Por ENRIQUE MÜLLER, desde Berlín
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Bodo Mende y Karl Kreile se han convertido en la primera pareja gay en casarse en Alemania. La breve ceremonia civil se ha celebrado en el barrio del Schöneberg, en Berlín, después de que el Ayuntamiento decidiera abrir sus puertas en un día festivo, algo inusual en el país. La ley del matrimonio homosexual ha entrado en vigor este domingo, tras ser aprobada el pasado 30 de junio por 339 votos a favor y 225 en contra, gracias a un inédito acuerdo político entre socialdemócratas, verdes, la izquierda y algunos democristianos.
“Por fin hemos dejado de ser una pareja de segunda clase”, ha dicho Bodo Menda, minutos antes de entrar al ayuntamiento junto a su pareja. El rígido horario de trabajo de la burocracia alemana ha quedado hecho trizas este domingo. La gran demanda de parejas que deseaban convertirse en pioneras de la nueva revolución de tolerancia que impera en la primera potencia económica de Europa ha convencido a los ayuntamientos y registros civiles de varias ciudades alemanas, entre ellas Berlín, Hamburgo y Fráncfort, de abrir sus puertas en un día en el que normalmente permanecen cerradas.
Después de la breve ceremonia civil y tras tomarse una copa de champán, Bodo Mende ha destacado la importancia de la ceremonia ante un numeroso grupo de periodistas congregados en el ayuntamiento de Schöneberg. “Es un buen paso hacia delante, pero el Estado debe ahora continuar la lucha contra la homofobia y esforzarse a nivel internacional para poner fin a la penalización de la homosexualidad”, ha apuntado.
Alemania se ha convertido en el decimoquinto país de Europa en permitir el matrimonio homosexual. La ley se aprobó en plena precampaña electoral, apenas tres meses antes de las elecciones al Bundestag. Días antes, Angela Merkel, contraria durante más de una década al matrimonio entre personas del mismo sexo, se había mostrado a favor de un voto de conciencia de los diputados de la fracción democristiana del Bundestag. La medida dejaba libertad a los diputados para votar sin una consigna partidista. 75 parlamentarios democristianos votaron a favor de la ley, mientras que la canciller votó en contra.
Fuente: elpais.com