Cuando muchos todavía estaban consternados por la masacre perpetrada la madrugada del domingo por Omar Mateen en Orlando y el mundo anglosajón hacía gala de su solidaridad con el hashtag #WeStandForOrlando, en los países hispano hablantes #MatarGaysNoEsDelito se convertía en «trending topic».Por Luis M. Álvarez
El 12 de junio se convertía en trending topic en los países de habla hispana el hashtag #MatarGaysNoEsDelito. Según Tweet-Tag.com de los 292 tweets originales se hicieron 15 menciones y 1699 retuits entre 531 participantes. Alusiones a Adolf Hitler, al nazismo o a las feminazis evidencian la ideología y mentalidad que se esconde detrás de quienes hacen uso del hashtag, todas ellas siguen abiertas actualmente.
Peor tampoco se debería descartar que fuera lanzado como ironía o como una manera de trollear. Parece ser que detrás del hashtag está un grupo que se hace llamar Legión Holk, aspirantes a ser contemplados con la misma capacidad de acción que Anonymous, pero que en lugar de aumentar sus seguidores, acarrean críticas y denuncias en Twitter, Facebook y Youtube. El problema es que tanto sus seguidores, como quienes pueden no entender su ironía se apropian de sus premisas, revelando la homofobia latente que sigue padeciendo gran parte de la sociedad. #MasMasacresMenosGays es otro de los hashtags que se han hecho populares, lanzado este por un grupo similar que se hace llamar #HailLH.
Los gobiernos no hacen nada
Desconozco si el gobierno mexicano tiene intención de hacer algo al respecto, pero está claro que el español no va a mover un dedo. El autor de frases «memorables» como «En el siglo XXI no puede estar de moda ser de izquierdas. Son unos carcas, están todos los días con la guerra del abuelo con la fosa de no se quién, con la memoria histórica», «La izquierda española está además de muy orgullosa de esa época en la que jóvenes en París destrozaban las calles porque se aburrían y porque querían implantar la sociedad socialista» o «Se ha ido a Los Ángeles, a Hollywood, y no a Cuba, que es lo que defiende como es un imbécil y estoy harto de la familia Bardem, que vengan a dar lecciones de democracia, que no los ha votado nadie y hay que aguantarles en las manifestaciones cuando no representan a nadie. Que la gente vaya a ver Tadeo Jones (producción de Intereconomía, canal en el que pronunciaba estas palabras) en vez de a este subnormal», Pablo Casado Blanco, nos sorprendía de nuevo, ayer mismo, 14 de junio, en El Programa de Ana Rosa, dando cuenta de lo que había sido la participación de Mariano Rajoy en el Debate a 4, defendiendo que el PP es un partido de centro.
Ese partido de centro que ha condenado este suceso con la contundencia de un pusilánime parece no tener intención alguna de perseguir a los tuiteros nacionales que hayan podido contribuir a que ese lamentable hashtag se hiciera trending topic, justo lo contrario que hizo cuando se apresuró a arremeter contra Guillermo Zapata por unos tuits en los que se limitaba hacer gala de su humor negro, que ni siquiera llegaron a ofender a algunas de las personas a las que aludía, así como a procesar a Rita Maestre por una protesta en una capilla de una Universidad en la que mostraba el mismo cuerpo con el que el propio Dios le había bendecido, en ambos casos mucho antes de que pensaran siquiera en desarrollar una carrera política.
Tampoco es la primera vez que, en España, esa masa silenciosa asoma la patita, como el lobo por debajo de la puerta frente a los cabrititos, para protestar porque suspenden la emisión de alguno de sus programas favoritos, Mujeres y Hombres y Viceversa, para dar cobertura a los atentados de París o Bruselas, mientras que otros aprovechaban el trágico incidente del avión de Germanwings, que su piloto estrellaba en los Alpes cuando volaba desde Barcelona a Düsseldorf, para celebrar el fallecimiento de numerosos ciudadanos catalanes.
Es posible que de puertas afuera nadie sea fascista ni comunista, ni antidemócrata ni mucho menos violento, pero está claro que las redes sociales permiten que aflore sin tapujos la ideología y el pensamiento del más pintado, así como nos ayuda a imaginar lo que muchos harían si vivieran todavía en los tiempos del viejo oeste o estuviéramos en los tiempos de la guerra civil española, esa sobre la que no sé quienes se quejan de que se hayan hecho muchas películas, a pesar de que parecen no haber visto ninguna.
