El rechazo a quienes cuestionan los estereotipos de género afecta a Instagram. El “gente sin pluma” o “afeminados, no” es una constante en las aplicaciones gays de ligoteo por Sergio del Amo.
Hace pocas semanas la firma de ropa holandesa Suitsupply lanzó una campaña en redes sociales para promocionar su nueva colección veraniega mediante imágenes que mostraban a hombres en actitud cariñosa. Pero a pesar de que las instantáneas tenían muy poco de eróticas (los modelos están vestidos en la mayoría de fotos: un dato a tener muy presente), en los días posteriores las redes sociales se llenaron tanto de comentarios a favor como en contra de dicha estrategia publicitaria.
Precavidos por lo que podría pasar (en 2016 ya recibieron un aluvión de críticas por lanzar una campaña totalmente opuesta a esta en la que gratuitamente cosificaron la figura de la mujer para aumentar sus ventas), Suitsupply de antemano decidió que en países como Rusia o los Emiratos Árabes no pudiesen verse estas imágenes. Pero ni con esas consiguieron evitar algo muy llamativo: a las pocas horas de hacerse públicas, 12.000 de sus usuarios en Instagram decidieron dejar de seguirles porque imaginamos que se sintieron ofendidos al ver dos hombres trajeados alejados del prototipo del típico macho alfa. La homofobia sigue andando a sus anchas aunque venga dada por una acción tan aparentemente inocente como la del unfollow.
"12.000 de sus usuarios en Instagram decidieron dejar de seguirles porque imaginamos que se sintieron ofendidos al ver dos hombres trajeados alejados del prototipo del típico macho alfa"
Y sino que se lo digan a Jens de Fries, un diseñador de juegos de mesa esculpido en el gimnasio con más de 180.000 seguidores en Instagram. Hace poco, con tal de ironizar sobre los prejuicios de la masculinidad, decidió subir a la red social una serie de imágenes en las que se mostraba llevando un corsé o unos meros pendientes que no acabaron de entender parte de sus seguidores, en su mayoría homosexuales. 1.600 personas decidieron dejar de seguirle, “sobre todo de Brasil y Estados Unidos”. Pero tal como nos cuenta lo que más le impactó no fue el número de unfollows que recibió, sino que “hubo gente que incluso me escribió para preguntarme si me sentía mujer. Yo lo hice como una simple provocación, pero lo que no esperaba es que tantas personas estuvieran tan desinformadas y perdidas sobre cuestiones de género”.
Tras aquello de Fries decidió impulsar el hashtag #notwrong precisamente para denunciar las normas de género preestablecidas, abriendo un debate muy interesante sobre el que hemos querido preguntar a Gabriel J. Martín, el mayor exponente en nuestro país de la psicología afirmativa gay, quien esta misma semana publica en Roca Editorial Sobrevivir al ambiente, su tercer libro.
“Dentro de las diferentes expresiones de la homofobia hay una muy particular, la que se conoce en la calle como plumofobia, que se refiere al rechazo hacia quienes, en su comportamiento, cuestionan los estereotipos de género. Detrás de todo ello hay mucho machismo. El machismo, como ideología, sostiene que la mujer es inferior al hombre y que los comportamientos femeninos son menos valiosos que los masculinos. Para muchos, incluso para no pocos homosexuales, no sólo es más valorable un hombre con comportamientos estereotipadamente masculinos sino que, además, entienden que un hombre que presenta un comportamiento más femenino o se pone complementos de mujer pierde valor como hombre. Lo que hay detrás del rechazo al homosexual afeminado o al que se pone un corsé es machismo puro y duro” argumenta. No hace falta más que darse una vuelta por las aplicaciones de ligoteo gays para darse cuenta de que el “gente sin pluma” o “afeminados, no” es una constante.
"Dentro de las diferentes expresiones de la homofobia hay una muy particular, la que se conoce en la calle como plumofobia, que se refiere al rechazo hacia quienes, en su comportamiento, cuestionan los estereotipos de género. Detrás de todo ello hay mucho machismo"
Tanto Martín como de Fries coinciden en que “los seres humanos somos el resultado de la educación que hemos recibido, y aunque no nos demos cuenta nos han educado de una forma machista”. Aunque no todo está perdido como el psicólogo advierte: “Cada vez se habla más sobre género y eso es con lo que debemos de quedarnos. El número de personas que han dejado de seguir tanto a Suitsupply como a Jens en realidad es pequeño. ¡Imagina qué hubiese ocurrido hace veinte años! Las actitudes homófobas siguen siendo preocupantes pero, afortunadamente, cada vez es mayor el número de personas que las encuentran ridículas. Es bueno que sigamos trabajando para que sean mayoría los ciudadanos que consideran absurdos tanto los estereotipos de género como la homofobia”.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/03/13...rno_rsoc=FB_CM