Enviado Flick el 11 Noviembre 2010
Todo un valiente, que acaba de conceder una breve entrevista a la revista francesa Têtu. David Kuria Mbote, de 38 años, es el primer político abiertamente gay de Kenia, un país en el cual las relaciones homosexuales son delito. Director de la Coalición Gay y Lésbica de Kenia (GALCK), Kuria Mbote aspira a ser elegido senador en 2012 por el distrito de Kiambu. Su programa: la lucha contra la pobreza y la protección de los grupos más desfavorecidos.
Lo primero que pregunta Têtu al político keniata es por qué, en sus páginas webs o en sus discursos, no hace referencia explícita a su homosexualidad. “Son muchos los que me han disuadido de hacerlo. Los heterosexuales me dicen que ello daría la impresión a la mayoría de los electores de que soy parcial, de que solo me batiría por los LGTBI. También la comunidad LGTBI prefiere que ponga el acento en la calidad del trabajo que hay que hacer, más que en la orienación sexual. La idea es que sea elegido senador alguien que es gay, más que elegir a un gay para el Senado”, explica.
“¿Sus adversarios políticos no le han atacado por su orientación sexual?”, le preguntan a continuación. “Todavía no. Muchos políticos piensan que la candidatura no es seria. Probablemente creen que solo quiero dar mayor visibilidad a la lucha por los derechos de los LGBTI. Como resultado, tengo la posibilidad de acercarme a la gente sin la oposición y los desafíos que tendría que afrontar en caso contrario. Pero esta situación cambiará pronto”, anticipa…
Kuria Mbote explica, además, que seguirá trabajando para GALCK. “Sí, continuaré haciéndolo hasta que la campaña me lo impida. Después del voto de una nueva Constitución, esperamos con impaciencia la despenalización. De hecho, el proceso ya ha comenzado, y esperamos que en unos dos años Kenia se encuentre entre los primeros países de África en despenalizar la homosexualidad. Es interesante, sobre todo si tenemos en cuenta que Uganda, un país que podría votar próximamente un proyecto de ley antigay, es nuestro vecino”, explica. David Kuria Mbote se refiere a la aprobación, en agosto de 2010, de una nueva Constitución, que prohíbe la discriminación de las minorías.
Una situación díficil
Lo cierto es que viendo las respuestas de David Kuria Mbote, no podemos dejar de asombrarnos ante su optimismo y vitalidad, teniendo en cuenta la realidad de las personas LGTB en su país. Hace pocos días nos hacíamos eco, por ejemplo, de la próxima instalación de cámaras en los dormitorios de las prisiones keniatas, con el fin de evitar las relaciones homosexuales entre los presos, así como de la prohibición de introducir condones en las cárceles, pese a las altas tasas de infección por VIH.
Kenia es un país mayoritariamente cristiano y profundamente homófobo, que castiga la práctica de la homosexualidad con penas de hasta 14 años de cárcel (en base a leyes heredadas de la época colonial británica). Según un estudio del Pew Global Attitudes Project del año 2007, únicamente un 3% de sus 39 millones de habitantes estaría dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 96% considera tal orientación sexual inaceptable. También contábamos en octubre cómo los líderes del islam y el evangelismo pidieron la destitución de Esther Murugi, ministra keniata de Programas Especiales, por pedir aprender a convivir y a respetar a los hombres que tienen sexo con otros hombres.