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Manel Dalgó: “Ser transformista no es solo maquillarte y ponerte encima de un escenario, hay que actuar”

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  • Manel Dalgó: “Ser transformista no es solo maquillarte y ponerte encima de un escenario, hay que actuar”

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    Texto: Sandra Cuenca/ Fotos: M.D.

    Manel Dalgó es un actor y transformista español que ha triunfado con sus espectáculos por toda Europa. Protagonista del documental “The Man Behind the Woman” dirigido por Enrique del Pozo y voluntario en la asociación presidida por la Princesa Estefanía de Mónaco, “Fight Aids”, Manel dejó Barcelona para comenzar una vida en Berlín, donde ha conseguido triunfar haciendo lo que más le gusta.

    Dalgó empezó a estudiar Danza con ocho años en Barcelona para después conocer el ambiente de la ciudad. Atraído por el teatro, descubre el transformismo en el cabaret “La Belle Epoque” que dirigía Dolly Van Doll, y se presenta a un concurso en una discoteca barcelonesa. Gana ese concurso y al poco tiempo entra en “Barcelona de Noche”, donde conoce a Ana Lúpez, vedete internacional que tiempo después se convertiría en su mentora. Después de trabajar tiempo en España se marchó en 1991 a Alemania, lo hizo a través de Fidel Rodriguez (Fummy Boy), un buen amigo, para formar parte de su grupo el “Trío Opele”. Ellos habían trabajado por la costa francesa y en Berlín estaban en el Cabaret “Chez Nous” que era lo más top en el tema del transformismo. Así que abandonó España, en Alemania estuvo hasta el 2008 que cerraron el Cabaret, acabó siendo el director artístico del local berlinés.

    Dejas Barcelona para irte a Berlín, imagino que tanto a nivel personal como profesional fue un gran cambio, ¿no?

    Lo fue, a nivel profesional fue un subidón, no tenía nada que ver. Date cuenta que te estoy hablando del año 1991, ahora hay mucha visibilidad con esto del Drag, pero en aquella época estábamos bastante limitados a la hora de trabajar, sobre todo en España que solo podíamos hacerlo en discotecas de ambiente gay. En Alemania el transformismo estaba a años luz de España. El “Chez Nous” en Berlín era como la casa madre, era el típico sitio por el que habían pasado todas las estrellas de Hollywood, se abrió en 1958. En aquella época, con lo del Muro, toda la gente que iba a Berlín, al festival de cine, acababan en este local porque era el único sitio de ese tipo. Aparte de eso, nosotros hacíamos giras, yo he trabajado en teatros, en parques al aire libre para seis mil personas y aquello era muy diferente a lo que se vivía en España. Es verdad que en el “Barcelona de Noche” se trabajaba bien,igual quepasaba en el “Gay Club” de Madrid, pero empezar a trabajar en teatros, que la gente compre programas de mano y que te esperen a la salida para hacerse una foto contigo y pedirte un autógrafo, para mi aquello fue un regalo que me hizo la vida, era sentir que todas aquellas personas te trataban como artista y fue genial.

    Ser transformista me parece una profesión complicada y difícil, tienes que maquillarte y subirte en unos tacones, salir a un escenario e interpretar un personaje, ya no es solo ser actor, es mucho más. Me interesa saber por qué Manel decidió dedicarse al transformismo y no duda en remontarse a su infancia. “A ver, desde pequeño empiezas a ponerte las faldas de tu hermana, te colocas delante de un espejo con un micrófono para hacer playback de alguna canción de la Carrá y bailas. En el tema de bailar, debo decir que yo era bajito y redondito, no tenía cabida para bailar en grupo como hacían otros amigos, mi cuerpo no daba”, y añade, “yo descubrí el transformismo y con él una forma de canalizar mi parte femenina, aprendí a estar delante del público y, debo decir que soy bastante tímido pero al ir maquillado es como si me convirtiera en otra persona con diferente personalidad”. Para él es una manera de actuar, son actores, “Yo interpreto un personaje creado por mí, no canto, eso se lo he ahorrado al público (ríe). Hago playback y tengo que conseguir hacer reír, llorar o poner los pelos de punta mientras interpreto un papel. Ser transformista no es solo maquillarte y ponerte encima de un escenario, hay que actuar y venderlo.

