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Pierre Seel, deportado homosexual
Por Jordi Petit*
El pasado 25 de noviembre a la edad de 82 años falleció en Toulouse Pierre Seel, uno de los pocos homosexuales franceses que han testimoniado el holocausto nazi por causa de orientación sexual. De joven este alsaciano acudió a comisaría para denunciar un robo acaecido en un lugar de encuentro homosexual (entonces no era delito en Francia) y quedó fichado. Con la invasión de las tropas alemanas sus datos fueron a manos de la Gestapo y ahí empezó una pesadilla que le llevó al campo de Schirmeck en 1941, donde entre otras penalidades, tuvo que asistir a la ejecución de su pareja.
El valor político de Pierre Seel reside en haber tenido el coraje de contar su vida ante una sociedad incrédula y todavía llena de prejuicios. El valor humano de esta confesión nos descubre a un hombre que defiende la verdad frente al olvido histórico. En 1994 se publica en Francia su autobiografía, “ Pierre Seel, deportado homosexual”, co-escrita con el periodista Jean Le Bitoux. En ese libro, editado en España por Bellaterra en 2001, Seel, no solo revela el holocausto homosexual, relatado también por otros ex-deportados alemanes (todos marcados con un triángulo rosa), sino también la opresión y la dura doble vida que esperó a quienes sobrevivieron a esta persecución. Pierre Seel cuenta como en los cincuenta intentó ser un “hombre normal”, casado y padre de familia, pero al cabo de los años tuvo que desistir.
En abril de 1982 rompe su silencio, indignado por las declaraciones del obispo de Estrasburgo, quien calificó de enfermos a gays y lesbianas. A partir de ahí se suceden entrevistas en prensa, radio y televisión que remueven las conciencias hasta conseguir el reconocimiento oficial de la deportación homosexual por parte de las autoridades francesas. Un camino recientemente abierto en España respecto de la antigua Ley de Peligrosidad Social que persiguió a tantos homosexuales y transexuales. Pierre Seel fue testigo de un tiempo que nunca más debe volver.
*Jordi Petit, ex-secretario general de la Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA). Para más información, http://www.triangles-roses.org
Por Jordi Petit*
El pasado 25 de noviembre a la edad de 82 años falleció en Toulouse Pierre Seel, uno de los pocos homosexuales franceses que han testimoniado el holocausto nazi por causa de orientación sexual. De joven este alsaciano acudió a comisaría para denunciar un robo acaecido en un lugar de encuentro homosexual (entonces no era delito en Francia) y quedó fichado. Con la invasión de las tropas alemanas sus datos fueron a manos de la Gestapo y ahí empezó una pesadilla que le llevó al campo de Schirmeck en 1941, donde entre otras penalidades, tuvo que asistir a la ejecución de su pareja.
El valor político de Pierre Seel reside en haber tenido el coraje de contar su vida ante una sociedad incrédula y todavía llena de prejuicios. El valor humano de esta confesión nos descubre a un hombre que defiende la verdad frente al olvido histórico. En 1994 se publica en Francia su autobiografía, “ Pierre Seel, deportado homosexual”, co-escrita con el periodista Jean Le Bitoux. En ese libro, editado en España por Bellaterra en 2001, Seel, no solo revela el holocausto homosexual, relatado también por otros ex-deportados alemanes (todos marcados con un triángulo rosa), sino también la opresión y la dura doble vida que esperó a quienes sobrevivieron a esta persecución. Pierre Seel cuenta como en los cincuenta intentó ser un “hombre normal”, casado y padre de familia, pero al cabo de los años tuvo que desistir.
En abril de 1982 rompe su silencio, indignado por las declaraciones del obispo de Estrasburgo, quien calificó de enfermos a gays y lesbianas. A partir de ahí se suceden entrevistas en prensa, radio y televisión que remueven las conciencias hasta conseguir el reconocimiento oficial de la deportación homosexual por parte de las autoridades francesas. Un camino recientemente abierto en España respecto de la antigua Ley de Peligrosidad Social que persiguió a tantos homosexuales y transexuales. Pierre Seel fue testigo de un tiempo que nunca más debe volver.
*Jordi Petit, ex-secretario general de la Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA). Para más información, http://www.triangles-roses.org
