López Baeza, Tomás y Pastor, en las escaleras de la estación de Luceros en Alicante
un estudio de tres alicantinos vincula el urbanismo con la identificación del colectivo lgtbi
17/07/2018 - ALICANTE. La visibilidad social de un homosexual está ligada a que el entorno en el que esté lo considere una zona de confort, es decir, un barrio predominantemente homosexual. Esta es una de las conclusiones del trabajo que han presentado tres jóvenes alicantinos que vincula el estudio del urbanismo con el de las tendencias de comportamiento del colectivo gay.
Jesús López Baeza, Carlos Pastor y Pablo Tomás son los tres estudiantes de arquitectura que han preparado este trabajo. En marcha desde 2015, con él pretenden demostrar la utilidad de relacionar el análisis de redes sociales con la planificación urbanística. Tomás explica que este método "es más popular en otros países como Estonia, Finlandia, aquí no hay tradición de eso".
Escepticismo es una de las respuestas a las que han stado más acostumbrados cuando han planteado la metodología que querían aplicar. "Aquí cuando dices que quieres usar las redes sociales te dicen qué pasa con los niños o con los que no las usan", lamenta. Los tres se muestran convencidos de la capacidad que ofrece la suma de datos cruzados, "es una variante con mucho potencial".
El punto de partida de su trabajo era encontrar una propuesta para identificar las áreas creativas de las ciudades. Bajo el título de Use of applications with georeferenced contacts dating apps to identify creative areas creen haber encontrado un sistema mediante las aplicaciones de contactos.
De las clases creativas de Richard Florida
A ello llegaron siguiendo las ideas de Richard Florida. Este lanzó en 2002 su teoría de las clases creativas que, como resume López, "venía a decir que existía una clase de profesionales del mundo del diseño, la ciencia y la tecnología que era una clase global que se movía de ciudad en ciudad y era el factor de progreso de la misma".
Entre los que forman parte de esa clase creativa estarían, según añade Tomás, "gente bohemia y homosexuales, entre otros". Eso les llevó a los tres a pensar que las aplicaciones para ligar entre gays podían servirles para investigar. Si en estas ya se utiliza la geolocalización y se identifica el propio usuario, podrían analizar sus relaciones entre los espacios.
No es solo, como cabría presuponer, que en barrios como Chueca en Madrid o L'Eixample en Barcelona que popularmente se asocian con el colectivo LGTBI haya más miembros del mismo. Es en estos espacios gay friendly en los que se identifica un asentamiento de la clase creativa. Además, "viendo los análisis y los datos offline veíamos que en el cómputo hay un comportamiento diferente", apunta López.
Dar la cara
Tres ejemplos de las aplicaciones más populares de contactos: Grindr, Tinder y Wapo. Esta última fue la usada para su estudio
De los datos de su trabajo se desprende que en las zonas donde se establecen esas clases creativas, "el número de usuarios es mayor, como también la proporción entre fotografías con identidad". Es decir, que el usuario se sentía lo suficientemente seguro para subir una imagen en la que se le identificara claramente, a diferencia de otras zonas donde los perfiles sin foto o sin caras son mayoría.
De este modo, una de sus conclusiones es que hay una tendencia clara a que un homosexual no se sienta seguro para poder reconocer en una red social ese aspecto según el barrio en el que viva de una gran ciudad. Como indica Tomás, a esa idea llegaron después de descartar relación con la densidad de habitantes de un barrio, su morfología o la renta del mismo. "El problema está aquí, en la visibilidad", concluye.
El uso cruzado del comportamiento de usuarios en redes sociales con geolocalización y el urbanismo les ha proporcionado una nueva herramienta. "Sin conocer una ciudad, con este método hemos identificado las zonas gays porque hay más visibilidad [de las personas], ahora podríamos ir a una ciudad desconocida e identificarlo".
Políticas de actuación más concretas
Pastor apunta rápidamente a uno de los usos que proponen de estos datos, "se podría optimizar una campaña sabiendo dónde se ubican estos usuarios". Por ejemplo, si el Gobierno local de una ciudad quiere mejorar las políticas sociales para aumentar la visibilidad LGTBI, con este sistema delimitarían fácilmente las áreas potenciales donde desarrollar el trabajo.
Estos análisis de los datos de las redes, sumados a los métodos tradicionales con la demografía y la renta, hacen que se vea una parte más compleja de la ciudad. Así lo creen los tres, quienes ven en ello una herramienta para personalizar acciones planteadas a cualquier colectivo, no solo el LGTBI que han estudiado. López lo lleva a la gentrificación, el proceso de desplazamiento de la población de un barrio por otra de mayor nivel adquisitivo. "Si se quiere detener, se pueden ver las áreas potenciales e intentar mantener a sus habitantes ya que se pueden detectar las que están en peligro".
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El estudio de los tres investigadores de la Universidad de Alicante, se presentó en el pasado congreso Urban Growth
Pastor cree que otro uso del estudio de datos de redes sociales geolocalizadas es el de conocer los hábitos de desplazamiento. "Aún con la brecha generacional [en el uso de aplicaciones] se puede ver cómo se mueve la gente por la ciudad, con un nivel de precisión que el análisis tradicional no se da". Más cuando recuerdan que el método habitual de estudio hasta ahora era que una persona se situara físicamente en un espacio y empezara a contar el flujo de personas.
El interés por presentar una de las conclusiones tangenciales a la aplicación de una nueva forma de estudio del comportamiento urbano lo asocian a una nueva era. "Sobre las minorías no se hacen estudios, se hacen análisis globales". Pasar de ese "nadie nos estudia" a estos datos es reflejo de una mayor diversidad, "ahora ya hay antecedentes de investigaciones académicas en el campo del urbanismo, ahora es cuando se investiga sobre desigualdad racial y sexual en el espacio público". Si antes había muchos estudios sobre las diferencias económicas, "ahora es cuando llegan estos otros".
Fuente: https://alicanteplaza.es/se-sienten-...-un-barrio-gay