En una sociedad en la que la publicidad utiliza el sexo para vender de todo, un anuncio de colchones Flex reivindica la asexualidad. La idea detrás de la campaña española, según sus creadoras, es que el día pertenece a los demás: a los jefes, las obligaciones. Pero la noche es de cada uno, para hacer o no hacer lo que quiera. "La cama es el último bastión de libertad que nos queda", dice uno de los protagonistas del spot, cuatro asexuales españoles que han decidido salir del armario.
El vídeo en YouTube de la campaña, que se lanzó el jueves 21 de abril, tiene poco más de 12.000 visitas en cinco días pero está repleto de comentarios de gente que se siente reflejada en los protagonistas y que agradecen la visibilidad que han dado a esta comunidad. El 1% de la población, o 70 millones de personas, son asexuales, es decir, no sienten deseo por otras personas, según el estudio de la universidad canadiense Brock que cita el anuncio.
Las camas que muestra el vídeo sirven para desayunar, leer, estudiar, meditar, dormir, o hacer crochet, pero no para hacer el amor. Por ellas transitan Javier León -autor del libro Asexualidad: ¿se puede vivir sin sexo?, Lucía Lietsi -que ha escrito Diario de una asexual- Miriam Herrera y Pablo Ortiz, que cuentan en primera persona qué significa ser asexual: "A mí el sexo, pues, no me interesa. No es tener algún tipo de trastorno o una enfermedad, es simplemente un gusto". "Los asexuales no vemos al resto de personas como una fuente de placer". "Nos enamoramos románticamente. No sentimos deseo. A mí lo que me gustaría es que la gente se sintiera libre y que si lo que sienten es amor en libertad, pues que participen el amor en libertad sin ningún condicionante".
Ana Herrero y Xisela López, de la agencia Sra. Rushmore, querían que la campaña reivindicase con testimonios reales "el territorio de libertad" del dormitorio. Como metáfora de "estar entre tinieblas", al principio solo se escucha sus voces y se ve qué hacen, y al final, en primer plano, dan la cara.
Lucía Lietsi, de 43 años, había escrito sobre el tema y hasta había participado en programas de televisión, pero como explica a Verne por teléfono, hasta ahora no había mostrado nunca su imagen. "Las cosas han cambiado, la gente ha pasado del morbo a la curiosidad y el anuncio me pareció una oportunidad excelente". Lietsi, "muy contenta", cree que la campaña "está siendo un éxito", porque está llegando mucha gente nueva a la comunidad.
"Mucha gente no sabía qué le pasaba, se sentían raros, y ahora se sienten reconocidos", cuenta esta gijonesa, a la que le han dicho de todo. Que si no existen. Que necesitan un médico que les cure. Que son tan feos que nadie les quiere. Ella suele responder invitando a abrir la mente y a investigar, empezando por la Asexualpedia, una web de referencia sobre esta orientación. "Luego que censuren si quieren, pero con conocimiento".
El anuncio cuenta distintas maneras de ser asexual, porque como cuenta Javier León, de 43 años, "en cada uno se desarrolla de una forma". En su caso no siente deseo, ni necesidad ni estímulos para tener sexo, pero se puede enamorar y tener intimidad con su pareja a través de besos o abrazos. "Puede que yo pueda masturbar a otra persona o tener una relación sexual, pero no porque lo desee, sino por satisfacerla". No es sencillo que una pareja lo acepte, pero él ha mantenido una relación de dos años así. "Cuando conozco a una tía que me gusta, intento ligármela", aclara.
A Lietsi, en cambio, le ofende que la gente asuma que no le gusta el sexo. "Me gusta mucho", dice, y lo disfruta sola y en compañía. Lo que no siente es "esa chispa que te despierta el otro". Le pasó en una relación y llegó a la conclusión de que no debía de estar enamorada. "Si lo hubiera sabido [que era asexual] lo habría vivido de otra forma".
"Por eso la importancia de hacerlo visible", dice. Por eso, también, la buena acogida que está teniendo el spot. "Es la primera vez que veo mi sexualidad reflejada en la tele", comenta una usuaria en YouTube. "Gracias por darnos visibilidad con esta campaña! Espero que más gente tome ejemplo y la sociedad comprenda de una vez que existimos y no somos "bichos raros" ", dice otra.
Fuente: http://verne.elpais.com/verne/2016/04/26/articulo/1461663587_889966.html