    Creo que tienes que hacer un esfuerzo doble al salir al escenario…

    Como transformista lo hago, porque tengo que tomar prestada la voz y la personalidad de otra persona, de otro artista. Ha habido épocas, por ejemplo en la crisis que hubo en el 2008, en las que mucha gente se quedó en paro y tengo conocidos que se metieron a transformistas, una profesión que está muy maltratada en España. Ahora se le está empezando a dar el sitio y la visibilidad que se merece, gracias a artistas como Nacha La Macha o Supremme De Luxe y todos estos compañeros que ha hecho el Drag Race, que al final es otra forma de transformismo. Yo tiro más por el transformismo clásico, el de toda la vida. Empecé en 1986, soy casi del jurásico.

    Si no es indiscreción, ¿Cuántos años tienes?

    Cumplo 54 el día 12 del mes que viene. Cuando yo empecé en esto había muchas folclóricas y pensé que tenía que buscar mi propio sello, no quería hacer una Pantoja o una Jurado. El hecho es que sabía bailar, me pasé desde los 8 a los 20 años en una academia, bailaba desde flamenco o contemporáneo hasta clásico, así que podía aplicar todo lo que había aprendido. Cogía canciones típicas, como aquella que tenía tanto éxito, (y nunca entenderé porqué) la de Bony Tyler, “It´s A Heartache”, yo la bailaba como podía y sin entender inglés, la interpretaba como yo la sentía y la gente se volvía loca. Ha habido muchas cosas como esta que me han sorprendido pero que funcionaban, por lo que seguí por ese camino. Huía un poco del folclore, pero un día tuve que hacer de flamenca y lo hice, me puse una bata de cola y actué, la gente me dijo que lo había hecho muy bien.

    En Alemania te hiciste muy conocido, ¿no?

    Si, en el ambiente artístico tengo un nombre, o al menos lo tenía, ahora no lo sé. Era conocido porque además cada dos años hacíamos una gira, es decir, un año estábamos en Berlín y al otro viajando, pasábamos casi siempre por los mismos sitios. Me queda la espinita de no haber sido profeta en mi tierra. En España estuve a punto de montar un espectáculo como el que hacíamos en Berlín, pero no pudo ser. Me encantaría presentar otro trabajo, lo que pasa es que soy de los que piensan que a mí ya me dieron la oportunidad cuando era joven, y ahora es el momento de hacerlo con los que llegan. Me gustaría hacer televisión pero al no vivir en España es muy complicado.

    Protagonista del documental dirigido por Enrique del Pozo, “El hombre detrás de la mujer, ¿cómo conoces a Enrique y cómo surge la idea de hacer ese proyecto juntos?

    Yo conozco a Enrique desde que era un crío, era mi ídolo durante la infancia, por edad ¡eh! Teníamos un amigo en común, Pierrot, que nos quería presentar para que nos conociéramos, estuvimos dos años intentándolo, al final pudimos coincidir e hicimos muy buenas migas. Le conté un poco la historia de cómo empecé en esto, lo que había hecho y le enseñé fotos, Enrique pensó que aquello tenía que conocerlo la gente. “Hay que hacer un documental”, me dijo, yo pensé que a nadie le iba a interesar mi vida, pero al final lo hicimos. Estamos preparando una presentación en Madrid y Barcelona.