¿Prohibir o permitir?
Muchas son las voces que han saltado en contra este lamentable hashtag, demandando que se borren y se eliminen, contraatacando incluso de manera ingenuamente amable #LoveIsLove. Pero tras una reflexión más serena quizás podríamos llegar a la conclusión de que es mucho mejor permitir que cada cual se exprese tal y como es, enfocando nuestros esfuerzos en educar a las próximas generaciones para que no se repitan estas situaciones, algo que los gobiernos no están dispuestos a hacer, convirtiéndose en cómplices de todas y cada una de estas lamentables tragedias.
En momentos como estos se hace indispensable una asignatura como aquella de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, que ese partido que ahora (hoy, no sabemos si mañana) es de centro se apresuró a eliminar en el momento en el que llegó al poder. Personalmente, prefiero saber lo que piensa realmente toda esta gente, a que mantengan la boca cerrada y se queden sus opiniones para ellos mismos, pasando desapercibidos entre los demás, entre la gente «normal».
Parafraseando a Pedro Zerolo, es posible que ellos no tengan sitio para nosotros en su mundo, pero nosotros sí tenemos hueco para ellos. Al fin y al cabo, muchos sabemos que los que un día son los más radicales homofóbicos, no tienen problema alguno en buscar consuelo en una sauna al día siguiente. Sé que suena a tópico, pero quien más y quien menos ha conocido a alguna persona homosexual que antes de asumir completamente su sexualidad se dedica a acosar y hasta agredir a aquellos con los que realmente se identificaban, en un intento por huir y rechazar lo que realmente son.
Ayer mismo, 14 de junio, salían a la luz testimonios de personas que afirmaban que Omar Mateen era cliente habitual de Pulse antes de perpetrar su matanza, así como otros le conocen de haber mantenido conversaciones con él a través de Grindr. Sin duda estamos ante un perfil que el año pasado retratara a la perfección Taylor Kirtsch en la segunda sesión de True Detective (Niz Pizzolatto, 2014, 2915, EE.UU.), en la que representaba a un policía que se empeñaba en vivir como heterosexual por no poder o querer aceptar su homosexualidad, lo que le acarreaba serios problemas de comportamiento que le arrastraban incluso a perpetrar actos suicidas.
En este sentido y dada la ferocidad de algunos comentarios, es bastante posible que la gran mayoría de personas que han utilizado ese hashtag no sólo sean homófobos, sino también homosexuales reprimidos o afectados de alguna manera que no pueden soportar por la homosexualidad, como que lo sea su padre o su madre, su hermano o su hermana o quizás la novia o el novio con el que salieron se volvió gay y por eso ahora lo llevan tan mal. En el fondo me dan pena. Mucha pena. Son gente claramente enferma. Y ya sabemos lo poco que tardan ciertas ideologías e interpretaciones radicales de una religión en aprovecharse de la gente débil y enferma.
Países en los que ser gay es delito
Quizás la solución a la homofobia no sea tanto la prohibición de la propagación de los que padecen lo que deberíamos comenzar a considerar como una enfermedad, sino su deportación a aquellos países en los que la gente piensa como ellos. Vaya por delante que estoy siendo irónico, no querría que los homosexuales, bisexuales y transexuales que se ven obligados a vivir en países en los que pueden ser sometidos a latigazos, encarcelados, condenados a cadena perpetua o incluso a la pena de muerte, tuvieran que soportar también a homófobos extranjeros. Simplemente trato de mostrar a estos mismos individuos los países en los que piensan como ellos y, por extensión, con los que supongo deben sentirse identificados.
— Prohibición contra la expresión de las personas LGTB: Rusia.
— Cárcel: Guyana, Marruecos, Senegal, Sierra Leona, Liberia, Guinea, Ghana, Camerún, Angola, Namibia, Botsuana, Zambia, Zimbaue, Mozambique, Malawi,Tanzania, Kenia, Uganda, Sudán del Sur, Etiopía, Eritrea, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Uzbekistán, Turkmenistán, Afganistán, Pakistán, India, Cachemira, Birmania, Malasia, Papúa Nueva Guinea.
— Pena de muerte: Mauritania, Nigeria, Sudán, Arabia Saudita, Somalia, Yemen, Irán.
Fuente: https://noticias.universogay.com/mientras-tanto-la-homofobia-se-apodera-de-twitter-matargaysnoesdelito__15062016.html