Enviado Enoch el 18 Octubre 2010
En plena campaña para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil acaban de salir a la luz terribles cifras sobre la violencia homo y transfóbica en el mayor país de América Latina: el año pasado fueron asesinadas 198 personas por su orientación o identidad sexual, un 62% más que 2007. Entre 1980 y 2009 fueron documentados 3196 homicidios, una media de 110 por año. En semejante clima de violencia, la candidata a la presidencia del país por el actual partido en el gobierno y ganadora de la primera vuelta electoral, Dilma Rousseff, parece haber cedido a las presiones de grupos evangélicos y católicos, y ha desmentido que vaya a legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Un estudio hecho público por el colectivo LGTB brasileño Grupo Gay de Bahía apunta a un recrudecimiento importante de las agresiones a personas LGTB, llegando en muchos casos al homicidio. Además, según investigaciones llevadas a cabo por el Centro Latinoamericano en Sexualidad y Derechos Humanos en las manifestaciones del Orgullo LGTB de Rio de Janeiro, Sao Paulo, Recife, Porto Alegre y Belém entre 2003 y 2008, al menos un 59,9% de los asistentes habían sido objeto de agresiones o discriminación.
En semejante contexto resulta aún más preocupante el reciente anuncio por parte de Dilma Rousseff, candidata por el Partido de los Trabajadores y heredera de Lula, de que no piensa modificar leyes que afecten a la familia, refieriéndose al matrimonio entre personas del mismo sexo y al aborto. Hasta ahora tanto Rousseff como su partido habían actuado de forma relativamente favorable a los derechos LGTB, y de hecho se pensaba que impulsaría algún tipo de unión civil entre personas del mismo sexo, la adopción por parte de parejas homosexuales y legalizaría el aborto. No obstante, parece que el decepcionante resultado en la primera vuelta de las elecciones, el pasado 3 de octubre, en la que no pudo hacerse con la presidencia, la han empujado a buscar votos entre los sectores más católicos y evangélicos.
Por su parte, la Asociación Brasileña de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (ABGLT) ha dirigido una carta abierta a Rousseff y a José Serra (del Partido Socialdemócrata de Brasil), en la que les piden que no manchen su historial ni den la espalda a “su pasado de lucha contra el oscurantismo”, elogiando la labor de ambos en sus respectivas responsabilidades de gobierno hasta la fecha.