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Dos barones liberales salen del armario tras años de doble discurso

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  • Dos barones liberales salen del armario tras años de doble discurso

    EL PERIÓDICO DE CATALUÑA, 27/01/06
    Credibilidad bajo mínimos

    • El exlaborista Galloway deja la casa de 'GH' entre abucheos y dos barones liberales salen del armario tras años de doble discurso
    • La desconfianza en los políticos británicos crece



    BEGOÑA ARCE
    LONDRES

    En una ocasión, la única primera ministra que ha tenido Francia, Edith Cresson, puso en duda la virilidad de los nativos al otro lado del Canal de la Mancha. "Uno de cada cuatro hombres británicos es gay", afirmó la jefa del Gobierno francés, apodada La Pompadour, legendaria amante de Luis XV.
    Cresson, decían las malas lenguas, se entendía con el presidente François Mitterrand, que la nombró al frente del Gobierno. Aunque más que discutible, la lógica matemática de la francesa, experta en testosterona, está resultando extrañamente exacta, aplicada hoy a los aspirantes al liderazgo del Partido Liberaldemócrata británico. Un día sí y otro también, alguno de los candidatos es sacado a empujones del armario por la prensa amarilla.

    Línea caliente
    La forma en que ciertos diarios entran a saco en la vida privada de los políticos es más que cuestionable, pero lo cierto es que el cultivo ambivalente de las virtudes públicas y los vicios privados, hace desconfiar a los ciudadanos de sus dirigentes.
    "Yo también soy gay", comunicaba ayer a sus votantes desde la portada del diario The Sun Simon Hughes, el presidente del partido y segundo barón liberal envuelto en un escándalo de este tipo en menos de una semana. "Quiero decir que he tenido en el pasado, tanto relaciones homosexuales como heterosexuales", señalaba Hughes, que se reconocía cliente habitual de ManTalk, una línea caliente sólo para ellos.
    Desde hacía mucho tiempo, en el Parlamento de Westminster circulaban rumores asegurando que el soltero de 54 años era homosexual. En varias ocasiones él lo negó, y volvió a hacerlo el pasado día 16 al diario The Independent. "No, no lo soy, pero si lo fuera... No hay ninguna razón por la que no podamos tener a un gay como líder del partido, o incluso a un primer ministro gay", decía con supina hipocresía, en unas declaraciones consideradas ahora un engaño.

    Ofensas al rival
    "Los votantes esperan más honestidad que esto si deben confiar en un político", sostenía el editorial del vespertino Evening Standard. El periódico recordaba cómo, en 1983, Hughes no tuvo escrúpulos para ganar el acta de diputado jugando el papel de impecable heterosexual y usando un discurso homófobo y ofensivo contra el rival gay del partido laborista, Peter Tatchell. Su confesión, forzada por los casos que le rodean, justo cuando era el favorito al liderazgo, ha venido a desestabilizar aún más al tercer partido del Reino Unido.
    Hace menos de un mes, su jefe de filas, Charles Kennedy, dimitió tras reconocer que era alcohólico. A la convulsión etílica siguió un segundo golpe el pasado fin de semana. Un rent boy de 23 años, o un chapero en la jerga española, contaba en el dominical The News of the World las más sórdidas intimidades de su relación de pago con el que también había sido candidato al liderazgo liberal, el diputado Mark Oaten.
    Casado y padre de dos hijas, ni colaboradores, ni colegas, ni su propia esposa, que se enteró por la prensa, sospecharon de la doble vida que llevaba. El affaire, que duró seis meses, le ha costado la carrera y el matrimonio.

    Situaciones humillantes
    La cosa no mejora cuando algún parlamentario cae en lo grotesco y airea sus miserias ante las cámaras de televisión. La ciudadanía ha visto en las últimas dos semanas a uno de sus representantes disfrazado de drácula o luciendo una malla de ballet de color fucsia, en las más humillantes situaciones imaginables.
    Georges Galloway, antiguo diputado laborista, hoy independiente, quería seducir al país, desde el dudoso trampolín de un Gran Hermano (GH) para famosos. El resultado ha sido el descrédito absoluto. El miércoles, tras 21 días, fue eliminado y fue recibido en el exterior con abucheos. Galloway ha perdido para siempre el respeto de los que confiaron en él.
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