La adolescencia es un momento clave para el desarrollo afectivo-social de cualquier joven. La socialización y la afectividad son motores principales en la vida de las personas. En su desarrollo estable y equilibrado influyen la familia, amistades y el conjunto de la comunidad, que proporcionan a los/as adolescentes pautas, modelos y referentes.
Cualquier fallo en este proceso desemboca en un fuerte desarraigo y un sentimiento de profunda pérdida ¿Qué respuestas reciben los /as adolescentes LGBT en este sentido?, ¿Quién puede responder a sus necesidades en la Comunidad Educativa?
Pocas respuestas encontrarán en sus libros de texto, donde la diversidad afectivo-sexual y de identidades de género ha sido borrada e invisibilizada en la Historia, la Literatura o la Biología y, si lo hace, suele ser una vaga mención, no siempre acertada. Las bibliotecas escolares carecen de fondos bibliográficos que aborden estas cuestiones. Asignaturas como Ética, Ciudadanía o Filosofía podrían generar espacios idóneos para el cuestionamiento de la heteronormatividad y cisnormatividad hegemónicas o la inclusión de la transexualidad; sin embargo, están desterradas gracias a la Ley Orgánica de Educación vigente.
¿Dónde y cómo aplicar la transversalidad si la totalidad del profesorado coincide en que no ha recibido formación específica para abordar estas cuestiones?, ¿dónde están los referentes si ni siquiera el profesorado LGBT se atreve a visibilizarse?, ¿quién habla de atención a la diversidad afectivo- sexual e identidades de género, de educación inclusiva y prevención del acoso escolar LGBT-fóbico en las aulas hoy en día? ¿Hay que seguir apelando a la buena predisposición e iniciativa individual de algunos/as docentes?
En la Sociedad del Conocimiento resulta absurdo pensar que el alumnado no se planteará estas cuestiones o que si no se las proporciona la Comunidad Educativa, no encontrará respuestas a sus preguntas. ¿Qué tipo de ética cívica y profesional concibe abandonar a un/a menor LGTB en pleno desarrollo socio-afectivo y exponerle a que trate de conformar su identidad confrontando sus necesidades personales en un entorno LGBTfóbo?
No solo las familias y los/as docentes educan. Todos y todas tenemos una responsabilidad dentro de la amplia comunidad educativa que es nuestra sociedad. Padres, madres, tutores legales, docentes y personal no docente de los centros educativos, medios de comunicación y otras instituciones públicas o privadas somos agentes educativos.
Solo medidas que busquen la cooperación y la creación de redes reales contra la LGBT-fobia e impliquen la participación del conjunto de la sociedad, podrán acabar con la intolerancia, la violencia y el discurso de odio contra la diversidad afectivo-sexual e identidades de género. Por ello, animamos a todos los ciudadanos/as a acudir a las urnas este 20 de diciembre y votar por la igualdad real del colectivo LGBT.
Grupo de Educación de COGAM.