La ciudad de San Francisco acoge por estos días el primer Museo Gay de los Estados Unidos, el segundo del mundo luego del Museo Gay de Berlín.
La ciudad de San Francisco es uno de los estandartes de la liberación homosexual, y por ello no es casual que aquí se haya elegido emplazar el Museo Gay de San Francisco, que da cuenta de la historia de la lucha por los derechos del colectivo, y los obstáculos y ataques a los que debieron enfrentarse.
El Museo de Historia GLTB (Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales) se encuentra en el barrio de Castro – distrito tradicionalmente gay de la ciudad – y tiene 150 metros cuadrados.
“Quemaron nuestras cartas, difuminaron nuestros nombres, censuraron nuestros libros, declararon nuestro amor incalificable y negaron nuestra misma existencia”, reza, impresa en una de las paredes del museo, una frase tomada de un panfleto del Proyecto de Historia Gay de San Francisco en 1979.
Entre los objetos expuestos encontramos las gafas rosas de Harvey Milk – primer político abiertamente gay –, manuscritos de activistas y juguetes sexuales, entre otros, y que son el fruto de un proyecto de una década de labor de la Sociedad Histórica Gay de San Francisco.
“Hemos puesto lo mejor de nosotros para crear un museo tan rico, diverso y sorprendente como la propia comunidad GLBT. Sean gays, lesbianas, bisexuales, transgénero o heterosexuales, es seguro que los visitantes se conmoverán, aprenderán y se entretendrán”, señalaron desde esta Sociedad.
Con el tiempo, el museo pretende tener una impronta propia, ya que muchas veces hay material que no puede exhibirse en otros museos, debido a las controversias que generan. “Cuando las instituciones generalistas, incluso con su buena intención, intentan contar nuestras historias, las cuentan en sus propios términos. Aquí, podemos contarlas a nuestra manera y sin tener que disculparnos”, explicaron.