Operada con el sentimiento de sus padres cuando tenía tres años de edad, una persona intersexual demanda a los servicios sanitarios franceses por una serie de operaciones de reasignación de género que considera «violencia voluntaria contra un menor que provocó una mutilación o enfermedad permanente». Por Luis M. Álvarez
Camille es un nombre que en Francia sirve tanto para el masculino como para el femenino, de ahí que sea el que utiliza una persona intersexual, de 38 años de edad, que ha decidido demandar a los servicios sanitarios por una serie de operaciones de reasignación de género que le practican cuando tiene sólo 3 años, con el consentimiento de sus padres, para convertirla oficialmente en un varón. Interpuesta desde 2016, la juez Clermont-Ferrand estudia actualmente esta querella por «violencia voluntaria contra un menor que provocó una mutilación o enfermedad permanente» que, de prosperar, podría tener penas de hasta 10 años de cárcel y una multa de 150.000 euros.
«Mido todo lo que bebo, porque cada vez que tengo que ir al baño, tengo la sensación de orinar cuchillas de afeitar (…). Mi situación como intersexual no me ponía en peligro de muerte. Pero eso no se lo explicaron jamás a mis padres. Para los médicos había que meterme forzosamente en una casilla», declara Camille, explicando que a sus padres no les advirtieron sobre las terribles secuelas físicas que le dejaría el tratamiento y las cirugías a las que le iban a someter. Camille afirma no estar buscando tanto responsabilidades por su situación, sino que otros niños y niñas intersexuales no tengan que pasar por el mismo proceso doloroso.
La Organización de las Naciones Unidos define a las personas intersexuales como aquellas que nacen con características genitales que se corresponden tanto con el sexo masculino como con el femenino. Un circunstancia que se da en 1,7 % de los recién nacidos cada año y que se manifiesta en muy diversos niveles a través de variaciones de tipo cromosomático, anatómico, gonático u hormonal. Alrededor de 200 bebés intersexuales nacen anualmente en Francia, asignándose su sexo de manera rutinaria en un procedimiento que ha sido condenado por la ONU, recomendando su prohibición o moratoria.
Benjamin Pitcho y Mila Petkova, los abogados de Camille, son conocidos en Francia por el caso de otra persona intersexual que reclamó sin éxito que se le reconociera como «sexo neutro». Alemania iniciaba en noviembre los trámites para un proyecto de ley mediante el que se protegiese el derecho constitucional a la protección de la identidad sexual a una persona intersexual, que se materializa desde diciembre por sentencia de su Tribunal Constitucional. Asimismo, en los Estados Unidos, Danna ZZyym, sigue luchando para que se permita en los pasaportes una tercera opción además del masculino y femenino.
Fuente: https://noticias.universogay.com/una..._21012018.html