¿Homofobia en las aulas?
Un adolescente homosexual. La incomprensión. La falta de comunicación. La violencia. El amor. La escuela. Los amigos. La familia. Todos estos mundos aborda La edad de la ira, la novela del escritor español Fernando J. López, que se contactó con Boquitas pintadas para convidarme a leer su libro. “Habla de un tema tabú: la homosexualidad en el ámbito escolar”, me dijo. Acepté el convite no bien el libro llegó de España. La obra resulta tan atrapante que devoré sus 320 páginas en menos de una semana.
Los invito a una entrevista con el autor, un docente de alma que por su experiencia se atreve a decir: “Hay un enorme problema de acoso escolar hacia los alumnos homosexuales”. Explica que, en gran parte, esto se debe a cuanto han oído en sus casas, a la falta de implicación de ciertos docentes o a la labor no siempre responsable de los medios de comunicación. El habla de lo que observa en las aulas de su país, pero considera que la realidad escolar que se observa allá se asemeja a la argentina.
Más abajo les dejo un video, un booktrailer que Fernando rodó con alumnos de su grupo de teatro -todos son de la edad de los protagonistas de la ficción- y donde se grabaron diálogos de la novela.
-¿De Fernando López que dirías que trata el libro?
- Creo que la novela aborda, sobre todo, dos grandes temas: la violencia y la comunicación. Todo en La edad de la ira gira en torno a un crimen -el asesinato de un padre a manos de Marcos, su propio hijo, un adolescente del que nadie esperaba una reacción como esa- y, a partir de ese suceso, se indaga en las relaciones familiares y escolares entre el mundo adulto y el adolescente. Se intenta esbozar un retrato de qué es lo que no funciona en esos vínculos y qué elementos hacen que pueda llegar a estallar la ira que da título al libro. Además, a partir de la violencia se plantea un tercer y fundamental tema en la novela: la aceptación de la identidad (propia y ajena) y la dificultad para aceptar la diferencia, sea de la índole que sea.
-¿Por qué creés que a los profesores parece que el sistema les exigiera “ser” heterosexuales?
- Porque la homosexualidad sigue siendo un tabú en el mundo educativo. Aún hay mucho camino que recorrer en ese sentido, mucho por hacer todavía. Es un tema ante el que no todo el mundo reacciona igual y donde lo políticamente correcto a veces solo sirve para tapar y ocultar miedos y prejuicios. Hay padres que reaccionan con suspicacia e incluso quienes consideran errónea y desafortunadamente que la visibilidad gay en el aula es una suerte de proselitismo. Incluso quienes, como se cuenta en la novela, omiten en sus clases de Literatura o Filosofía datos de ciertos autores o pensadores para evitar mencionar que eran gays o lesbianas. También creo que, en ese sentido, los docentes debemos ser mucho más coherentes con nuestra identidad: la visibilidad favorece la normalización, la convivencia, la tolerancia… La transparencia es un arma necesaria contra la homofobia, aunque no siempre resulte sencillo.
- Sobre el conflicto vivido por Marcos: ¿Cuánta relación encontrás entre su reacción violenta y su homosexualidad?
-Creo que es una relación, como se dice en la novela, errónea: Marcos no es violento porque sea gay. Marcos se vuelve violento porque se siente incomprendido, porque no sabe cómo reaccionar a un trauma reciente (la muerte de su madre) y porque la vigilancia de su padre se llega a convertir en una pesadilla ante la que le resulta difícil mantener la calma. El hecho de que sea homosexual es solo un rasgo más, lo que se quiere decir en la novela es que toda adolescencia es compleja, porque en esa etapa nos descubrimos a nosotros mismos y ese es un proceso en el que necesitamos contar tanto con el apoyo de los adultos -profesores y padres- como con un espacio propio donde desarrollarnos y encontrar nuestra identidad. Marcos no tiene ese espacio, le privan de él, de ahí su ira.
Lee la entrevista completa en el blog Boquitas Pintadas (Click aqui). Imperdible.
El booktrailer de la novela
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