Enviado Enoch el 06 julio 2011
El Parlamento alemán debatió la semana pasada dos medidas encaminadas a la protección y equiparación de derechos de las personas homosexuales, sin llegar a ningún avance: los conservadores del CDU se opusieron a la igualdad de derechos, y ello con la colaboración de los liberales del FDP.
El pasado jueves el edificio del Reichstag albergó discusiones sobre dos medidas que pretendían mejorar la protección de las personas LGTB en Alemania y sus familias. Una de ellas proponía la equiparación en derechos entre las uniones civiles de funcionarios homosexuales y los matrimonios de sus colegas heterosexuales. La otra pedía la inclusión de la identidad sexual en la lista de características protegidas por la Constitución germana, cuyo artículo 3 hasta la fecha solo protege a los ciudadanos frente a la discriminación por motivos de género, extracción social, raza, lengua, lugar de procedencia, orígenes y discapacidad.
Los resultados fueron decepcionantes. En primer lugar ni siquiera tuvo lugar un debate propiamente dicho, por limitaciones de tiempo, sino una sucesión de discursos. A continuación la mayoría parlamentaria formada por los democristianos (CDU y su ala bávara, CSU) y los liberales (FDP) rechazó la inclusión de la no discriminación por motivos de identidad sexual en la Carta Magna del país. Dicha coalición de gobierno también se negó a equiparar los derechos de las uniones civiles de funcionarios públicos, y ello pese a haber prometido dicha medida en una propuesta de ley a partir de 2009. Dicho rechazo también va en contra de la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que consideró en mayo de este año que los funcionarios alemanes LGTB vienen siendo discriminados desde 2003, y que deberían ser equiparados en derechos con sus compañeros heterosexuales.
Lo ocurrido no es especialmente sorprendente. Sin ir más lejos, a principios de año los socialdemócratas del SPD y el partido de los Verdes presentaron una iniciativa que pretendía equiparar a todos los efectos las uniones civiles alemanas con los matrimonios, y que fue rechazada por la coalición gobernante de CDU/CSU y FDP. Algunos interpretan que con estos gestos homofóbicos el CDU querría mantener una de sus señas de identidad conservadoras, en un momento en que buena parte de sus postulados se están acercando a los del centro-izquierda ideológico (por ejemplo en materia de energía nuclear y servicio militar). De hecho Volker Beck, diputado por los Verdes abiertamente gay, dijo en su intervención a los conservadores que “otro cambio de rumbo, en la buena dirección, no les supondría gran cosa”.
Por su parte, los liberales del FDP se muestran impasibles (o directamente cínicos) ante las críticas. La Ministra Federal de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, ha animado a los LGTB a quejarse contra una ley que ella misma ha apoyado, y esto pese a conceder que va contra la legalidad europea. Y el diputado Stefan Ruppert ha “explicado” que se ha alcanzado un importante objetivo en la equiparación de las uniones civiles.
El colectivo de Lesbianas y Gays de Alemania, LSVD, se ha mostrado comprensiblemente decepcionado ante la decisión del gobierno. Para los activistas, la violación del marco legal europeo por parte de CDU/CSU y FDP muestra la importancia de incluir la no discriminación de los LGTB en la Constitución alemana. “Una prohibición constitucional contra la discriminación por identidad sexual pondría fin a semejantes arbitrariedades”, ha explicado el portavoz del LSVD Manfred Bruns.