BBC Mundo, Bogotá (@bbc_wallace)
El teniente William Viasús tenía 30 años, 150 hombres a su cargo, dos condecoraciones,
tres menciones honoríficas y más de 35 felicitaciones cuando, sin mayores explicaciones,
la policía colombiana ordenó su retiro del servicio.
El policía, sin embargo, adivinó inmediatamente la razón: sólo unos meses antes había admitido
ante uno de sus comandantes su orientación homosexual. Y, a partir de entonces, las cosas no
habían vuelto a ser las mismas para él en la fuerza pública.
Corría el mes de marzo de 2007 y cuatro años después las sospechas de Viasús serían confirmadas
por un juez local, el que procedió a ordenar su reintegro a la institución así como el pago de
salarios y prestaciones atrasadas.
"Hay serios indicios de que la verdadera razón, oculta y subrepticia, para proceder al retiro, fue
su condición sexual", coincidiría luego, en junio del año pasado, el tribunal de segunda instancia
que se encargó de ratificar el fallo.
Aunque no fue sino hasta este lunes que Viasús pudo volver a vestir el uniforme que había tenido
que quitarse ocho años antes.
Y su reintegro –que inicia con un curso de ascenso para el grado de capitán–parece especialmente
simbólico en un momento en que los debates sobre la igualdad de derechos para las parejas del
mismo sexo, y la discriminación que aún sufren homosexuales y lesbianas en Colombia, toman
cada vez mayor fuerza.
Efectivamente, para esta semana se espera una decisión de la Corte Constitucional sobre el tema
de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, mientras que a fines de mes debería
oficializarse la primera demanda por actos de discriminación en contra de una persona de
orientación homosexual.
"Y no sabemos que pueda pasar (con mi reintegro a la policía), pero yo confío en que estos
ocho años haya habido una transformación de pensamiento, de cultura, de aceptación",
le dijo Viasús a BBC Mundo.
"País cambiado"
El teniente, en cualquier caso, por el momento se muestra optimista.
"Regreso a la institución con mucha ilusión, con mucha felicidad de haber recuperado lo que
hace ocho años me fue arrebatado, y con mucha confianza de que voy a ser respetado, porque
el ser humano debe ser valorado por sus capacidades y no por sus preferencias y sus gustos",
le dijo a BBC Mundo.
Y es que si bien Viasús dice estar consciente de que la batalla por la igualdad en Colombia está
lejos de haber acabado, también espera que su caso pueda contribuir a esa causa.
Mientras que, como tal vez corresponde a un buen policía, cuando cuenta su historia da la impresión
de que lo que lo impulsó a actuar fue sobre todo la necesidad de combatir lo que él percibía como
una gran injusticia por parte de la policía colombiana.
Con informaciones de "Bbc.co.uk"