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El valiente director de cine, Gus Van Sant ('Kids', 'Milk', 'Psicosis'), ha volado junto al guionista de la película 'Milk' (ganador de un Oscar) a San Petersburgo (Rusia) a pesar de las amenazas de bomba para apoyar a la comunidad LGBT en el festival de cine LGBT de la ciudad.
Una ofensiva muy valiente llevada a cabo por parte del equipo técnico de la película por la que en 2008, Sean Penn se llevará el Oscar al Mejor Actor. Se llegaron a recibir hasta 4 amenazas de bomba para evitar que el evento se llevara a cabo. Pero los asistentes resistieron hasta el final, cuando el equipo de 'Milk' sacó al escenario una enorme rainbow flag.
Finalmente tuvieron que evacuar el edificio cuando quedaban cinco minutos para que la ceremonía de clausura finalizara por una nueva amenaza de bomba. Cabe destacar la valentía con la que todos afrontaron estos malos ratos con una sola cosa en mente: el apoyo a los derechos LGBT de los rusos.
Las ayudas internacionales a Rusia para paliar los efectos de la violencia homófoba que están sufriendo están muy bien. Aunque no debemos olvidarnos de que hay que hacer caso a los actores locales, los que viven en primera persona esta terrible situación y conocen muy bien como es la sociedad que les rodea. Quizás los pasos hay que darlos más despacio o en otras direcciones. Hagamos casos a los activistas LGBT rusos, ellos saben a lo que se exponen.
Y genial Van Sant y su equipo, por desplazarse allí con todo el riesgo que ello suponía. Así nunca se pierde la esperanza de que cambiemos el mundo.
Fuente: Gus Van Sant con una bandera arcoiris en el Festival LGBT de San Petersburgo
Una ofensiva muy valiente llevada a cabo por parte del equipo técnico de la película por la que en 2008, Sean Penn se llevará el Oscar al Mejor Actor. Se llegaron a recibir hasta 4 amenazas de bomba para evitar que el evento se llevara a cabo. Pero los asistentes resistieron hasta el final, cuando el equipo de 'Milk' sacó al escenario una enorme rainbow flag.
Finalmente tuvieron que evacuar el edificio cuando quedaban cinco minutos para que la ceremonía de clausura finalizara por una nueva amenaza de bomba. Cabe destacar la valentía con la que todos afrontaron estos malos ratos con una sola cosa en mente: el apoyo a los derechos LGBT de los rusos.
Las ayudas internacionales a Rusia para paliar los efectos de la violencia homófoba que están sufriendo están muy bien. Aunque no debemos olvidarnos de que hay que hacer caso a los actores locales, los que viven en primera persona esta terrible situación y conocen muy bien como es la sociedad que les rodea. Quizás los pasos hay que darlos más despacio o en otras direcciones. Hagamos casos a los activistas LGBT rusos, ellos saben a lo que se exponen.
Y genial Van Sant y su equipo, por desplazarse allí con todo el riesgo que ello suponía. Así nunca se pierde la esperanza de que cambiemos el mundo.
Fuente: Gus Van Sant con una bandera arcoiris en el Festival LGBT de San Petersburgo
