Enviado Flick el 08 junio 2011
Hace pocos días nos hacíamos eco de la sentencia del Tribunal Supremo que absolvía a cuatro personas que editaban y vendían libros de ideología neonazi al considerar, haciendo una interpretación generosa del Código Penal, que la mera difusión de ideas de odio (antisemitas, racistas, homófobas o de otra índole) no es delito salvo que suponga la creación de un clima de opinión o de sentimientos que den lugar a un peligro cierto de comisión de “actos concretos”. Se da la circunstancia de que uno de los magistrados que firmó la sentencia, Adolfo Prego, es un juez de conocidas simpatías ultraconservadoras que ha expresado en público su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo. Antecedente que, aunque fechado hace cuatro años, consideramos de interés.
En 2007, la Revista de la Hermandad del Valle de los Caídos publicaba una entrevista a Prego (tomada de Hispanitas) en la que directamente se le preguntaba por la cuestión. “Estoy totalmente en contra de dicha reforma del Código Civil. Como Presidente de la Comisión de Estudios e Informes del Consejo General del Poder Judicial, en ella hicimos un informe muy amplio sobre la incorrección de esa modificación desde el punto de vista constitucional y jurídico. Aparte de otras cuestiones de carácter moral, ético o sociológico, debemos decir que no cabe en el sistema jurídico español, afortunadamente. La Constitución Española proclama, de un modo ambiguo, como tantas cosas, que el matrimonio es la unión entre hombre y mujer porque es la única manera de que el matrimonio como concepto sea identificable. La esencia del matrimonio, lo que le hace separable de otras instituciones parecidas es precisamente la heterosexualidad. Si se elimina ese elemento identificador se hace susceptible de ser confundido con lo demás, por lo tanto en un error. Un matrimonio es algo distinto de otras cosas que podrán ser consorcios, asociaciones, uniones estables con puesta en común de bienes materiales, podrán ser otra cosa, pero ualitativamente y ontológicamente nada tienen que ver con el matrimonio. El matrimonio no es un producto del Derecho positivo, es una institución creada por la experiencia histórica, sedimentada, y que ha funcionado y se ha mantenido precisamente por su utilidad, luego si se elimina aquello que justifica su existencia, se desdibuja la auténtica naturaleza del matrimonio como relación entre personas de distinto sexo”, declaraba.
Adolfo Prego (hermano de la conocida periodista Victoria Prego, subdirectora del diario El Mundo) es magistrado del Supremo desde los años noventa y formó parte del Consejo General del Poder Judicial entre 2001 y 2008, a propuesta del PP. Forma parte del Patronato de Honor de la Fundación para la Defensa de la Nación Española y colabora con la Hermandad del Valle de los Caídos. Muy significado por su oposición a la Ley de Memoria Histórica (no tuvo problema alguno en firmar un manifiesto contrario a la misma junto a personajes como César Vidal o Pío Moa), firmó como ponente la admisión a trámite de la querella por prevaricación contra el juez Baltasar Garzón por querer investigar los crímenes del franquismo. Adolfo Prego también fue ponente de la sentencia que rebajó en julio de 2010 de 13 a 5 años la condena de cárcel impuesta a Javier Rodrigo de Santos, exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Palma conocido en su momento por su militancia católica y su negativa a celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo, que fue declarado culpable de abuso de menores.
Israel acusa al Supremo de apoyar la violencia racista
La embajada de Israel en España, por cierto, ha emitido un duro comunicado en relación a la polémica sentencia del Supremo. El comunicado considera que la decisión “apoya la violencia racista y demuestra falta de conocimiento histórico. El derecho a la libertad de expresión no puede amparar acciones o ideologías que incitan a la violencia y al genocidio”.