Berto es hijo de Carmen Ceballos, fundadora de TT. - SÁNCHEZ MORENO
Criado en un ambiente libre de prejuicios y de imposiciones en cuanto a roles sexuales, se dio cuenta de que lo que le molestaba realmente era que «la sociedad no me reconocía como yo me sentía». Sus relaciones con chicas y con chicos no le aclaraban lo que su fuero interno le decía, pero admite que «cuando me confundían en la calle con un chico, me gustaba». El momento clave en que acepta que es un chico se da cuando alguien sale en su defensa ante un comentario despreciativo diciendo que él (ella en ese momento) era «una mujer de los pies a la cabeza». En ese momento reaccionó diciendo «creo que no soy una chica, no pensé, mi boca habló sola».
Llevaba un año yendo al psicólogo, pero no había puesto nombre a lo que sentía. Poco después habló con su madre y decidió cambiarse el nombre por el de Berto e iniciar el tratamiento de hormonación. A día de hoy, se siente atraído por el rol andrógino y define su personalidad como ambigua. «La gente tiene que entender la enorme diversidad sexual». Considera que la desinformación hace mucho daño a las personas trans, muchas de ellas víctimas de bullying en su infancia, y agradece el apoyo que recibió de su padre y su madre. En su opinión, «la sociedad no está preparada para el cambio, pero las personas sí», afirma, parafraseando a Lazlo Perlman, autor del documental Falso orgasmo.
Fuente: diariocordoba.com