..Prevalece derecho del primero a proteger sus valores?
Me he permitido extraer de un interesante Blog, el siguiente texto como inicio al debate suscitado por el Presidente Francés sobre el uso del burka y su significado.
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Si yo, o usted en el caso de ser hombre, blanco y occidental, dijera la mitad de cosas que dice esta mujer en su libro "Yo acuso", le tratarían de racista, islamófobo o peor aun, de facha, que, aunque no venga a cuento, es el primer insulto que te sueltan jovencitos que no saben lo que es el fascismo. Y si además es usted educador social, ¡con lo sensibles y multiculturales que somos!, ¡Que escándalo sería!.
Eso que se ahorra Ayyan Hirsi Ali. Es mujer, negra, recibió una educación islámica ortodoxa y ha sufrido y sufre en sus propias carnes el fanatismo islamista: primero la ablación de su clítoris, después las amenazas de muerte. Osea, que no es nada sospechosa.
Que sea todo eso no creo que dé más autoridad a sus argumentos, pero al menos la pone a salvo de la fácil acusación de etnocentrismo de los siempre acomplejados y pudorosos pensadores de Occidente.
Pero es que, además, es una mujer informada y sus argumentos son muy buenos. Ayaan es la Dawkins negra, el azote del islamismo. Por eso está amenazada de muerte, y por eso asesinaron el 2004 al cineasta Theo van Gogh, autor de un documental con guión suyo sobre la violencia contra las mujeres en las sociedades islámicas.
Ayaan fundamenta sus críticas al islam en tres elementos. El primero es que los musulmanes mantienen con su Dios una relación basada en el miedo. Un Dios que exige una completa sumisión. El segundo elemento es que el islam conoce una sola fuente moral: el Profeta. En tercer lugar , el islam está dominado por una moral sexual donde la mujer es propiedad del hombre.
Por supuesto que podemos encontrar similitudes con el cristianismo, pero Ayaan es lo suficientemente sincera y honesta para reconocer que, mientras en occidente el equilibrio entre razón y religión es diferente prevaleciendo la Constitución sobre la Biblia, los preceptos del Corán siguen rigiendo todos los aspectos de la vida de los musulmanes. Un totalitarismo que ahoga al individuo y que somete a la mujer.
Pero donde Ayaan nos golpea con más fuerza está en estos párrafos:
"Pero mi esperanza y mi sueño de que todo esto se dé en Occidente (se refiere al advenimiento de una época ilustrada para el islam) se frustra debido a las vehementes reacciones negativas de ciertos occidentales seculares. Los únicos musulmanes ilustrados se ven obstaculizados por relativistas culturales occidentales que con sus supuestas proclamas antirracistas dicen: "Si te muestras crítico hacia el islam, ofendes a esa gente, y en consecuencia eres un racista (...)" Y aun añaden: "Forma parte de su cultura y no se la puedes arrebatar". Y así se va manteniendo la jaula por más tiempo. Existe un pacto con el diablo entre los occidentales que viven de la defensa de los intereses, la asistencia social y la ayuda al desarrollo y los musulmanes que tienen interés en conservar la jaula. Un interés egoísta a corto plazo".
¿Exagerada?. Bueno, no hace falta irse a Holanda para corroborar sus palabras. En el episodio de las famosas caricaturas sobre Mahoma, la reacción de algunos profesionales que se dedican a temas de inmigración me dejaron estupefacto. En lugar de la defensa sin paliativos de la libertad de expresión , criticaban a los que se atrevieron a mofarse del profeta. Tolerancia y respeto a otras culturas decían, en vez de exigírselo a los musulmanes que amenazaron de muerte a los dibujantes. Por no hablar de la connivencia de algunos profesionales con supuestos "lideres espirituales" de la comunidad musulmana para que medien en asuntos privados que, en muchos casos, lo único que defienden es el inmovilismo o su estatu quo, a costa del desprecio a la mujer o a las decisiones individuales.
Ayaan Hirsi Ali. Una feminista con causas de peso.
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