En una declaración reciente la Congregación de la Doctrina de la Fe dice que las relaciones homosexuales no son "lícitas", puesto que "Dios no puede bendecir el pecado". De nuevo el Vaticano niega su propia historia con una declaración que tiene poco que ver con lo que consideran sus textos sagrados.
El Antiguo Testamento nos señala el amor que sintió David por Jonatan, o como éste sedujo al rey Saul. También explica como Daniel fue el favorito en la corte de Nabucodonosor o la relación entre Ruth y Noemí. El Nuevo testamento no contiene la más mínima mención reprobatoria a las relaciones homosexuales.
El santoral católico está lleno de personas santificadas que mantuvieron relaciones homosexuales, algunos se arrepintieron, la mayoría no. Hubo muchos que realizaron pactos de hermanamiento (adelphopoiesis), ceremonias que John Boswell señala como las bodas de la semejanza. Sergio y Baco, Cosme y Damián, Polieucto y Nearco…. Todos ellos hermanos de fe, pero mil años después de su existencia se les declaró hermanos de sangre; está declaración coincidió con el inicio de las persecuciones de la sodomía al final de la Edad Media.
San Agustín nos habla de la dulce relación que mantuvo con un joven cristiano, "lo más dulce que experimenté en mi vida", la relación duró un año pues el joven murió:
"Fue arrebatado a mi locura para poder ser preservado contigo para mi consuelo. Pocos días después, estando yo ausente, regresaron las fiebres y falleció". San Agustín quedó desolado. "Todo lo que había compartido con él, sin él quedaba reducido a un tormento cruel. ( ... ) Me sorprendía que siguieran vivos otros mortales puesto que había muerto aquel a quien yo había amado como si no fuera a morir jamás. Y me sorprendió aún más el hecho de que mientras él estaba muerto yo estuviera vivo, porque él era mi "otro yo". Ya lo había dicho alguien refiriéndose a su amigo: que "era la mitad de mi alma". Había llegado a sentir que mi alma y la suya eran "una sola alma dentro de dos cuerpos". De modo que mi vida se convirtió en un horror. No quería vivir sólo con la mitad de mí mismo, y tal vez el motivo por el cual le temía tanto a la muerte era que entonces habría muerto la totalidad de mi amado amigo."
Las Bodas en la Edad Media no las celebraba un sacerdote como en la actualidad, las dos personas que iban a casarse leían el compromiso de unión y luego el sacerdote la bendecía o lo realizaban ante el altar y lo proclamaban a la comunidad. Una pintura con los santos Sergio y Baco refleja claramente esta unión, en este caso santificada por el propio Jesús (en el centro, encima de ambos). Encontrada en el templo de Santa Catalina (monte Sinaí), en la actualidad se encuentra en el Museo Nacional de Kiev.
Su relación ha sido considerada como un ejemplo de las parejas homosexuales del principio del cristianismo, reflejando la tolerancia hacia la homosexualidad de los primeros cristianos, en esta época se les señala a menudo como "erastai" (amantes). De la extensión del rito de adelphopoiesis son testigo los cementerios ingleses e irlandeses, en los que se pueden encontrar numerosos enterramientos con los nombres de dos hombres. Las inscripciones son a menudo una muestra del cariño que se tenían: “El amor los unió en la vida. Que la tierra los una en la muerte”.
El Beato Alcuino de York fue un poderoso ministro en la corte de Carlomagno, quiso convertir Aquisgrán en la nueva Atenas y escribió poemas de amor a otros monjes. Igualmente San Anselmo s XI escribió poemas de amor a otros jóvenes. El epistolario de san Anselmo es anterior a las prohibiciones y persecuciones que contra la sodomía se iniciaron avanzado el siglo XIII, época de Boswell califica como "del último florecimiento del amor homosexual". Según él tuvo relaciones muy emotivas con un monje llamado Lanfranco, le siguieron varios de sus discípulos a los que se dirigía como su «amado amante» (dilecto dilectori)
Allí donde vayas te seguirá mi amor, y allí donde yo esté mi deseo te abrazará ... Entonces, ¿cómo podré olvidarte? ¿Cómo eliminar de mi memoria lo que está impreso en mi corazón como un sello en la cera? Sin que digas una sola palabra, sé que me amas, y sin decir yo una sola palabra, sabes que te amo. // ¿Qué podrá mostrarte una carta mía que tú no conozcas ya, mi alma gemela? Ve a la más recóndita cámara ... de tu corazón y contempla la devoción de tu verdadero amor; entonces conocerás el amor de tu verdadero amigo.
El pasado 17 de marzo Irlanda celebró el día de san Patricio s V. Las autoridades religiosas
no quieren oír hablar de varios hechos de su biografía. Vivió en la Britania romana. Siendo aún niño fue raptado por los piratas y vendido como esclavo a un clan irlandés. Para poder vengarse de sus raptores tuvo que huir a su país y luego regresar a Irlanda. Para poder pagar sus pasajes, según Brian Lacey; ofreció sus favores sexuales a los marineros. Nada extraño en el s IV pues la prostitución masculina en la Britania romana era aceptada públicamente.
Según Brian Lacey, el mismo San Patricio años más tarde pudo tener una breve y apasionada relación homosexual. Fue gracias a un clérigo llamado Tírechán, a finales del siglo IV. Cuenta este religioso que San Patricio, conoció a un hombre al que convirtió al cristianismo. Éste tenía un hijo por el que Patrick sintió una fuerte atracción. Tírechán escribió;
"Le puso el nombre de Benigno, porque él puso los pies de Patricio entre sus manos y pidió no dormir con su padre y su madre, y lloró a menos que se le permitiera dormir con Patricio. Éste bautizó al niño y lo hizo su compañero de por vida, tanto es así que Benigno logró que Patricio lo nombrara obispo de Armagh.”
La relación de monjes, abades y abadesas que tuvieron o desearon tener relaciones homosexuales, la de papas sodomitas sería infinita. Elton John ha calificado esta decisión como de hipócrita, la suscribo plenamente.
Leopold Estapé
Experto en historia LGTBI