- El colectivo LGTB ha vivido uno de las mayores masacres de su historia, y piden que se reconozca como tal
La comunidad homosexual ha vivido uno de las mayores masacres contra su colectivo de la historia. 49 personas murieron el pasado sábado en la discoteca gay Pulse por vivir en libertad su sexualidad. Y, sin embargo, parece que al hablar de la tragedia cueste utilizar la palabra homofobia. A parte de la llamada que Omar Mateen hizo al 911 para proclamar su fidelidad al Estado Islámico, no hay otra evidencia que sugiera que autor de la masacre tuviera vínculos con el yihadismo. En cambio, numerosos testigos hablan de un individuo inestable, que había realizado comentarios homófobos y que podría tener un conflicto no resuelto con su propia sexualidad. Su exmujer habla de “tendencias homosexuales” y varias personas afirman que utilizaba aplicaciones gays como el Grindr para ligar.
Salvo honrosas excepciones como Estados Unidos, Canadá o Francia no ha habido más naciones que hablen específicamente de un ataque de odio contra la comunidad LGTB. El resto de condolencias no hacen ninguna referencia, por lo que, puestas fuera de contexto, podría parecer que estamos ante un ataque del Estado Islámico más, sin relación con el odio a la comunidad gay. Es más, es curioso leer comunicados de condena del atentado emitidos por países musulmanes en los que las personas que aquella noche bailaban en la pista del Pulse habrían sido condenados a la pena de muerte o encarcelados. Desde Emiratos Árabes, pasando por Kuwait, Pakistán… todo un ejercicio de hipocresía política.
La incomodidad entre la comunidad homosexual se hizo patente el pasado martes cuando el activista británico y columnista del The Guardian Owen Jones se levantó de su silla durante una entrevista en directo en el canal SkyNews, escandalizado por la incapacidad de su interlocutor de ver una motivación homófoba en el ataque.
Durante su intervención, Jones defendía la intención homofóbica a la par que terrorista de Omar Mateen y reclamó que se tratara el asunto como “una de las peores atrocidades cometidas contra las personas LGBT en el mundo occidental”. El presentador del programa, Mark Longhurst, intervino y dijo que el crimen había sido llevado a cabo contra “seres humanos” que estaban “tratando de divertirse, fuera cual fuera su sexualidad”, algo que también defendió la copresentadora. Jones replicó que si Mateen hubiera atentado contra una sinagoga y masacrado a personas judías, se estaría hablando de “ataque antisemita”, y que la comunidad homosexual no estaba siendo tratada del mismo modo. Poco después, visiblemente enfadado, abandonaba el plató.
“Si Mateen hubiera atentado contra una sinagoga, se estaría hablando de ataque antisemita”
“El objetivo de Mateen era atentar contra un club gay, iba dirigido directamente contra la comunidad homosexual. Eso es evidente. Intentar tapar el tema no tiene sentido”, asegura Emilio Ruiz, presidente del Casal Lambda. Para el activista por la normalización del colectivo LGTBI, se está escondiendo que todavía existe un problema con la homofobia. “Desde 2008 a 2014 han muerto 1.713 personas en todo el mundo por crímenes de odio contra la comunidad”, asegura. De hecho, no hace falta ir muy lejos para encontrar evidencias, hace un par de semanas dos lesbianas sufrieron una agresión en Badalona, recuerda.
“Si los políticos admiten que se ha tratado de un crimen de odio, se convierten en corresponsables por haber ayudado a crear un ambiente tóxico en el que la violencia contra las personas LGBT es permisible”, afirma Omar J., un homosexual de origen pakistaní y exmusulmán criado en Barcelona. “En los últimos tiempos se han aprobado 200 proyectos de ley anti-LGTB en 34 estados. A los políticos les interesa culpar a la radicalización islamista -a pesar de que según el FBI Mateen declaró lealtad a Hezbolá, al Estado Islámico y Al Qaeda al mismo tiempo cuando son grupos rivales- ya que es una narrativa fácil de explotar con fines políticos, recordemos que es año electoral. No obstante, cada vez queda más claro que se trató de un crimen de odio causado por la homofobia internalizada de Omar Mateen”, asevera.
El dibujante de The Guardian First Dog on the Moon lo expresaba de forma gráfica en su viñeta del miércoles. En ella decía que “hay más de una forma de estar aterrorizados” sobre el atentado de Orlando. Una de ellas era comprobar que los medios de comunicación estaban “invisibilizando a la comunidad LGTBI” en su cobertura de los hechos. El dibujante reflexiona al final de la viñeta: “Si aceptamos que se trata de un crimen de odio, también hay que aceptar la propiedad del odio y el miedo hacia las personas LGBTI que hemos fomentado. Y eso es verdaderamente aterrador”, concluye.
Fuente:http://www.lavanguardia.com/internac..._medium=social