Enviado Enoch el 22 enero 2011
Esta aparente paradoja es una de las conclusiones de un reciente estudio de la Universidad de California Los Angeles (UCLA), según el cual las parejas homosexuales formadas por personas negras o latinas tienen el doble de probabilidad de estar criando hijos que las de personas blancas. Además, la mayoría de dichos padres habrían concebido sus hijos en el seno de anteriores relaciones heterosexuales, antes de salir del armario, relaciones que establecieron ya que “la condena de la Iglesia pesaba sobre ellos.”
Los resultados de la investigación coordinada por Gary Gates, un demógrafo de la UCLA, desafían los estereotipos sobre una comunidad gay estadounidense principalmente blanca, acomodada y residente en las zonas más liberales del país (el nordeste y la costa oeste): los datos del último censo oficial muestran una comunidad LGTB mucho más diversa racial, social y geográficamente. Lo que es más, las familias homoparentales serían más frecuentes en el sur del país, y la probabilidad de estar criando hijos es el doble en parejas homosexuales negras o latinas, comparadas con las blancas. Además, es más probable que aquellas parejas tengan problemas económicos.
Los expertos explican este patrón aduciendo que un gran número de parejas homosexuales, quizá la mayoría, establecieron su actual relación tras tener hijos con una pareja heterosexual anterior. Esto ocurriría especialmente en las zonas menos liberales del país y con personas negras o latinas, para los que la condena de la Iglesia habría sido un factor de más peso.
El censo federal estadounidense de 2009 estimó que había unas 581000 parejas homosexuales en el país (dicho censo no hace un recuento de homosexuales solteros), y que en torno a un tercio de las lesbianas y un quinto de los gays tienen hijos. Además, los hombres gays que tienen descendencia lo hacen en promedio tres años antes que los heterosexuales.
Estas tendencias estarían trayendo cambios positivos en zonas tradicionalmente homófobas, como la apertura de parroquias en las que las familias LGTB son bienvenidas, pero la situación sigue siendo difícil en estados que niegan cualquier cobertura legal a las familias LGTB, y en los que incluso los hijos de dichas familias se ven obligados demasiadas veces a ocultar ese hecho en el colegio.