He decidido dejar de escribir en este foro. He estado muy a gusto en el y hubiera seguido por mucho tiempo más. Pero valoro mi tiempo y palabras lo suficiente como para malgastarlas en un espacio dominado por una especie de ente irrespetuoso, despreciativo, insultante, maleducado, irreverente y de dudosa capacidad cívica, entre otros cualificativos...Podría añadir bastantes más por que son los que adornan al tal llamado Axelain. No lo hago no obstante, por que me cuesta trabajo bajar tan hondo para seguir en su descripción. No soy la única persona que decide tal renuncia a este foro a causa de este personaje.
Nunca tuve ningún problema a la hora de relacionarme con otras personas, salvo en el propio colectivo identitario. He podido conocer personas de una excelencia de calidad humana y de ruindad absoluta. Existe un visible espécimen de esta última en este foro.
Pasados algunos años de experiencias de aprendizaje y toma de contacto con una sensibilidad y cultura homosexual, he llegado a la conclusión que nuestro problema de integración y aceptación social va más allá de su mero posicionamiento en contra o como rechazo.
Son las actitudes, aptitudes, educación y madurez de cada uno y una de nosotras y lo que podamos o sepamos transmitir lo que hará que se comprenda nuestra esencia como la común a la de toda sociedad. La sociedad española y europea en general no siempre rechaza por ignorancia y cuestiones de homofóbia, también lo hace, y es opinión personal, por cómo transmitimos lo que somos. En muchas ocasiones de forma inadecuada y en otras, de forma burda y distorsionada que para muchas y muchos, nos es ajena totalmente.
Existen personas con otros problemas asociados que no tienen nada que ver con un desarrollo personal, emocional, sexual o afectivo, sin embargo son esas personas las que más se evidencian y nos “desevidencian”. La parte reaccionaria de nuestra sociedad toma como ejemplo estos casos para esgrimir o justificar su intolerable homofóbia. Cuando hablo de problemas asociados, no deprimo a los de salud mental, ni de cualquier otra taxonomía común al todo humano. Me refiero a los menoscabados en educación, madurez y respeto por una voluntaria incapacidad, ineptitud e imbecilidad supina para adquirir un sentido de valor personal en contextos tan básicos como son los de calidad humana y ética.
Asumí la responsabilidad que como mujer me corresponde ante el peso histórico que arrastramos de una falta de solidaridad entre nosotras. De entre todas las mujeres. Como lesbiana, aunque duela reconocerlo, como carencia de gallardia para hacernos valer. Pensé que entre otros espacios, éste vuestro, el de GAG, podía ser uno idóneo. Pensé que podría ser un buen vehículo de libertad y herramienta para ejercer parte de esa responsabilidad. No es así. No me planteo el porqué tampoco pero me conozco lo suficiente como para saber que no puedo consentir ni dejar pasar por alto insulto o menosprecio alguno venga de donde venga. Ante esta disyuntiva tengo claro en qué dimensión chabacana no entraré. La vida ya es bastante difícil como para escoger ciénagas por mares.
Recibid mi afectuoso saludo y admiración por vuestra encomiable labor, altruismo y paciencia.