Según mostraron las encuestas a pie de urna (que en Estados Unidos preguntan no solo por el candidato al que se ha votado, sino por otros parámetros sociales) Barack Obama obtuvo el apoyo del 76% de los votantes que se identifican como LGTB, frente al 22% de apoyo obtenido por Romney. Entre los votantes que se identifican como heterosexuales el voto se dividió a partes iguales (49% para cada uno).
Los datos de las encuestas a pie de urna coinciden con los resultados de un estudio llevado a cabo por Gallup antes de las elecciones que mostraba que el 71% de los votantes registrados que se identificaban como LGTB preferían a Obama, frente a un 22% dispuestos a votar a Romney. Entre los votantes registrados que se identificaban como heterosexuales Romney era el preferido por un estrecho margen (47% frente a un 46% para Obama). Al unir las dos poblaciones, el estudio arrojaba una ligera ventaja global para Obama (47% frente a 45%).
Evidentemente es imposible atribuir solo la victoria de Obama al voto LGTB, pero sí parece que en estas elecciones ha sido determinante como nunca lo había sido hasta ahora. La proporción de personas que se identifican como abiertamente LGTB en Estados Unidos es ya de un 3,4% de la población, según la propia Gallup. Otras fuentes la sitúan a en torno el 5%. Aunque la victoria de Barack Obama ha sido finalmente algo más amplia de lo que se preveía (50,7% frente a 47,7% en voto popular), sin la contribución del voto LGTB el resultado hubiera estado cercano al empate. Teniendo en cuenta además que las elecciones se deciden en realidad en muy pocos estados, ya que el sistema de elección es indirecto (cada estado tiene atribuido un número fijo de votos electorales, que salvo un par de excepciones, van íntegramente al ganador en ese estado) la hipótesis no es descabellada.
R. Clarke Cooper, director ejecutivo de Log Cabin Republicans (grupo LGTB vinculado al Partido Republicano) se ha lamentado de que las “buenas propuestas” de los republicanos se hayan visto, a su juicio, ahogadas por la “cacofonía y el ruido” de la retórica contra los inmigrantes, anti-LGTB y contra los derechos de las mujeres. Cooper se ha lamentando también de que numerosos representantes republicanos en el Congreso le manifiesten en privado que el partido debería abrirse más hacia los derechos LGTB pero que no se atrevan a hacerlo en público. “No es nada divertido decir ‘yo ya os lo dije’”, ha declarado. Para otros analistas cercanos a los republicanos, sin embargo, el partido debe moverse con pies de plomo en este asunto si no quiere enfrentarse a sus bases más conservadoras.
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Fuente: El apoyo de la población abiertamente LGTB, determinante en la victoria de Obama