dd.jpg
El día que “me sacaron” del armario mi vida se desmoronó. Hace 23 años las cosas no eran como son ahora, no había ningún referente lésbico y la vida, tan irónica, le había dado a mi familia religiosa y conservadora, una hija lesbiana con muchísima pluma.
Tenía yo 16 años cuando una chica de mi clase contó a mi madre que me había visto besando con una chica. En ese momento mi vida se volvió realmente oscura.
Durante tanto tiempo pensé que algo estaba mal en mí, intenté con todas mis fuerzas “comportarme como heterosexual”, sintiendo vergüenza de mí misma. Tanto tiempo que perdí luchando conmigo.
¿Qué me salvó? Conocer otras mujeres lesbianas, tanto en la vida diaria como verlas en televisión, la terapia, para aprender que lo malo era la lesbofobia de mi entorno, no lo que yo soy.
Salir del armario es algo que a día de hoy disfruto mucho. Ya sabéis que las mujeres lesbianas no salimos solo un día del armario, no. Es algo que tenemos que hacer constantemente ya que siempre se presupone nuestra heterosexualidad.
Una de mis mejores salidas del armario la viví el año pasado, cuando con Paula, la mujer con la que me casé, nos sentamos en una consulta médica. “Buenos días, somos pareja y queremos formar una familia, me gustaría embarazarme con el óvulo de mi mujer”.
Esas palabras que parece que no significan mucho, significaban años de lucha para mí. “Entonces estáis en el lugar correcto”, nos respondió con una gran sonrisa el médico que nos atendió en Reproclinic, la maravillosa clínica lesfriendly en la que nos embarazamos Paula y yo de nuestra hija con el método ROPA.
Las salidas del armario, que antes me aterrorizaban, ahora me llenan de Orgullo. Algo tan simple como buscar guardería o empadronar a tu hija se convierten en salidas del armario. Lo que yo antes vivía en la oscuridad lo vivo desde la luz, desde el sentirme plena, llena de amor.
“Ay, pero qué niña tan bonita”, nos dijo el otro día una mujer mayor mientras estábamos esperando en un semáforo. “¿De cuál de las dos es?”, nos preguntó mirándonos a Paula y a mí.
“Es de las dos”, le contesté con una sonrisa. “Somos una familia con dos mamás”.
“Uy, de dos mamás, pero qué suerte tienes bonita”, le dijo a nuestra niña sin dejar de sonreír.
Feliz Día de la Salida del Armario. Recuerda que dentro solo asfixia, la vida y el amor están fuera.
Fuente: https://ovejarosa.com/dia-para-salir-del-armario-pase-tanto-tiempo-intentando-comportarme-como-una-hetero-ahora-salir-del-armario-me-llena-de-orgullo/