Anteriormente he escrito sobre los holocaustos sufridos por gitanos y discapacitados mentales a manos del III Reich. Hoy trataré el tema de los homosexuales, otro grupo muy perseguido por el nacionalsocialismo. Apenas hay libros escritos sobre el tema por supervivientes, porque después de la II. Guerra Mundial, la homosexualidad seguía estando estigmatizada y siendo objeto de burla y desprecio, cuando no considerada como una aberración anticristiana.
La persecución de los homosexuales en la Alemania nazi se fundamentó principalmente en la idea de que la homosexualidad era incompatible con la ideología nacionalsocialista porque los homosexuales no se reproducían y por tanto no perpetuaban la raza aria. La homosexualidad constituía una de las pruebas de la degeneración racial que, además, se transmitía por vicio de unos individuos a otros; por ello, las autoridades pusieron todos los medios a su disposición para evitar su extensión.
El 30 de enero de 1.933, el NSDAP (Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán) gana las elecciones generales y en apenas un mes implanta la dictadura. En febrero, el Ministerio del Interior ordenó el cierre de todos los locales y revistas que estuviesen relacionados con los homosexuales. En mayo, el Instiut für Sexualwissenschaft fue cerrado, saqueado y la biblioteca ardió junto a otras obras “contrarias al espíritu alemán” el 10 de mayo de 1.933. En junio se disuelven definitivamente las asociaciones homosexuales.
La actitud del nacionalsocialismo con respecto a la homosexualidad en sus primeros años, puede dividirse en tres actitudes diferenciadas:
- La primera abogaba por la aceptación de la homosexualidad y la eliminación del artículo 175 de la Constitución, de carácter claramente homófobo.La cabeza más visible de esta corriente era Ernst Röhm, líder de las S.A. y él mismo homosexual.
- La segunda corriente sería la representada por Adolf Hitler mismo, que personalmente no parecía tener nada contra los homosexuales, mientras fueran discretos.
- Finalmente, estaban aquellos que eran proundamente homófobos, entre los que se encontraba Heinrich Himmler, futuro líder de la Gestapo y las SS.
En junio de 1.934 se llevó a cabo la más importante purga dentro del régimen nazi, la llamada Noche de los Cuchillos Largos, en que los principales representantes de las S.A. fueron asesinados por las S.S. Este acto puede interpretarse tanto como un acto de Hitler tanto para quitarse de en medio a un rival dentro del partido bastante carismático y popular (Ernst Röhm) como para acabar con el sector más obrerista, izquierdista y revolucionario del régimen, con la “izquierda” del régimen, que tenía alarmados al Ejercito y a los sectores conservadores que habían financiado la campaña de Hitler en 1.933. Y también , puede interpretarse como una medida definitiva para acabar con la deriva homosexual o filogay que estaba tomando el régimen bajo un personaje como Röhm. La convivencia entre nazismo y homosexualidad no podía sostenerse por mucho tiempo.
Una de las primeras consecuencias de la Noche de los Cuchillos Largos fue la purga de homosexuales dentro del partido y el Gobierno, de las que se encargó un órgano especial dirigido por Josef Meisinger, bajo órdenes directas de Himmler. En junio de 1.936, se creó la Central del Reich para la Lucha contra la Homosexualidad y el Aborto, que pasaría a depender de la Policía Criminal. Después de la Noche de los Cuchillos Largos, podemos afirmar sin dudas que la homófobia se generalizó dentro del régimen nazi. Nada volvió a ser como en los primeros tiempos, donde existía una relativa tolerancia, siempre que los homosexuales no se mostrarán abiertamente en público. Para los ideólogos y científicos nazis, los homosexuales estaban dentro de la categoría de los sectores asociales. La campaña de esterilización de homosexuales se cobró no menos de 400.000 víctimas. En estos actos de castración lo que se buscaba era eliminar el impulso homosexual, lo que los nazis llamaban la “cura”.
Hacia 1.938 comenzó a internarse a los homosexuales en campos de concentración. Los presos eran marcados con un triángulo rosa y formaban la casta más baja dentro de los campos, lo que implicaba que tuvieran una tasa de mortandad especialmente alta. Los homosexuales considerados como los de menor valor de entre los presos, eran a menudo seletccionados para ir a los campos de exterminio de Mauthausen, Natzweiler o GroBRosen, o para realizar trabajos que implicaban la muerte.
En cambio, la homosexualidad femenina no fue apenas perseguida por el régimen, a pesar de que juristas aislados pidieran un castigo ejemplar y que los movimientos feminista y lésbico fuesen prohibidos. Hubo lesbianas en los campos nazis, pero condenadas por otros delitos.
Tras el fin de la II. Guerra Mundial, la homosexualidad en Alemania continuó siendo delito. El homófobo artículo 175 se mantuvo intacto tal y como lo había dejado Hitler. Los homosexuales que habían sido detenidos, encarcelados o envíados a campos de concentración fueron tratados como criminales y no como víctimas. Los que se encontraban en la cárcel tuvieron que terminar sus condenas. Incluso algunos de los liberados de campos de concentración fueron detenidos de nuevo y tuvieron que terminar sus condenas en la cárcel, independientemente del tiempo que hubiesen pasado en “detención preventiva” en campos de concentración. Los homosexuales fueron ignorados en todos los monumentos, museos y estudios sobre la represión nazi, y ni fueron mencionados en los Juicios de Nuremberg. Ninguno de los prisioneros del triángulo rosa recibió una compensación del Estado alemán; el tiempo pasado en la cárcel y en los campos de concentración ni siquiera fue contabilizado para su jubilación. Los homosexuales fueron el último grupo de víctimas del nazismo en ser reconocido, en 1.985, y no fue hasta 2.002 que el Gobierno alemán anuló las sentencias nazis y pidió disculpas a la comunidad gay.
En los campos de exterminio nazis fueron asesinados unos 100.000 homosexuales. Algunas ciudades han erigido monumentos para recordar a los homosexuales que fueron asesinados durante el Holocausto. Los principales monumentos se encuentran en Berlín, Frankfurt y Colonia en Alemania; y también en Ámsterdam, San Francisco y Barcelona.
Novela sobre el asunto: Los hombres del triángulo rosa, de Heinz Heger.
La suerte siempre volvía a mí. La supervivencia de un homosexual en el Tercer Reich. Rudolf Brazda. Alianza Editorial.
Pierre Seel, deportado homosexual. Pierre Seel. Ed. Bellaterra.
Fuente: https://elblogdemiguelfernandez.wordpress.com/2014/05/04/el-holocausto-homosexual-una-historia-ocultada-por-miedo-y-prejuicios-sociales/