- • La Generalitat pospone el registro de contagios del VIH
ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA
La ausencia del prometido registro médico que identificará –con datos encriptados– a los infectados por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) no impide que los epidemiólogos de la Conselleria de Salut tengan constancia de que las cifras de contagios aumentan en Catalunya, en especial, entre hombres homosexuales jóvenes. «Sabemos que las cifras de nuevos infectados crecen desde hace cinco años entre los homosexuales, pero, por desgracia, no conseguimos detener esa tendencia», afirma Albert Giménez, director del programa de prevención del sida en la Generalitat. Esto sucede, de forma especial, entre los menores de 20 años, que no han conocido a la primera generación de afectados por el sida, la que conoció las numerosas, y crueles, muertes que se produjeron por esta causa.
Salut registró 650 nuevos contagios del VIH en el 2008, una cifra sin duda inexacta ya que la declaración de la infección sigue siendo voluntaria. Aunque algunos hospitales notifican a la Generalitat las cifras de nuevos infectados del VIH que detectan, el dato no refleja la realidad ya que, al no ser nominal, puede incluir a una misma persona que se haya analizado varias veces.
Para acabar con esa incertidumbre, la Generalitat anunció el pasado enero que antes de la primavera se aprobaría el decreto que regulará el registro de infectados, una medida que ahora ha quedado aplazada hasta el próximo verano, anuncia Giménez. La proximidad con las elecciones catalanas –previstas para noviembre del 2010– permite prever que dicho decreto quedará indefinidamente pendiente. Su redacción ha seguido un controvertido proceso, en el que ha intervenido la reiterada reticencia de las asociaciones antisida a que exista un control de estas características.
La infección del VIH seguirá siendo, en definitiva, una excepción en el sistema de vigilancia epidemiológica del resto de enfermedades de transmisión sexual, que siempre han sido de declaración obligatoria. Este descontrol impide no solo conocer la verdadera extensión de la epidemia del sida, sino identificar con precisión el perfil social de los nuevos infectados. Y si se ignora ese dato, no es posible establecer políticas sanitarias eficaces, reconocen.
RECIÉN NACIDOS /En menor medida, las nuevas infecciones también avanzan en recién nacidos hijos de mujeres seropositivas que no han controlado su embarazo. En España, a las gestantes se les ofrece de forma general, al inicio del embarazo, la prueba que determina si están infectadas por el VIH. Si el resultado es positivo, reciben la terapia que evita la transmisión del virus a su hijo. Este análisis no se realiza si la mujer no es visitada por ningún médico durante su embarazo, situación no inhabitual, según los especialistas, entre algunas mujeres recién llegadas a Catalunya. «Muchas veces, las vemos por primera vez en el momento del parto», aseguran.
La transmisión del VIH de la embarazada a su hijo se evitó casi por completo en los años 90, con la llegada de los fármacos antirretrovirales. Tratando con ellos a la madre, se impide dicho contagio. A los cerca de 250 niños infectados por el VIH que habían nacido en Catalunya antes de disponer de esos fármacos, se han ido sumando algunos más. En la actualidad son unos 300 los niños –jóvenes en su mayoría– que siguen terapia antisida.