    Buscando en Internet he visto que Secun de La Rosa os da las gracias, hablando de su película El Cover, a ti y a Kiko Alcázar…

    Kiko es un artista gráfico que me presentó Enrique del Pozo e hicimos amistad, él es amigo de Secun y de su hermano. Ellos sabían que yo estoy muy cerca de Shirley Bassey y cuando Secun creó el guion de la película, el bar donde pasa todo se llama Shirley, contactó conmigo para decirme que había escrito un papel para ella. Me mandó el guión, se lo enseñé a ella y le encantó, pero por circunstancias no pudo hacerlo, así que le ofreció cantar la canción del crédito. Con la llegada de la pandemia, por el tiempo y caché no se pudo hacer. Con ella tengo una amistad familiar, es como mi hermana mayor. Cuando me proponen cosas así yo no me meto en el trabajo, yo se lo presento y si ella dice que sí les paso un mail a su oficina en Londres después se encargan ellos. Kiko había venido a Mónaco a hacerle unas fotos, al final de esas fotos se hizo una en grande y la firmó, esa foto sale en la película.

    Hablemos de la asociación Fight Aids Mónaco, ¿cómo empiezas a colaborar con ellos?

    Cuando en el 2008 cerramos el “Chez Nous” mi marido y yo nos instalamos definitivamente en Mónaco. Yo pensaba tomarme un año sabático, pero solo fueron un par de meses. Conocía la asociación contra el SIDA que preside la Princesa Estefanía, así que llamé a su puerta. La Princesa montó esta asociación, que hace una labor social, porque perdió a alguien muy cercano, un amigo de toda la vida, a causa del SIDA. Se dio cuenta del aislamiento social que sufrían las personas seropositivas. Todavía hay un estigma enorme, ahora con el coronavirus, siendo un virus igual que el VIH, no tienen la misma connotación porque este último está relacionado con la parte sexual. En la asociación lo que hacemos es trabajar de cerca con los afiliados, se organizan fines de semana y se hacen reuniones para tomar un café y charlar, además se ofrece servicio de peluquería, excursiones y entradas para eventos culturales. Que la presidenta sea La Princesa de Mónaco nos abre muchas puertas. Se hacen dos galas al año para recaudar dinero, tenemos gente que nos apoya económicamente y hace casi once años la Princesa tuvo la idea de construir una casa en el campo para gente que no tiene medios o que necesita unas vacaciones y no puede permitírselo, se llama “La casa de la vida” y es para que la gente pueda socializar. El vicepresidente de la asociación es el Dr. Bruno Taillan que trabaja aquí en el hospital, un epidemiólogo muy reconocido y, nosotros somos 5 voluntarios y 4 empleados que tienen sueldo. Una vez al año, en abril, hago la Fiesta Española, preparo sangría sin alcohol, con tapas y me maquillo, me visto de flamenca o flamenco, depende del año. Nuestro objetivo es sacar a la gente del aislamiento social y conseguir que algún día nadie esté estigmatizado, que pueda conseguir un trabajo, pareja o amigos y que se de normalidad a las personas que son seropositivos.

    Vives en Mónaco con tu marido, ¿piensas volver a España?

    Si, volveré, porque cada vez el cuerpo me lo pide más. Lo que pasa es que mi marido es alemán y dice que de aquí no se mueve. Tenemos un apartamento en Marbella, cuando lo compré pensé que pasaríamos algo de tiempo allí, y nada, él dice que no se mueve. Un día volveré, ¿cuándo? no lo sé.

    ¿Tienes algún proyecto nuevo?

    Por el momento no, me han ofrecido algo de teatro pero no hay nada seguro. Ahora queremos presentar el documental “The Man Behind the Woman” en Madrid y Barcelona en cuanto se pueda. Estoy abierto a cualquier cosa interesante, como si me tengo que ir a la Isla de Supervivientes, por perder peso sobre todo (rie).

    Fuente: https://diariomasnoticias.com/2021/08/26/manel-dalgo-ser-transformista-no-es-solo-maquillarte-y-ponerte-encima-de-un-escenario-hay-que-actuar/?fbclid=IwAR2J9Hp2LBXuW5poHNuqkDbHrH6ZLaGBqOk_BFmD ZxU92gw31sVQK6hhQ6c
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