El desfile estuvo repleto de pancartas y proclamas en pro del preservativo y contra la Iglesia católica
El Pride Barcelona, con cerca de 40 comparsas a todo color, logró congregar a miles de participantes
Entre llamativas pelucas, tacones de vértigo, pestañas imposibles, cuerpos esculturales solo cubiertos con un acertado maquillaje -y el inevitable sudor provocado por el sol que caía a plomo sobre la dura plaza-, numerosas pancartas reivindicaban los derechos del colectivo con mensajes más o menos ingeniosos.
«A niños y gais, curas nos respetéis», «sin sexo, ¿hay cura?», «el condón salva, emPAPArse, enferma», «Il Vaticano, Guantánamo infernal», «no distingue el amor ni de sexo ni de color», «homofobia es machismo» y «vive y deja vivir, folla más y jode menos», eran algunos de los lemas más recurrentes (y explícitos). Los había también algo más enigmático, como un ambiguo «con amor, aliviamos un mundo tan poblado».
INDUMENTARIA CON MENSAJE / Y no solo hablaban las pancartas. En el Pride Barcelona de ayer -que recorrió al ritmo de divas como Shakira y Rosa de España el centro de la ciudad, entre la plaza de la Universitat y la de Espanya- hablaban, y mucho, los cuerpos de los manifestantes. Muchísimos arcoíris pintados sobre las pieles más o menos desnudas de los presentes. Varias decenas retaron la ordenanza del civismo en cuanto a torsonudismo a base de bien. Muchos otros, optaron por llevar los mensajes impresos en sus camisetas, como el recurrente «I think she is lesbian» (Creo que es lesbiana), junto a una oportuna flecha, a un «entiendo», con la tipografía del logo de Nintendo. Entre la masa, muchos abanicos y lateros de toda índole), que aprovecharon lo estival de la tarde para hacer su agosto.
CARROZAS CON SIGLAS / Tuvieron también presencia los partidos políticos. PSC, ICV y C's lucían carroza propia . Era la última y pese a ser la más pequeña en cuanto a dimensiones, ganaba por goleada en cuanto a ambientación, por el gran oso (de peluche) que la presidía.
Encabezaba la marcha la pancarta «Salud e igualdad, por nuestro derechos», de la mano de varios concejales del consistorio, a pie, seguidos de una animada batucada y de las casi 40 carrozas, que convirtieron la tercera edición de la Pride Parade (desfile) de la capital catalana en la más grande del Mediterráneo. Al finalizar la ruta, en la avenida de Maria Cristina les esperaba Alaska, encargada de leer un manifiesto, con el que se emocionó y que sirvió para poner el broche de oro con una fiesta multitudinaria a un fin de semana muy intenso.