La Comisión Europea no acepta las explicaciones que le ha ofrecido la República Checa sobre los “tests falométricos” a los que este país ha sometido a hombres solicitantes de asilo por razones de orientación sexual. La comisaria de Interior, Cecilia Mälmstrom, considera que la respuesta de las autoridades checas, que admiten haber usado estos test en el pasado, no elimina la posibilidad legal de que se sigan practicando en el futuro.
Como ya informábamos hace varios meses, la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea presentó ante el Parlamento Europeo un informe en el que, entre otras cosas, alertaba sobre la realización de este tipo de tests en la República Checa, y que la Comisión Europea consideró entonces de dudosa legalidad. La falometría consiste en la constatación de la ausencia de respuesta fisiológica del pene ante la visión de material pornográfico heterosexual, y ha sido declarada “difícil de conciliar con los estándares actuales de derechos humanos”, por ejemplo, por la justicia alemana. Fuentes de la Comisión Europea creen además que la prueba podría incumplir los artículos 4 y 7 de la Carta Europea de Derechos Fundamentales, que garantizan la libertad individual y la no sumisión a torturas ni tratos degradantes.
Ahora, después de mostrar su disconformidad con las explicaciones de la Republica Checa, la Comisión ha informado a este país de que investigará el efecto legal de la violación de la mencionada Carta que considera que ha cometido ese país. Infracción que la República Checa no admite (aunque reconoce que aplicó entre 2008 y 2009 el examen en una decena de casos) pero que podrían llevar a algún tipo de sanción. “La gente viene a buscar protección en la Unión Europea por muchas razones, la persecución por orientación sexual es una de ellas. La práctica de los test falométricos es una fuerte interferencia en la vida privada y de la dignidad humana. Un tipo de tratamiento degradante que no debe ser aceptado”, ha expresado la comisaria Malmström.