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Fuente: lavanguardia.es
150 euros por una agresión
La magistrada no ve homofobia en el supuesto ataque de un taxista con un arma eléctrica a un homosexual
MARICEL CHAVARRÍA - 16/09/2005
Barcelona
El agredido, Algelís J. M., esperaba que la justicia tuviera en cuenta no sólo las lesiones físicas que, según explica, le fueron producidas por un taxista con un arma de descargas eléctricas, sino las razones homófobas del ataque, así como los insultos de los que fue víctima y el acoso psicológico que asegura estar soportando desde que hace un año denunció el caso. Ayer se celebró el juicio. El acusado no se presentó. Yla magistrada del juzgado de instrucción número 25 de Barcelona no consideró la posibilidad de que las patadas y descargas que presuntamente propinó el demandado - al tiempo que supuestamente gritaba "maricones de mierda, no deberíais existir, habría que mataros a todos"- estuvieran motivadas por la homofobia: "A nadie le interesa la vida sexual de los afectados y no tiene nada que ver con el caso", concluyó la juez.
El abogado de la acusación lamentó que no se estuvieran viendo de forma conjunta el delito por agresión física y los daños psicológicos de su cliente. Según declaró este último, el 11 de septiembre del 2004 fue alcanzado varias veces por un arma de autodefensa de las que despiden descargas y son de uso ilegal mientras discutía con el taxista Juan Manuel P. H., que le llevaba, a él y a un amigo, hasta su domicilio. Al parecer, el taxista dio un rodeo - primer motivo de discusión- y se negó a introducirse en la calle indicada. Tras un cruce de palabras, puso los seguros del coche y sacó el arma en cuestión, amenazando con metérsela a ambos en la boca "para que la saliva la hiciera más efectiva", denunció Algelís. Una de las descargas le alcanzó el pómulo y dejó maltrechas sus gafas.
La fiscal del caso consideró la agresión probada y pidió una indemnización por esas lesiones. Al inicio de la vista, entendió que el abogado de la acusación no hablaba el catalán, sino el inglés, cuando utilizó la palabra afers - ¿tal vez pensó en affaires?-.Y, al interrogar a la víctima, se mostró más interesada en confirmar si se había negado a pagar la carrera del taxi o si había muchos metros desde donde el taxista pretendía dejarles hasta la dirección indicada que en lograr una declaración serena. Al final, pidió una multa y una indemnización de 150 euros: 30 por cada uno de los 5 días que, según el forense, estuvo Algelís lesionado.
El abogado de la acusación, por su parte, pide una multa por daños, el cobro de la factura de las gafas, 20 días de multa por una falta de injurias y vejaciones y que se tenga en cuenta el artículo 22.4 del Código Penal sobre el delito de racismo y homofobia.
Algelís dice haber sido acosado por el demandado en varias ocasiones con llamadas intimidatorias ( "sudaca de mierda, te tengo vigilado") y pintadas en la fachada de su edificio. A continuación, el taxista habría intentado llegar a un acuerdo a través de su abogado. Pendiente el caso de sentencia, el Front d´Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) lamenta que la juez no observe "que la agresión se debe a la tendencia sexual de la víctima". "La actitud de la juez es homófoba".
150 euros por una agresión
La magistrada no ve homofobia en el supuesto ataque de un taxista con un arma eléctrica a un homosexual
MARICEL CHAVARRÍA - 16/09/2005
Barcelona
El agredido, Algelís J. M., esperaba que la justicia tuviera en cuenta no sólo las lesiones físicas que, según explica, le fueron producidas por un taxista con un arma de descargas eléctricas, sino las razones homófobas del ataque, así como los insultos de los que fue víctima y el acoso psicológico que asegura estar soportando desde que hace un año denunció el caso. Ayer se celebró el juicio. El acusado no se presentó. Yla magistrada del juzgado de instrucción número 25 de Barcelona no consideró la posibilidad de que las patadas y descargas que presuntamente propinó el demandado - al tiempo que supuestamente gritaba "maricones de mierda, no deberíais existir, habría que mataros a todos"- estuvieran motivadas por la homofobia: "A nadie le interesa la vida sexual de los afectados y no tiene nada que ver con el caso", concluyó la juez.
El abogado de la acusación lamentó que no se estuvieran viendo de forma conjunta el delito por agresión física y los daños psicológicos de su cliente. Según declaró este último, el 11 de septiembre del 2004 fue alcanzado varias veces por un arma de autodefensa de las que despiden descargas y son de uso ilegal mientras discutía con el taxista Juan Manuel P. H., que le llevaba, a él y a un amigo, hasta su domicilio. Al parecer, el taxista dio un rodeo - primer motivo de discusión- y se negó a introducirse en la calle indicada. Tras un cruce de palabras, puso los seguros del coche y sacó el arma en cuestión, amenazando con metérsela a ambos en la boca "para que la saliva la hiciera más efectiva", denunció Algelís. Una de las descargas le alcanzó el pómulo y dejó maltrechas sus gafas.
La fiscal del caso consideró la agresión probada y pidió una indemnización por esas lesiones. Al inicio de la vista, entendió que el abogado de la acusación no hablaba el catalán, sino el inglés, cuando utilizó la palabra afers - ¿tal vez pensó en affaires?-.Y, al interrogar a la víctima, se mostró más interesada en confirmar si se había negado a pagar la carrera del taxi o si había muchos metros desde donde el taxista pretendía dejarles hasta la dirección indicada que en lograr una declaración serena. Al final, pidió una multa y una indemnización de 150 euros: 30 por cada uno de los 5 días que, según el forense, estuvo Algelís lesionado.
El abogado de la acusación, por su parte, pide una multa por daños, el cobro de la factura de las gafas, 20 días de multa por una falta de injurias y vejaciones y que se tenga en cuenta el artículo 22.4 del Código Penal sobre el delito de racismo y homofobia.
Algelís dice haber sido acosado por el demandado en varias ocasiones con llamadas intimidatorias ( "sudaca de mierda, te tengo vigilado") y pintadas en la fachada de su edificio. A continuación, el taxista habría intentado llegar a un acuerdo a través de su abogado. Pendiente el caso de sentencia, el Front d´Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) lamenta que la juez no observe "que la agresión se debe a la tendencia sexual de la víctima". "La actitud de la juez es homófoba".
