Tweet
hombre-gay-maduro-1.jpg
Por David Mateo Casado
Es obvio que lo hombres gais también se hacen mayores, como lo hacen el resto de las personas, independientemente de su orientación afectivo-sexual. Siempre ha habido hombres gais, fueran o no visibles, se llamarán así o de otro modo, e irremediablemente siempre se han hecho mayores.
Esta idea, sin embargo, sigue siendo rompedora socialmente.
En primer lugar, ¿qué supone hacerse mayor? ¿Qué supone específicamente envejecer para un hombre gay? ¿Hay diferencias en su caso?
En segundo lugar, ¿son visibles los hombres gais mayores en la actualidad? Si no lo son, ¿por qué razón?
Y, por último, ¿la comunidad LGBT está sabiendo responder a las necesidades y retos de este colectivo? ¿Están siendo ellos mismos capaces de hacerlo?
Tras realizar la investigación de mi Trabajo Final de Máster Los hombres gais también se hacen mayores. Propuesta de taller psicosocial para hombres seniors gais del Máster Interuniversitario en Intervención Psicosocial de la Universitat de Barcelona (UB), podemos establecer las siguientes conclusiones:
2. Esas personas deben hacer frente a las siguientes dificultades:
3. Por estas razones, el miedo a ser discriminados puede derivar en un triple proceso de prejuicio, discriminación e invisibilidad que dificulta su integración social.
4. Existe una escasa identificación de las dificultades que afrontan los hombres mayores gais en los segmentos de hombres homosexuales más jóvenes.
5. Aún así, el 85% de las problemáticas de los hombres mayores gais son comunes al resto de las personas mayores.
Un elemento específico de este colectivo es la homofobia interiorizada (IH) y sus efectos personales. Sabemos hoy que las implicaciones negativas de la IH en los procesos psicológicos de los homosexuales son numerosas y ser gay también influye en la manera en la que viven su ancianidad y en cómo se desenvuelven con un entorno aún heterosexista.
Por otro lado, los hombres mayores gais se benefician de manejarse con una identidad estigmatizada mediante competencias críticas, como apartarse con claridad de relaciones tóxicas para conservar su propio bienestar personal.
Así, su concepto de felicidad puede tanto referirse a un conjunto de actitudes personales ante la vida, como reducirse al hecho de tener o no tener pareja llegada la madurez.
En cualquier caso, son conceptos interesantes desde una perspectiva psicosocial porque se relacionan con la salud psicoemocional. De hecho, la depresión está presente en la vida de algunos hombres mayores gais y se solapa con eventos personales traumáticos como una ruptura sentimental, un divorcio o la propia jubilación.
En cuanto al envejecimiento, más allá de considerarse un proceso vital natural e inevitable que en muchos casos puede llevar a la constricción y la merma físicas, se caracteriza también por ser un conjunto de actitudes mentales y emocionales con aspectos positivos, como el aumento de la experiencia, de los conocimientos o del criterio a la hora de tomar mejores decisiones.
Por otro lado y en la misma línea de lo comentado anteriormente, existe además la creencia de que tener pareja estable amortigua los efectos y las consecuencias de este proceso, en una especie de réplica del modelo tradicional de monogamia que procede de su juventud.
Con respecto a la salud sexoafectiva de este colectivo, muchos son hombres además sexualmente activos y con parejas estables con las que se siente menos solos y gozan de mejor salud.
Más allá de la prevalencia del VIH/SIDA y el sentirse al margen de aplicaciones y avances como la PrEP, se considera necesario establecer una preparación del proceso de envejecimiento para evitar actitudes poco realistas ante el hecho de hacerse mayor.
Surge la idea de un posible ‘Síndrome de Peter Pan’ en muchos de estos hombres, que podría darse hasta en casos de 70 años. El aferrarse al disfrute personal y mitos como el del ‘amor romántico’ pueden estar detrás de la dificultad para establecer en algunos casos compromisos estables.
En contra de lo que se pueda pensar, la mayoría de los hombres mayores gais no están aislados, sino que disponen de varios tipos de apoyo social (como por ejemplo parejas estables, ex-parejas, grupos de amigos, familias de origen o recursos de la propia comunidad LGBT).
Diferente es la situación por ejemplo de una pareja anciana que debe ingresar en una residencia, donde pueden ser separados y obligados a dormir en habitaciones separadas. Este sería un caso en el que envejecer siendo un hombre gay puede convertirse en un proceso difícil y doloroso.
En el caso de llegar a la tercera edad solo, se considera muy importante pacificar la relación con uno mismo como una garantía para construir una forma saludable de soltería en muchos casos, compatible con la posibilidad de disponer de familias alternativas y relaciones cruciales, como con las madres en el caso de seguir vivas.
Las principales conclusiones de esta investigación fueron defendidas ante el tribunal universitario de la Facultad de Psicología de la Universitat de Barcelona el pasado 27 de septiembre de 2018.
Fuente: https://laplumainvertida.com/los-hom...&utm_campaign=
Por David Mateo Casado
Es obvio que lo hombres gais también se hacen mayores, como lo hacen el resto de las personas, independientemente de su orientación afectivo-sexual. Siempre ha habido hombres gais, fueran o no visibles, se llamarán así o de otro modo, e irremediablemente siempre se han hecho mayores.
Esta idea, sin embargo, sigue siendo rompedora socialmente.
