Por Andres Bacigalupo
Yuri Luzhkov, abiertamente homófobo y firme defensor de la prohibición del Orgullo Gay, pierde su cargo por un decreto del presidente Dimitri Medvédev.
El presidente de Rusia, Dimitri Medvédev, ha destituido por decreto al alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, en una medida que los analistas interpretan como una jugada para quitarlo del camino electoral con vistas a 2012. Medvédev ha alegado en un breve comunicado su “pérdida de confianza” en Luzhkov, que gobernaba la capital rusa desde 1992.
El alcalde, que se encontraba de gira en China mientras el Kremlin decidía su salida del poder, había dicho días atrás que no dejaría el cargo “voluntariamente”.
Enemigo de las "lacras"
De perfil ultraconservador, Luzhkov tiene amplios antecedentes en su lucha contra los colectivos homosexuales rusos. Además de las eternas prohibiciones a la realización del Orgullo Gay (durante cinco años consecutivos), ha hecho declaraciones nada moderadas en las que califica a gays y lesbianas como “lacras” sociales.
En enero de este año, por ejemplo, dijo que Moscú sufría “una presión sin precedentes” para acoger la marcha del Orgullo Gay, a la que no dudó en describir como un “acto satánico”.
Sobre las lacras sociales, una difusa categoría que incluía desde la drogadicción y la xenofobia hasta la homosexualidad, Luzhkov sentenció: “Llegó la hora de acabar con ellas con todo el peso y la justicia de la ley, en vez de hablar de derechos humanos”.
En otra oportunidad, insistió en que “la moral pública” no acepta “a esos maricones” y se jactó de que “otra gente simplemente los mataría”.
Desvinculado ahora por cuestiones de poder (que no de homofobia), Luzhkov finaliza así un período de 18 años de mandato.