Malta: obispo auxiliar arremete contra la ley de uniones civiles
“Mientras que la actividad sexual de las parejas heterosexuales tiene un papel fundamental en producir futuros miembros de la sociedad, la actividad sexual de gays y lesbianas no tiene ningún papel en la sociedad porque no produce descendencia”.
Con esta conocida “argumentación”, el obispo auxiliar de Malta Charles Scicluna exhortaba el pasado jueves a rechazar el proyecto de ley de uniones civiles entre personas del mismo sexo que se discute estos días en el Parlamento del país mediterráneo. El prelado se lamenta de que los derechos y obligaciones de las futuras uniones civiles serán “apenas diferentes” de los de los matrimonios e insta a los legisladores a “distinguir claramente” las atribuciones de ambas figuras jurídicas. Scicluna ya había calificado de “ilógico” y “engañoso” otorgar los mismos derechos a las parejas del mismo y de distinto sexo.
El obispo ha arremetido también contra la adopción homoparental con el argumento de que, como gays y lesbianas no pueden “por naturaleza” ser padres, tampoco deberían poder optar a ser padres adoptivos. Scicluna declaró que el programa electoral del Partido Laborista no incluía la adopción por parte de las parejas del mismo sexo, sino que solo hablaba de las uniones civiles. El prelado también defendió que la actual legislación excluyente sobre el matrimonio no tiene por qué ir en contra de los estándares antidiscriminatorios de la Unión Europea.
Desde la oficina arzobispal de Malta han intentado justificar las palabras del obispo auxiliar asegurando que lo que realmente pretendía Scicluna sería “mantener la vida sexual de las parejas del mismo sexo en privado, y que el Estado no solicite de las parejas del mismo sexo los requerimientos legales de potencia y consumación de acuerdo con la Ley de Matrimonio”.
“El Estado no debería legislar sobre ella [la vida sexual de las parejas del mismo sexo]”, continúa el comunicado, “excepto para defender a las víctimas de delitos. Por otra parte, el Estado impone ciertos requisitos a las parejas casadas heterosexuales, como se especifica en la Ley de Matrimonio, porque su unión sexual es por su propia naturaleza potencialmente procreativa”.
Nueva York: el arzobispo lamenta la imagen homófoba de la iglesia
Al otro lado del océano, el arzobispo de Nueva York y cardenal Timothy M. Dolan ha lamentado en una entrevista lo que considera una “caricaturización” de la iglesia católica como antigay, al tiempo que sigue atacando el matrimonio entre personas del mismo sexo. “Somos pro-matrimonio, somos pro-matrimonio tradicional, no somos anti-nadie”, declaró, intentando presentar su campaña homófoba de manera positiva.
El presentador planteó a Dolan si no cree que el matrimonio igualitario llegará a todos los Estados Unidos, independientemente de la posición de su iglesia, a lo que el cardenal declaró “lamentar” la “estampida” que, a su juicio, está suponiendo la expansión de este derecho por varios estados (16 hasta la fecha, además de la capital federal y varias jurisdicciones tribales).
Dolan, que sonó como papable tras la renuncia de Joseph Ratzinger en febrero de este año, tiene convicciones homófobas acreditadas, por mucho que ahora se lamente de la mala imagen que ello provoca: en 2011, durante la discusión del matrimonio igualitario en Nueva York, comparó la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo al control social ejercido por dictaduras como China y Corea del Norte.
Semanas antes, en un programa de televisión, ya había cargado públicamente contra el matrimonio igualitario, comparándolo con el incesto. “Amo a mi madre, pero no tengo el derecho a casarme con ella”, fueron sus palabras. Una vez aprobada la ley de matrimonio igualitario en Nueva York, Dolan emitió un comunicado en el que reafirmaba que el matrimonio es “la unión entre un hombre y una mujer, una unión que dura toda la vida y abierta a los hijos” y que esa definición “no puede cambiar” por una decisión que llega a calificar como “trágica”.
Lo que estos dos ejemplos parecen probar es que, por ahora, el supuesto cambio de tendencia de la iglesia católica con respecto a temas sociales considerados espinosos se estaría quedando en un intento de presentar una cara más amable sin cambiar el mensaje de fondo.
En esta línea cabría interpretar las declaraciones de Dolan, preocupado por la mala imagen de su institución en una sociedad cada vez más favorable a los derechos LGTB, y el primer documento publicado por el papa Bergoglio, la exhortación apostólica Evangelii Gaudium (la alegría del evangelio). En el mismo, sin referirse explícitamente a la igualdad de gays y lesbianas, el papa católico opina que la iglesia no debería “ceder al relativismo moral” y manifiesta su apoyo a una carta escrita por los obispos de Estados Unidos con indicaciones para las personas de “inclinación homosexual”.
Bergoglio escribe que los prelados norteamericanos hacen bien en promover “normas morales objetivas que son válidas para todos”. Es decir, ninguna variación en la postura oficial de que los actos homosexuales son “objetivamente desordenados” pero las personas “deben ser tratadas con respeto, compasión y delicadeza”, que dicta el catecismo católico.
Fuente: Importantes cargos de la iglesia católica mantienen sus discursos homófobos