Hablemos Activo / pasivo: ambos términos responden a un concepto sexista y patriarcal de la sexualidad. Este paradigma presupone roles sexuales fijos. Basado en el binarismo, aparece como el único modelo sexual posible; en su interior se reproduce la lógica patriarcal y androcéntrica porque asocia la condición “activa” con lo masculino (superior) y la “pasiva” con lo femenino (inferior). La orientación sexual de una persona no está vinculada con los distintos roles que puede desempeñar en sus encuentros sexuales.
Casí siempre las relaciones sexuales entre gays acaban así, descuidando otras practicas sexuales como es el coito interfermoral, es decir, el pene entre los muslos de la piernas del compañero pudiendo frotar el escroto o periné, la masturbación o mutua u otras posturas, y sin hablar de los juguetes sexuales que abren la posiblidades sexuales.
En el caso de la sexualidad e identidad gay masculina, ha sido identificado, retomado y cuestionado el alcance de la categoría activo/pasivo y la importancia de los roles sexuales penetrador y penetrado, sin embargo este debate no está resuelto. Muy seguramente estos roles no dan cuenta de las complejas experiencias homoeróticas, pero no se trata de reducir esta categoría a un acto sexual genital, a simplificar que el activo-penetrador es el masculino que se asume como heterosexual, y el femenino pasivo-penetrado como homosexual; se debe analizar su parte ideológica. Pierre Bourdieu (2000) interpreta esta dicotomía actividad/pasividad como el principio estructural de la dominación masculina sobre las mujeres, y por extensión, de los heterosexuales sobre los homosexuales, dado que el rol “pasivo”, real o supuesto, se sigue considerando degradante; la penetración simbólicamente es considerada una forma de dominación, por ello, lo que está en juego es la jerarquización y la dominación de lo masculino sobre lo femenino.
Han sido comentadas las reacciones y propuestas de algunos homosexuales que reivindican el papel de la pasividad en el acto sexual, y resignifican este concepto al plantear la actividad de la pasividad. Sin embargo, aún permanece vigente esta categoría, no exclusivamente en los homosexuales, sino también en los heterosexuales, no exclusivamente en la práctica sexual, sino también en la subjetividad masculina y la práctica social.
Y con todas estas historias nos estamos perdiendo la multitud de modelos de relaciones sexuales, y un monton de prácticas de las que podemoes disfrutar.