Cartel y crónica del primer partido de la selección española femenina de fútbol en 1971.
Tal día como este domingo 21 de febrero se jugó hace 50 años el primer partido de la selección española femenina. La pionera y original, pues las futbolistas no fueron reconocidas por la Federación hasta el 21 de octubre de 1980. Aquel partido que se disputó en el estadio de La Condomina de Murcia, y ante Portugal, supuso el punto de partida para un combinado nacional, ya oficial, que se acaba de clasificar para la cuarta Eurocopa de su historia.
La historia de aquel partido comenzó a fraguarse entre bambalinas, como todo lo que rodeaba a un fútbol femenino emergente en los años 70 y que contaba con el rechazo del Régimen franquista y de la Real Federación Española de Fútbol por entonces presidida por José Luis Pérez Payá, que echaba balones fuera cada vez que se le cuestionaba sobre el tema. "No tengo nada en contra del fútbol femenino, pero tampoco me agrada. No lo veo muy femenino desde el punto de vista estético. La mujer en camiseta y pantalón no está muy favorecida. Cualquier traje regional le sentaría mejor", aseguraba.
Sin haber datos oficiales, se estima que en aquella época había en España 950 equipos femeninos, de los cuales sólo 40 contaban con una estructura organizada y sólo 10 se movían por todo el territorio nacional. De todos ellos destacaban cuatro (Sizam de Madrid, Peña Femenina Barcelonista, Polidepotivo Fuengirola y Racing de Valencia) que pusieron en marcha el I Campeonato Nacional de fútbol femenino y a la postre nutrirían de jugadoras a esa primera selección.
El fútbol femenino de la época no podría explicarse sin citar a Rafael Ruiz Muga. No era un hombre de deporte, pues al acabar sus estudios de Magisterio compaginó su trabajo como administrativo con la ayuda en un negocio familiar. Aun así, fue un visionario y aprovechó sus contactos, dotes empresariales y don de gente para posicionar a las futbolistas en primera línea mediática y deportiva. Aunque le costara más de un disgusto. Él fue el encargado de organizar el mítico partido disputado el 8 de diciembre de 1970 entre el Sizam y el Mercacredit que contó con 8.000 personas en las gradas. No fue suya la gestión del partido de La Condomina, pero sin su intervención no podría haberse conseguido.
La idea primaria era que la selección de Portugal se midiera a la selección de Castilla en Madrid, pero por diferentes problemas se tuvo que cambiar el operativo de un día para otro. "Hemos traído este primer partido de la selección a Murcia porque ha sido aquí donde hemos hallado más y mejores facilidades que en ningún sitio. Aquí, por lo que sabemos, hay un gran ambiente", declaró el día de la presentación Manuel Carlón, presidente del Sizam.
Las trabas para que el partido no se disputara fueron muchas y las amenazas llegaron desde diferentes ámbitos. Por un lado estaba la Sección Femenina, rama de la Falange cuyo manual sólo permitía a las mujeres practicar el voleibol, balonmano, baloncesto, hockey, natación, esquí y montañismo. Por otro lado, la Federación, que ni comía ni dejaba comer. Total, que uno se la jugaba a terminar en la cárcel o inhabilitado.
Diecienueve jugadoras fueron llamadas para aquel encuentro: Mari Carmen Arce 'Kubalita', Ana Seijo, Virginia Cuñat, Mari Carmen García, Amparo Herrera, y Paquita Cruz, de Valencia; Cecilia, Marisa, Mari Jo, Angelines Pérez 'Quilla', Vázquez, Virginia, Concepción Sánchez 'Amancio' y Laura, de Madrid; Núria Llansà, Blanca Fernández y Lolita Ortiz, de Barcelona; y Mimí Cañete y Marisa Conde, de Fuengirola. Estas dos últimas no pudieron acudir a última hora.
Las futbolistas de Valencia y Barcelona se trasladaron a Murcia el día antes del partido, mientras que las de Madrid se unirían a la expedición lusa que llegaría el viernes a la capital -se alojarían en el Hotel Claridge- tras ganar a la potente selección de Dinamarca días antes.
El marketing del partido se tuvo que cuidar hasta el más mínimo detalle. El cartel que anunciaba el encuentro presentaba el duelo entre la Selección Nacional Femenina Portuguesa y la Seleccion Nacional de Jugadoras Españolas y tomaba como reclamo el apodo de las jugadoras: Kubalita, La Amancio, La Puskas. "No nos sentíamos pioneras. Nos gustaba jugar al fútbol y lo hacíamos con si en ello nos fuera la vida", cuenta Mari Carmen, a quien el presidente de su club, Javier Jiménez, apodó Kubalita por ser rubia y de ojos azules.
El día de autos hubo todo tipo de presión para que el partido no se disputara. No obstante, se retrasó unos minutos de las 12.00 como estaba previsto por diferentes circunstancias. El presidente de la Federación Murciana, Manuel Cerezuela, se acercó al estadio para que prohibieran la entrada a los organizadores, pero Codina Benítez, presidente del Real Murcia y dueño del estadio por aquel entonces, desoyó las amenazas y permitió que las protagonistas accedieran al estadio.
La confusión generada fuera del estadio, donde el propio Cerezuela se acercó a los aficionados pidiéndoles que no entraran, hizo que el aforo no pasara de los 3.000 aficionados que, sin embargo, amortizaron bien la entrada que oscilaba entre las 50 pesetas en grada de preferencia y 40 pesetas el resto.
El Colegio Regional de Árbitros hizo su parte llamando para que Miguel Sánchez Ramos no arbitrara el partido. Tras una larga discusión y bajo la amenaza de quedarse sin árbitro, se llegó al término medio de que saliera al terreno de juego sin el uniforme oficial y pitara con pantalón de chándal y camiseta azul. Las futbolistas españolas tampoco podían llevar el escudo en sus elásticas ni escuchar el himno, pero para ellas estaban representando al país. "Estábamos muy orgullosas de representar a España y vestir la camiseta roja", cuenta Conchi.
Rafael Ruiz Muga, pionero del fútbol femenino español
El primer once en la historia de España fue el formado por Kubalita, Virginia II, García, Herrero (Herrera), Feijoo (Seijo), Angelines; Vázquez, Virginia I, Cruz, Conchi y Laura. Por parte de la selección lusa jugaron Dores, Mari José, Amelia, Piedad, Calado, Lila. Ana Maria, Julia, Nini, Lina y Ana Santos. Disputaron dos partes de 35 minutos. Laura marcó el 1-0 al rematar una internada de Vázquez por la banda; Conchi puso el 2-0 tras driblar a su marca y fusilar a la guardameta; Ana Santos hizo el 2-1 aprovechando una melé dentro del área; Cruz hizo el 3-1 en un contragolpe y tras asistencia de Vázquez; Mimí firmó el 3-2 de penalti por manos de Virginia II dentro del área; y María Luz hizo el 3-3 definitivo con un disparo lejano.
Después de aquel partido, la selección bautizada como clandestina jugó otros cinco en Turín, Padua, Údine, Córdoba y Badajoz. Luego llegaría la selección que debutaría de manera oficial el 5 de febrero de 1983, también ante Portugal, aunque en La Guardia, y los más de 200 partidos que se llevan disputados desde entonces. "Esas pioneras se merecen todo porque fueron las que lucharon contra todo y contra todos para dejar la semilla de la selección española que tenemos ahora que es una maravilla", sentencia Muga. Con él y ellas empezó todo.
Fuente: https://www.marca.com/primera-plana/...7528b45d8.html