El cuerpo de Oksana ha aparecido en su casa de París, donde llevaba 5 años viviendo alejada del mundo y dedicada a su gran pasión, la pintura. Extrañas circunstancias rodean el suceso, aunque todo apunta a que pudiera ser un suicidio ya que se encontró una nota en la casa.Fundó Femen en Ucrania en 2008 junto a Anna Hutsol y Oleksandra Shevchenko. Femen se autodefinía como movimiento feminista, ateo y abolicionista, y centró sus principales esfuerzos en denunciar el uso del cuerpo femenino, y en general de la mujer, como objeto de consumo de los hombres. Fueron muy criticadas por aparecer semi desnudas en diversas cumbres y convenciones nternacionales, pero lo cierto eso fue, efectivamente, lo que les permitió captar la atención de los medios y hacernos cuestionarnos por qué nos echamos las manos a la cabeza porque una mujer exponga libremente su cuerpo donde quiera pero no lo hacemos por los catálogos que en Ucrania venden mujeres para “casamientos concertados” por 2000 euros, por la trata de mujeres, su infrarrepresentación en la sociedad o la normalización de violaciones y abusos a mujeres en la mayor parte del planeta. Oksana siempre denunció que en su país una mujer solo era un producto, no un sujeto, como contó en el documental I am Femen (2014): “En Kiev (…) muchos turistas europeos creían que si nos invitaban a un cocktail o una taza de café, nos iríamos con ellos a la cama”. Oksana se hartó. Quería ser dueña de su cuerpo, y si este era considerado objeto de consumo, ella se iba a encargar de que dejara de ser un objeto de satisfacción masculina para convertirse en un objeto capaz de remover conciencias. Fue suya la decisión de llevar el torso desnudo e ir pintadas de textos y flores, dispuesta a hacerse con el foco de los medios. Así se atrevió a protestar contra Putin, jugándose la cárcel, dos años antes de que empezara el conflicto entre Rusia y Ucrania. Por supuesto, pagó un precio. Fue secuestrada y torturada por el KGB en Bielorrusia y tuvo que exiliarse a Francia para no volver, algo que le quedó marcado.
Su fallecimiento ha sido un duro golpe tanto para el movimiento como para las otras cofundadoras de Femen, Oleksandra Shevchenko y Anna Hutsol, que ayer quisieron despedirse de su amiga refiriéndose a ella como una “heroína de nuestro tiempo”. La historia de las tres es una larga historia. Una historia de activismo y revolución desde la infancia. También junto a ellas creó, con tan solo 19 años, el centro de Nueva Ética Feminista, años antes de Femen. Nos quedamos con una de sus frases:
“Estoy muy feliz de lo que hicimos, de lo que hacemos y de lo que haremos. Por eso, una vez más, les digo a las mujeres de todo el mundo ¡Vamos a estar juntas y vamos a pelear juntas!”
Fuente: http://www.mirales.es/quien-era-oksa...a-los-31-anos/