En primer lugar, ¿qué supone hacerse mayor? ¿Qué supone específicamente envejecer para un hombre gay? ¿Hay diferencias en su caso?
En segundo lugar, ¿son visibles los hombres gais mayores en la actualidad? Si no lo son, ¿por qué razón?
Y, por último, ¿la comunidad LGBT está sabiendo responder a las necesidades y retos de este colectivo? ¿Están siendo ellos mismos capaces de hacerlo?
Tras realizar la investigación de mi Trabajo Final de Máster Los hombres gais también se hacen mayores. Propuesta de taller psicosocial para hombres seniors gais del Máster Interuniversitario en Intervención Psicosocial de la Universitat de Barcelona (UB), podemos establecer las siguientes conclusiones:
- Nos encontramos en España y en Catalunya ante la primera generación de personas LGBTI que llegan a la madurez y la vejez en democracia y con amplios derechos políticos y sociales.
2. Esas personas deben hacer frente a las siguientes dificultades:
- las propias de hacerse mayores en el marco de una sociedad edadista (del término ageism, en inglés). Lo mainstream es ser joven.
- la necesidad de tener que ocultar de nuevo su sexo afectividad y/o su identidad de género, en según qué contextos sociales.
- los hombres mayores gais sienten miedo a ser discriminados en espacios de atención pública y acompañamiento a personas de la tercera edad porque faltan servicios específicos para ellos con personal cualificado, aun cuando ya se disponga de legislación anti-homófoba en Catalunya y otras comunidades autónomas y pese a disponer de asociaciones que atienden específicamente a su colectivo.
3. Por estas razones, el miedo a ser discriminados puede derivar en un triple proceso de prejuicio, discriminación e invisibilidad que dificulta su integración social.
4. Existe una escasa identificación de las dificultades que afrontan los hombres mayores gais en los segmentos de hombres homosexuales más jóvenes.
5. Aún así, el 85% de las problemáticas de los hombres mayores gais son comunes al resto de las personas mayores.
Un elemento específico de este colectivo es la homofobia interiorizada (IH) y sus efectos personales. Sabemos hoy que las implicaciones negativas de la IH en los procesos psicológicos de los homosexuales son numerosas y ser gay también influye en la manera en la que viven su ancianidad y en cómo se desenvuelven con un entorno aún heterosexista.
Por otro lado, los hombres mayores gais se benefician de manejarse con una identidad estigmatizada mediante competencias críticas, como apartarse con claridad de relaciones tóxicas para conservar su propio bienestar personal.
Así, su concepto de felicidad puede tanto referirse a un conjunto de actitudes personales ante la vida, como reducirse al hecho de tener o no tener pareja llegada la madurez.
En cualquier caso, son conceptos interesantes desde una perspectiva psicosocial porque se relacionan con la salud psicoemocional. De hecho, la depresión está presente en la vida de algunos hombres mayores gais y se solapa con eventos personales traumáticos como una ruptura sentimental, un divorcio o la propia jubilación.
En cuanto al envejecimiento, más allá de considerarse un proceso vital natural e inevitable que en muchos casos puede llevar a la constricción y la merma físicas, se caracteriza también por ser un conjunto de actitudes mentales y emocionales con aspectos positivos, como el aumento de la experiencia, de los conocimientos o del criterio a la hora de tomar mejores decisiones.
Por otro lado y en la misma línea de lo comentado anteriormente, existe además la creencia de que tener pareja estable amortigua los efectos y las consecuencias de este proceso, en una especie de réplica del modelo tradicional de monogamia que procede de su juventud.
Con respecto a la salud sexoafectiva de este colectivo, muchos son hombres además sexualmente activos y con parejas estables con las que se siente menos solos y gozan de mejor salud.
Más allá de la prevalencia del VIH/SIDA y el sentirse al margen de aplicaciones y avances como la PrEP, se considera necesario establecer una preparación del proceso de envejecimiento para evitar actitudes poco realistas ante el hecho de hacerse mayor.
Surge la idea de un posible ‘Síndrome de Peter Pan’ en muchos de estos hombres, que podría darse hasta en casos de 70 años. El aferrarse al disfrute personal y mitos como el del ‘amor romántico’ pueden estar detrás de la dificultad para establecer en algunos casos compromisos estables.
En contra de lo que se pueda pensar, la mayoría de los hombres mayores gais no están aislados, sino que disponen de varios tipos de apoyo social (como por ejemplo parejas estables, ex-parejas, grupos de amigos, familias de origen o recursos de la propia comunidad LGBT).
Diferente es la situación por ejemplo de una pareja anciana que debe ingresar en una residencia, donde pueden ser separados y obligados a dormir en habitaciones separadas. Este sería un caso en el que envejecer siendo un hombre gay puede convertirse en un proceso difícil y doloroso.
En el caso de llegar a la tercera edad solo, se considera muy importante pacificar la relación con uno mismo como una garantía para construir una forma saludable de soltería en muchos casos, compatible con la posibilidad de disponer de familias alternativas y relaciones cruciales, como con las madres en el caso de seguir vivas.
Las principales conclusiones de esta investigación fueron defendidas ante el tribunal universitario de la Facultad de Psicología de la Universitat de Barcelona el pasado 27 de septiembre de 2018.
Fuente: https://laplumainvertida.com/los-hom...&utm_campaign=
