Enviado Enoch el 15 febrero 2011
El Tribunal Administrativo Federal de Berna ha aprobado la deportación de un ciudadano iraní argumentando que en Irán no se da ninguna discriminación sistemática contra los homosexuales. Y ello, aun reconociendo que la homosexualidad es ilegal en el país, y frente a las numerosas denuncias por parte de colectivos internacionales en defensa de los derechos humanos.
Un ciudadano iraní de 35 años lleva desde 2003 viviendo en Suiza con su pareja (un hombre suizo) y con el que registró su unión civil en 2008. Dicha unión conllevaba un permiso de residencia en el país, que sin embargo le fue retirado por haber sido condenado a dos años de cárcel por narcotráfico (71 gramos de heroina). Al decidir las autoridades suizas deportarlo a Irán, el hombre intentó evitarlo aduciendo que allí corría peligro por ser homosexual, y un tribunal acaba de pronunciarse a favor de su deportación. Según el Tribunal Administrativo Federal en Berna, aunque la homosexualidad sea ilegal en Irán, nadie habría sido condenado en la práctica a muerte sólo por serlo, y sería posible sobrevivir manteniendo la orientación sexual escondida.
Dicho argumento es similar al aplicado por países como Estados Unidos para denegar solicitudes de asilo por parte de personas que correrían peligro en sus países de origen por su identidad u orientación sexual. En el caso del Reino Unido, la Corte Suprema del país ha reconocido afortunadamente que forzar a una persona a esconder su sexualidad constituye una violación de sus derechos humanos.
En cualquier caso, minimizar la persecución sufrida por los homosexuales en Irán es ciertamente escandaloso, habida cuenta de los informes y denuncias de organizaciones como Human Rights Watch o la ILGA, y de las condenas a muerte por homosexualidad que nos llegan periódicamente.