Ryan O’Connell es un joven escritor y bloguero de éxito en Estados Unidos. Con su trabajo y su activismo, ha dado visibilidad a una parte del colectivo LGTB frecuentemente discriminada: las personas con discapacidad. O’Connell, con un estilo desinhibido y franco, nos habla de cómo ha aprendido a superar todas las barreras, incluidas las que él mismo se había puesto a sí mismo.
LA historia de Ryan O’Connell merece ser conocida. Es un escritor radicado en Nueva York, que publica habitualmente en la página Thought Catalog y que habla con humor de diversos aspectos de ser gay y veinteañero en la sociedad que le ha tocado vivir. Hasta aquí, no se diferenciaría de otros blogueros de éxito. Pero hay algo más: Ryan tiene una discapacidad: parálisis cerebral, y lejos de vivirla como un obstáculo, ha hecho de ella una motivación en su vida creativa.
En su proceso de aceptación, ha sido decisiva la redacción de su libro: “Soy especial, y otras mentiras que nos contamos a nosotros mismos”. Ya anteriormente había publicado otro libro sobre ser gay y veinteañero. Pero en esta ocasión decidió abordar su discapacidad: “para hacer de este libro algo que mereciera la pena, sabía que tenía que escribir sobre algo muy cercano y querido para mí, algo que quizá aportara de verdad algo a la vida gay que me rodeaba. Para mí, ese algo era mi discapacidad”. Añade además, revelando más de sí mismo, que: “Echando la vista atrás, creo que la razón de que fuera tan autodestructivo entre los 20 y 25 años fue que creía de verdad que era repugnante (…) Quizá pienses, ‘¿y qué?’ A nadie le importa que tengas una discapacidad ¡Eres toda una reina del drama!’. A eso yo respondería, ‘Anda un rato con mi ortopedia. No tienes NI IDEA de cómo se siente uno al bajar por la calle y que la gente se pare a mirar pasmada (salvo que seas una mujer, que estés bueno, o las dos cosas). No tienes ni idea de lo que es entrar en un bar gay y sentirte totalmente invisible porque tu forma de andar te hace infollable”.
En español podemos leer un artículo publicado en Vice y que lleva por título “Mi vida como hombre gay con discapacidad”. En él, por cierto, se refiere bastante críticamente a la célebre serie estadounidense Queer as Folk: “Cuando me topé con el DVD un día en Blockbuster, vi la primera temporada completa más rápido de lo que Brian Kinney se la mamó a todos los clientes del bar Babylon. Tenía 12 años, estaba en la cúspide de la pubertad y los calentones, y ver sexo gay fuera de un contexto porno fue revelador y emocionante; pero, como lo descubrí más tarde, también me jodió (…) Después de ver la enésima toma de unos abdominales perfectamente marcados, miraba hacia abajo a mi propio cuerpo, que no estaba marcado y además estaba cubierto de cicatrices de varias operaciones, y pensaba: Bueno, ¡estoy jodido!”.
Aprender a gustarse
Desde la aceptación de quién es a partir de su libro, Ryan ha salido adelante y ha aprendido a gustarse a sí mismo: “Escribir este libro fue un desafío pero al final lo he terminado, y no exagero cuando digo que ha salvado mi vida (…) Empecé este libro siendo alguien con un profundo dolor y automedicándome con toneladas de medicamentos; y he terminado siendo alguien genuinamente feliz y preparado para gritar: ‘¡Gay! ¡Parálisis cerebral!’ desde una cima que se derrumba. Y esto es porque ahora me gusta todo de mí”
Todo esto lo ha aprovechado para desarrollar una vocación creativa que tenía desde muy joven. Realiza numerosas intervenciones en entrevistas y monólogos, contagiando su sentido del humor. Con todo ello, da visibilidad a las personas con discapacidad. Pero también ve en clave de humor las contradicciones que todos tenemos, en especial los estereotipos de tantos hombres gais y bisexuales sobre la imagen que creen que deberían tener para ser aceptados. Ojalá todos podamos decir algún día: “me gusta todo de mí”.
Fuente: http://www.dosmanzanas.com/2015/12/r...capacidad.html