros, cajas y estantes la Medalla de Plata al Mérito en el Trabajo, con fecha del 13 de septiembre de 2016.
Cuando le dijeron que le iban a conceder esta condecoración, su hijo creyó que era guasa. Pero no era así, el reconocimiento sí era para Loli, la de ojos vivarachos, la del comercio al pormenor de la avenida del Pasaje, en la glorieta de los Castros de A Coruña. Y aunque tímida, fue al acto de entrega de la medalla, algo tan merecido después de su prolija aportación al sistema público de pensiones.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/economi...Qxg2u77bQ3g-y0