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Elías Yanes: «El proyecto educativo de Zapatero atenta contra los derechos humanos»

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  • Elías Yanes: «El proyecto educativo de Zapatero atenta contra los derechos humanos»

    OBISPO / «Benedicto XVI no coincide con la imagen que algunos sectores quieren dar de él»

    Elías Yanes: «El proyecto educativo de Zapatero atenta contra los derechos humanos»



    Fuenteeriodistadigital.com

    Miércoles, 26 de octubre 2005

    Susurra más que habla, consciente de que la fuerza radica en lo sereno de su mirada azul sobre la pulcritud y el rigor del negro. Cercano y al tiempo lejano, como algunos centímetros por encima, los que le confiere su autoridad emérita, monseñor Elías Yanes saluda uno por uno, estrechándoles la mano, a quienes acuden a la presentación de su última obra. Impulsada por Acción Católica, un movimiento al que siempre ha estado próximo, el documento pretende ser el paso previo al «diálogo» al que apela en cada respuesta.

    Dice que servirá para empezar a hablar con conocimiento de causa sobre los retos de los católicos en los malos tiempos que corren. Monseñor Yanes se opone sin paños calientes al matrimonio homosexual, al aborto, al uso de preservativos y a la «píldora del día después» mientras recomienda a los periodistas que revisen ortografía y sintaxis antes de publicar. Lo entrevista Azahara Villacorta en La Nueva España.

    -¿Por qué ha escrito «Ser cristianos en el corazón del mundo»?

    -Es una obra orientada a proporcionar a los adultos una formación cristiana sólida que les permita dar respuesta a los problemas del mundo actual. Muchos de ellos sólo cuentan con unos conocimientos de primera catequesis. Tienen una formación cultural, profesional o científica muy elevada, pero no tienen una formación cristiana proporcional, con lo que, a la hora de desenvolverse en el mundo, es como pretender que un adulto se mueva en el traje de un niño. Es un proceso de formación que requiere sacrificio, pero sin él los cristianos no pueden desarrollar un diálogo constructivo con la sociedad. Este mensaje forma parte también de la doctrina emanada del concilio Vaticano II, cuyos textos no han penetrado todavía en el corazón y en la mente de muchos cristianos.

    -¿Las propuestas educativas de Rodríguez Zapatero atacan directamente la base de la Iglesia?

    -Las medidas que se proponen para la aprobación del Parlamento nos parece que llevan en sí una dinámica que tiende a reducir los derechos fundamentales de los padres, como elegir el tipo de formación religiosa que prefieren para sus hijos. No respeta de forma suficiente ni adecuada ese derecho de los progenitores y nos parece que esto va en contra de nuestra Constitución y de todos los convenios internacionales sobre derechos humanos. Por eso los fieles tienen que ser capaces de ofrecer su visión del mundo y del hombre frente a las posturas de la cultura dominante.

    -¿Cómo siguen las relaciones entre la Iglesia y el Ejecutivo?

    -No se ha producido el diálogo necesario para avanzar hacia una convivencia cívica en la que no sólo se respeten las libertades de los laicistas, sino también de los que se confiesan creyentes. El horizonte que yo observo no se presta al optimismo, pero queremos mantener la esperanza.

    -La Iglesia llama a sus fieles a movilizaciones sin precedentes. ¿Con el PP vivían mejor?

    -Movilizarse es un derecho que tienen los ciudadanos y, en cualquier circunstancia, tenemos que convivir con quienes tienen responsabilidad social y política, peso sin identificarnos con ninguno.

    -¿Qué balance hace de los primeros meses de pontificado de Benedicto XVI?

    -Tengo una alta consideración de él desde mucho antes de que fuera Papa. Es un pensador de prestigio internacional, uno de los teólogos más cualificados del siglo XX y, luego, en cuanto a su talante personal, que he podido percibir en las diversas entrevistas que he mantenido con él, es una persona acogedora, sencilla, de una gran capacidad para el diálogo, con una gran sensibilidad con los problemas de la gente... En fin: alguien que no coincide en casi nada con la imagen que se quiere transmitir de él en muchos ambientes. Sobre todo, tras su elección para el pontificado.

    -¿Es el Papa de la curia?

    -Es un hombre que se ha movido mucho y que ha sido durante muchos años prefecto de la Congregación para la Unidad de la Fe.

    -El guardián de la fe.

    -El hombre que, por encargo del Papa, tiene que analizar las corrientes de pensamiento que discrepan del pensamiento de la Iglesia y, de este análisis, sacar las consecuencias que en cada caso procedan. Él ha tenido ese oficio, que es indispensable para la Iglesia, ya que le permite conservar la integridad de la fe. Eso a algunos les parece mal, pero, siendo coherente con su misión, es normal que la Iglesia quiera conocer a fondo las posiciones que se enfrentan con ella y tomar las medidas oportunas. Ha cumplido su trabajo con una gran lealtad y competencia.

    -Sigue la estela de Juan Pablo II, al menos en lo que se refiere a canonizaciones múltiples.

    -Es un poco prematuro hacer juicios acerca de la línea de su gobierno como Sumo Pontífice, pero a mí me inspira una gran confianza porque pienso que es el hombre de Dios que une a su virtud y a su espiritualidad un saber profundo, no solamente en el campo de la teología, sino también en el campo de la historia, de la filosofía, de las ciencias humanas... Pocas veces ha accedido a la silla de Pedro un Papa con una preparación como la de este hombre, aunque su misión ahora no es convertirse en profesor de filosofía ni de teología, sino anunciar el Evangelio.

    -¿Con él ganan terreno movimientos como el Opus o los Neocatecumenales?

    -No se trata de vivir solamente de cosechar aplausos de los protagonistas de la cultura vigente. Se trata de ver cómo la Iglesia hace llegar el mensaje evangélico a la gente, y esos movimientos hacen esfuerzos en esa dirección.

    -El último sínodo condena a los divorciados. ¿Se alejan cada vez más de la sociedad?

    -La Iglesia tiene que ser coherente con la fe cristiana. Ése es el problema de fondo. A veces, la coherencia con la revelación supone conflicto con la sociedad. ¿Qué hace un misionero en África si se encuentra con personas que quieren convertirse a la fe pero que quieren seguir practicando la poligamia?

    -En el seno de la Iglesia también se han producido conflictos. Algunos, en concreto, con obispos vascos y catalanes.

    -Ellos tienen una problemática específica como fuertes corrientes de tipo nacionalista. Eso plantea interrogantes que habrá que analizar en cada caso. Para esto no nos valen los recortes de prensa, sino un conocimiento muy a fondo.

    -Afean la beligerancia política de la emisora de la Conferencia Episcopal.

    -¿Hay alguna emisora que no lo sea?
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