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El 20 de enero de este año Tito Amador Rubio fue encontrado sin vida en su hogar; cuatro días después fue hallado muerto Prisciliano Fuerte Fernández; algunas semanas posteriores, durante febrero, se notificó la muerte de José Trejo; y finalmente, Manuel Salvador Arce Campos, exdirector del Instituto de Atención Ciudadana del Municipio, fue asesinado el 20 de junio.
Las versiones oficiales de los peritajes de las autoridades municipales indican que las muertes de los cuatro hombres se generaron por “causas naturales”; en dos casos se especificó que la causa fue un infarto. Sin embargo, testigos, vecinos y activistas LGBTIQ señalan que los cuerpos de las víctimas tenían señas de haber padecido violencia; mientras que en las escenas del crimen se halló sangre.
“Las autoridades están diciendo que algunos han sido por infarto; pero, por otro lado, es poco común que coincida que los 4 son homosexuales, y también se habla de un intento de homicidio. A lo que yo he investigado con las familias, sobre todo con la familia de la última persona que falleció, el presunto responsable es un menor de edad, que lo tienen plenamente identificado porque hay ya indicios en la investigación”, señaló Nolzuly Almodóvar Gracia, abogada y defensora de los derechos de las personas LGBTIQ en el estado.
La activista evidenció irregularidades en las investigaciones, pues en el último deceso las autoridades indicaron en el acta de defunción que la muerte fue generada por el asfixia; sin embargo, en el lugar fueron hallados restos de sangre, un hecho que no se explica en las indagaciones.
Asimismo, indicó que hay un presunto culpable, pues un joven que fue visto poco tiempo antes de la muerte tenía en su poder el teléfono celular de la víctima.
“El médico legista intentó decir que había sido un infarto, pero hasta donde entiendo, la víctima estaba en un charco de sangre, tenía sangre en el pecho, tenía sangre en la espalda y en el piso había sangre. A lo último me mandaron el acta de defunción, que en pocas palabras yo defino lo que dice ahí que fue por ahorcamiento, o sea, un ahorcamiento tampoco te provoca toda esa sangre”, indicó la abogada.
La abogada informó que los activistas LGBTIQ y la población de la diversidad viven con miedo de que no se haga justicia a estos casos, pues la impunidad permite que los agresores homofóbicos sigan en libertad y manda un mensaje de inmunidad a otras personas que deseen agredir a las personas LGBTIQ.
“Definitivamente estamos hablando de algo muy peligroso, representantes de allá me dicen que tienen temor, viven con miedo”, comentó la abogada.
Fuente: Desastre.mx y BCS Noticias